Una exposición sobre el mundo interior de Picasso en la Casa de la Cultura de Alcalá de Guadaíra

Esta muestra colectiva supone un acercamiento introspectivo al artista malagueño. Según exponen los propios artistas en un texto, «no parece que existan aspectos suyos que hayan quedado ocultos al análisis y valoración de su vida y obra. Aun así, hemos afrontado este reto, conscientes de nuestras limitaciones, pero también de que nuestro método de transmitir mediante imágenes fotográficas aspectos humanos del autor puede resultar novedoso».

Se trata de la contribución de estos tres fotógrafos al cincuenta aniversario del fallecimiento del pintor, «dejando a un lado los aspectos artísticos de su obra ya que, desde nuestra dimensión psicológica, nos ha interesado el mundo interior del artista, sobre todo, a su conflicto en la relación con las mujeres». Asimismo, estos creadores señalan que «el núcleo de la exposición lo hemos reflejado en la serie de fotografías que hemos denominado 'Ellas y nosotros', expuestas al final. Para llegar a ellas hemos plasmado en un recorrido previo mappings, fotografías e instalaciones que ayuden al espectador a seguir nuestro trabajo analítico».

La muestra se divide en cuatro apartados. El primero es 'El mundo interior de Picasso'. Se trata de 'El triángulo primigenio'. Las relaciones establecidas en los primeros años de vida Madre-Hijo-Padre, constituyen el núcleo fundamental de la futura personalidad de todo individuo. La lucha interior con la figura de su padre y una infancia en un mundo femenino (madre, hermanas, abuelas y sirvientas), condicionarán sus relaciones con la mujer.

La vida de Picasso estuvo marcada por múltiples relaciones con las mujeres. Relaciones pasajeras de juventud; instauración en el matrimonio tradicional burgués, con amantes, que complementan sus necesidades sexuales y afectivas; violencia, rupturas y búsqueda de mujeres casi adolescentes a las que convierte en el centro de su obra pictórica. Las relaciones con sus mujeres sufrían un proceso degradación, reflejado no sólo en su convivencia, sino en la evolución de sus retratos. Lo que le interesaba era la forma y no el interior de ellas.

En su obra cumbre, más allá de la interpretación sobre el desastre de Guernica, pueden encontrarse destellos autobiográficos en los que predominan varias de sus mujeres y acontecimientos dolorosos de su vida como el suicidio de su amigo Casagemas, que siempre le llenó de culpa.

También está el tema del Minotauro. El sentimiento de ser rechazado, la necesidad de afecto de las mujeres, la sexualidad y la violencia incontroladas, son los rasgos fundamentales de esta figura mitológica, con la que Picasso se identificaba, constituyéndose el tema central en sus grabados de los últimos años de su vida.

La segunda parte se detiene en 'El proceso de deconstrucción'. El artista llevará a cabo en sus obra dicho proceso, que «se caracteriza por deshacer analíticamente la realidad para darle una nueva estructura que resulta paradójica. La realidad le resulta conflictiva, la deconstruye y la reestructura de forma paradójica. Ofrece una aparente contradicción lógica que, sin embargo, encarna un cierto sentido y una coherencia».

Los fotógrafos que exponen en esta muestra destacan la relación de Picasso con las mujeres, tanto en su vida como en su obra, ya que «también fueron víctimas de esta deconstrucción. Progresivamente se fueron convirtiendo en objeto de su deseo sexual, insatisfecho en la realidad y de forma paralela alimentando sus fantasías en la figura del Minotauro, con quien él mismo se identificaba en su obra. Afectividad y sexualidad nunca pudo mantenerlas compatibles en sus relaciones con las mujeres».

La tercera parte de la exposición se centra en el estudio. Adolfo de los Santos, Manuel Camacho y Francisco Luis R. Castillejo dicen a este respecto que «a través de las muchas fotografías que nos muestran el taller de Picasso, hemos agrupado una serie de elementos que bien pueden imitarlo: la mecedora, tantas veces utilizada por el pintor y símbolo del diván psicoanalítico, en la que lo hemos sentado en nuestro análisis de su mundo interno; el artilugio de espejos que construimos para poder mostrar nuestra visión de las mujeres de Picasso, una vez deconstruidas; obras del autor, deformadas por nosotros, objetos de presencia común en su taller, muestra de su obsesión por la acumulación».

En la última parte de la muestra, 'Ellas y nosotros', se llega al núcleo principal de la exposición: «nuestra visión de las mujeres que tuvieron una relación estrecha con el artista. Mediante un artilugio creado por nosotros hemos fotografiado nueve mujeres deconstruidas, siguiendo el modelo de Picasso. Se trata de reflejar la peculiaridad de cada una de ellas mediante el color, la disección de partes de su figura, buscando el impacto en el espectador».

Sala I de la Casa de la Cultura hasta el 22 de octubre en horario de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00 horas.