Y es que Beatriz Zamora conoce de cerca las fiestas taurinas, se nutre de su belleza y modos para crear un imaginario personal y colectivo a su vez, representando a personajes de reconocida trayectoria del mundo del toreo, e imaginando otros que contienen esa garra y belleza que se nos relata en los escritos románticos.
Zamora retiene influencias de la vida cotidiana, ya nos lo mostró con su exposición 'Cabezarrasa', donde en una experiencia sensorial nos hizo volver a su infancia y entrar en la noche de la naturaleza, su naturaleza. Así, nos trajo a terneros pastando, adormideras o vulgares cardos como objetos de culto a la belleza.
Además, debemos tener en cuenta que la artista sevillana está muy presente en la escena de la pintura contemporánea, se nutre de lo que se hace hoy, el diseño forma parte de su trabajo de estudio y el arte urbano o graffiti son parte fundamental de su obra.
Actualmente trabaja en su estudio de La Casa de la Moneda en Sevilla, donde desarrolla su labor como artista plástica realizando obras pictóricas para colecciones particulares y hoteles, e igualmente con la realización de obras cerámicas, mostrando así su diversidad estilística proveniente de su especialidad como restauradora, aptitudes como interiorista y por supuesto artista plástica.
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