Cajasol expone en Sevilla la primera gran retrospectiva sobre Francisco Bores, el pintor inclasificable de las vanguardias

El acto de inauguración celebrado este martes ha contado con la participación del presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido; la directora de la Residencia de Estudiantes, Alicia Gómez-Navarro; y la comisaria de la muestra, Genoveva Tusell.

La exposición, que se concibió para realzar la figura del artista coincidiendo con el 50 aniversario de su muerte y que ya se ha visto en la capital de España y en Granada, recorre la trayectoria artística de Bores desde sus inicios en Madrid en la década de los 20 y su producción de madurez, ya instalado en Francia, hasta su fallecimiento en 1972.

Por tanto, lo interesante de esta retrospectiva es que incluye los primeros trabajos de un pintor inclasificable, ni puramente cubista ni surrealista, en definitiva, una voz única dentro de las vanguardias. Uno de sus coetáneos, Juan Ramón Jiménez, le nombró como un «clásico del arte contemporáneo» y esta muestra trata de dar las razones con un recorrido a través de casi un centenar de obras de Bores entre óleos, dibujos y grabados, procedente de colecciones privadas y los fondos de la propia Residencia de Estudiantes. Además, se ha contado con la colaboración del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, que ha prestado la obra 'Maniquí rosa'.

Aunque el artista no fue residente, sus primeros pasos estuvieron marcados por la Residencia de Estudiantes de Madrid. Bores tuvo contacto con Buñuel, Dalí, asistía a las tertulias literarias, a los café teatros... Esas experiencias de los años 20 están reflejadas en la exposición a través de una serie de dibujos procedentes de los fondos de la Residencia de Estudiantes de Madrid. La muestra enseña una colección de retratos en tinta sobre papel de intelectuales y artistas vinculados a la Edad de Plata española. Así, entabló amistad con Juan Ramón Jiménez, Dalí, Lorca o José Bergamín. De esa época también son algunos bodegones y desnudos que ocupan la primera sala de las dos que ocupan esta retrospectiva.

En esta misma se exhibe una serie de ilustraciones encargadas por las publicaciones más importantes de esa época, como la 'Revista de Occidente' de Ortega y Gasset, que en 2023 celebró su centenario.

Otro de los hitos que ha destacado Genoveva Tusell en el recorrido por la muestra es la influencia del Ultraísmo en la obra de Bores. De este pilar sobresale el retrato de su amigo el poeta y ensayista Guillermo de Torres y un conjunto de xilografías en madera, técnica que le introdujo la pareja del literato, Norah Borges.

Pese al buen éxito de crítica que cosechó su participación en la primera exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos que se celebró en Madrid entre mayo y junio de 2025, Francisco Bores no encontró el aplauso del público y decidió marcharse a París, donde se reunió con su amigo Pancho Cossío y donde ya se encontraban Picasso o Juan Gris. A esta muestra el artista concurrió con 16 óleos y acuarelas, pertenecientes a una etapa denominada por él mismo como «clasicismo renovado».

La representación de esta exposición en la muestra de Cajasol se acompañan de algunas de otros artistas que coincidieron con Bores en la vanguardia madrileña como 'Dos desnudos' de Roberto Fernández Balbuena o un paisaje de Mallorca sin título de Gabriel García Maroto.

La otra sala que alberga 'Bores' aborda los años de consolidación del estilo propio del artista, «una reinterpretación de la naturaleza muerta y el collage», ha contado la comisaria, al tiempo que ha destacado que «lo más interesante de su obra es que no se puede clasificar».

Los inicios en la capital francesa fueron muy halagüeños, alcanzando el éxito muy pronto. Tusell ha ensalzado asimismo el uso del color del pintor madrileño, de los ocres o rojizos oscuros que consideraba distintivos de la la paleta española, a los azules y tonos luminosos de su época más madura en la que vuelve a pintar figuras y paisajes, y después escenas de temática más familiar.