CRÍTICA DE ZARZUELA
Una zarzuela muy primorosa
La Compañía Sevilla de Zarzuela volvía al Turina con otro título emblemático: 'El barbero de Sevilla', no sólo por la referencia directa a la ciudad, sino porque su coautor, Gerónimo Giménez, también nació en la capital hispalense.
CARLOS TARÍN
Sevilla
ZARZUELA
El barbero de Sevilla
- Programa: Música de Gerónimo Giménez y Manuel Nieto. Letra de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios.
- Intérpretes: Soraya Méncid, Luz Gutiérrez, Marta García-Morales, Javier Sánchez-Rivas, Julio Nomdedeu, Amando Martín, Carlos Ortega Joaquín Caballero. Coro y Orquesta Titular de la Compañía Sevillana de Zarzuela.
- Dirección musical: Elena Martínez.
- Dirección de Escena: Marta García-Morales.
- Adaptación del Libreto: Alejandro Rull.
- Producción Ejecutiva: Javier Sánchez-Rivas.
- Producción: Compañía Sevillana de Zarzuela.
- Lugar: Teatro Turina.
- Fecha: 08/12/2025.
Apenas iniciado el siglo XX la zarzuela chica lo estrenaba con la versión zarzuelística de 'El barbero de Sevilla', que incluía 'préstamos' de la ópera original de Rossini (y de la 'Lucia') o recogía el mundo interior del canto con un punto mordaz, ... con un libreto divertido y muy bien trenzado, que además se acrecentaba con el arte de los participantes, tanto cantantes como actores-cantantes, basándose en sólo cinco números musicales.
Digamos además que quizá sea la producción más modesta que le hayamos visto a la CSZ, y sin embargo hay que ver cómo lo compensaba por la adaptación del libreto de Rull, que apuró el ya divertido texto original o el dinámico planteamiento escénico de García-Morales, que sincronizando la escena de los distintos cuartos de la fonda, haciendo que los personajes se 'autocongelaran' o se volvieran a activar para seguir el guión, yuxtaponiendo los distintos puntos de vista del enredo, mientras se iba complicando partiendo casi de la nada. Risas y carcajadas provocadas por la inteligencia natural y humana, que no podría haber salido tan bien sin la implicación de todos.
La 'regista' ya sabemos que suele asumir papeles de canto, haciéndolo siempre francamente bien. En este caso hacía de la cantante/diva, donde preocupaban más los trajes y el miedo a la rival que su canto. En el divertido 'Yo soy la tiple' (o la 'triple', como le decía doña Casimira), encontramos un número con animado ritmo, el bonito timbre de La Roldán y, como no había coros en esta zarzuela, don Nicolás (Sánchez-Rivas) y Benito (Ortega) hicieron las veces. Son actores cantantes, pero qué bien salvaron el encuentro y entre los tres nos ofrecieron esos momentos que tiene la zarzuela que saben a poco.
El número más popular de la obra -y uno de los más conocidos de todo el género- seguramente sea 'Me llaman la primorosa'. Ese título ya nos predispone al encaje, a la delicadeza, a la finura y la gracia, cimentado en el conocimiento que los autores demostraban tener del belcantismo, y al que llegaron a través del sobreagudo: alcanza nada menos que el Do, se mantiene mucho en el Si, controla las escalas cromáticas muchas veces desde esta nota tan alta, secuencia los grupetos y presume de los tresillos con los que adorna las melodías, como esos bordados a los que nos referíamos.
Soraya Méncid está en todas partes, porque a pesar de que le llegó la fama tras ganar el premio de voces jóvenes de Sevilla, no se ha desligado de toda la gente con la que trabajaba, y la CSZ ha sido como su casa durante muchos años. Ahora tienen a una estrella que brilla, pero que no se lo cree, porque no sabe ir de diva, sino en todo caso esa chica encantadora que canta como los ángeles entre sus compañeros de siempre.
Luz Gutiérrez estuvo haciendo de madre, con un registro muy adecuado, puesto que ha de buscar la naturalidad en el canto, instalada desde el acervo popular. Pero no sólo lo hizo muy bien, sino que fue una actriz cómica sensacional, capaz de hacerle frente al mismísimo Sánchez-Rivas, que estuvo genial, porque el don Nicolás le viene que ni pintado, diríamos -salvando las distancias- que recuerda a don Hilarión, un picaruelo pero no tan mayor como el boticario, es decir, encontrándose todavía dentro de 'mercado'.
También Gutiérrez entonaba el 'tango del morrongo', la pieza más conocida de otra zarzuela ('Enseñanza libre'), que esta firmada exclusivamente por Giménez, presentando el tango como una pieza muy picante, que no tardó en ser muy popular entre las cupletistas y en los cafés. La pieza es tan rítmica y pegadiza que el compositor la usó para cerrar la zarzuela.
Por último, la orquesta funcionó con corrección, aunque le hubiese venido bien afinar con más frecuencia en una tarde con tiempo incierto. Pero hubo momentos, como en el referido tango, en que se desenvolvió con enorme soltura. Hemos de destacar especialmente el trabajo de la trompa, de color suave y delicado.
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