CaixaForum y El Prado dedican en Sevilla una exposición al retrato del siglo XIX: el germen del selfi

La muestra, comisariada por Javier Barón, coordinador general de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado, se ha presentado este jueves por la mañana ante los medios, previa a la inauguración oficial -ya por la tarde- que contará con una visita guiada a cargo del propio experto. Barón ha estado acompañado por Moisés Roiz, director de Caixaforum Sevilla, y Víctor Cageao, coordinador general de Conservación e Investigación del Museo Nacional del Prado. También han acudido Adela y Guillermo Perea, nietos de Manuel González Santos. La descendiente del pintor ha donado recientemente al Prado dos obras de su pariente que, a su vez, forman parte del exclusivo grupo de piezas que sólo pueden verse en Sevilla dentro de la itinerancia de este proyecto. Así, de las 164 obras de diversas disciplinas que configuran la muestra, hay una variada representación de artistas locales como Antonio María Esquivel, José Roldán y Martínez , Antonio Mercar o el propio González Santos.

La exposición 'XIX. El Siglo del Retrato. Colecciones del Museo del Prado. De la Ilustración a la modernidad' profundiza en la transformación de la imagen pública de las personas durante el siglo XIX con piezas de otros grandes maestros como Goya, Madrazo, Rosales, Fortuny, Pinazo, Sorolla y Benlliure, entre otros. La misma, fija una radiografía de una época que sirvió de germen de las estructuras económicas y sociales que han llegado hasta nuestra contemporaneidad. Además, destaca por su importancia artística ya que, como ha reseñado Barón, es la primera vez que una proyecto museográfico dedicado al retrato del citado siglo se presenta en diversas técnicas: pintura, escultura, medallas, miniatura, dibujo, grabado y fotografía.

«El XIX es el siglo que inaugura la edad contemporánea. Es un tiempo histórico que transforma todas las estructuras que conducen al embrión del capitalismo y que también va a dar lugar a cambios en el arte, tanto en el estilo como en los temas», ha introducido Javier Barón, destacando el retrato como la «seña de identidad», de la escuela de pintura española. Desde El Greco, Velázquez y Murillo, hasta Goya «el gran pintor universal del siglo XIX», continuando por Vicente López, (en la transición entre el Neoclasicismo y el Romanticismo), Federico Madrazo, Fortuny o Sorolla. Una especie de 'siglos de oro' del género que fue sustituido en el XX y XXI por la fotografía, «incluido el selfi», han remachado tanto Barón como Roiz.

En esa intención de cifrar una época histórica, pero también de relacionarla con la actualidad, la propuesta expositiva se divide en ocho ámbitos y sendas salas: 'La imagen del poder', 'El descubrimiento de la infancia', 'Identidades femeninas', 'Identidades masculinas', 'La imagen de la muerte', 'Retratos y autorretratos de artistas'. 'Effigies amicorum. Imágenes de escritores, músicos y actores' y 'El artista en el estudio'.

Según ha destacado Javier Barón, otras formas de ordenar la muestra tienen que ver con un «núcleo biológico» y con la cronología. Así, esta última permite describir una evolución de la historia del siglo XIX, observándose una revolución estilística a la par que la histórica. De esta forma, la exposición permite al espectador «establecer cómo resolvía el artista el problema de retratar a otras personas».

Además, esta exposición ofrece otros tres caminos para su profundización. Tres itinerarios alternativos perfectamente detallados a través de las cartelas y audioguías, que atienden a la variedad de técnicas empleada, una decena (pintura, escultura, medallística, miniatura, acuarela, dibujo, aguafuerte, litografía y fotografía); los diferentes estamentos sociales y la indumentaria. Con todo, el comisario de la muestra ha sugerido la necesidad de recorrer 'XIX. El Siglo del Retrato' hasta en tres ocasiones para descubrir y admirar todos sus entresijos.

Cabe destacar que en el siglo que nos ocupa el retrato fue un género en auge, especialmente por el crecimiento de las clases burguesas, pero desde muchas centurias antes había servido de instrumento a las clases más poderosas para hacer gala de esa supremacía. Primero Reyes y Papas, presidentes de la República, ministros y otros personajes públicos después, solicitaban obras que perpetuaran su imagen. Así, en la primera sala destaca el estudio preparatorio de Francisco de Goya para la ejecución de 'La familia de Carlos IV o el retrato 'Fernando VII en un campamento', también del pintor de Fuendetodos. La familia real se encuentra representada además en esta muestra a través de la medallística (María Cristina de Borbón, Isabel I, Amadeo de Saboya, Alfonso XII y Alfonso XIII), que también incluye a dos de los presidentes de la I República.

Otra de las salas está consagrada a la infancia y su tratamiento durante la Ilustración y el Romanticismo como reducto de valores como la espontaneidad y la amabilidad en un mundo corrupto. Además de abordar esta temática, se observa una lectura meta artística, con obras de Leonardo Alenza y Joaquín Sorolla que homenajean a Velázquez.

Ese «núcleo biológico» del que habla el comisario Barón tiene su continuidad en las salas 'Identidades': una dedicada a la mujer y otra al hombre. En el caso de la primera se observa en los retratos pictóricos una mayor ornamentación y opulencia para contrarrestar el impacto de la llegada de la fotografía que, al ser de poco coste, generalizó el uso de la técnica entre las clases medias. Así, además de aristócratas y burguesas, también fueron representadas mujeres de poca alcurnia, así como de otras etnias como se refleja en el cuadro 'India en el campo' de Esteban Villanueva y Vinarao y que da imagen a los carteles promocionales de esta exposición de Caixaforum. Cierra el ciclo vital el ámbito 'La imagen de la muerte', en el que se observa diversos retratos yacentes de José Nin, Manuel Poy Dalmau o Casimiro Sainz.

El selfi actual tiene su origen en los autorretratos de artistas, apartado que también está presente en esta muestra junto a trabajos que reflexionan sobre el propio hecho artístico u homenajean a otros creadores. Tal es el caso de la escultura en bronce de Mariano Benlliure de Goya, que inspiró para la creación de las réplicas reciben los ganadores de los premios más importantes del cine español.

Las artes plásticas se funden con otras disciplinas artísticas como la música o la literatura en la penúltima sala del recorrido. En ella destaca otra obra de Goya, el retrato del actor Isidoro Máiquez, la pintura de 'El violinista Ettore Pinelli' de Rosales, o el retrato de la escritora Elinor Glyn de Lászlo de Lombos.

El primer itinerario propuesto termina con el ámbito 'El artista en el estudio', en el que sobresale la 'Fantasía sobre Fausto' de Fortuny o 'Alumnos de Cecilio Pla pintando una modelo desnuda', una placa de vidrio estereoscópica anónima.