El virus del amor de Los Caños vuelve a revivir en Icónica Santalucía Sevilla Fest
El grupo gaditano regresó anoche a los escenarios tras dos décadas separados en un concierto cargado de emociones
El tiempo, dicen, lo cura todo. Pero hay heridas que solo sanan con una canción. O mejor dicho, con muchas. Veinte años después de su adiós, Los Caños resucitaron anoche en el Icónica Santalucía Sevilla Fest, y lo hicieron en el mismo lugar donde sellaron su despedida: Sevilla. Era el reencuentro más esperado por quienes guardaban en la memoria cada acorde, cada verso, cada emoción adolescente. Y no decepcionaron.
Kiko, Juande y Javi subieron al escenario del emblemático festival, que cuenta con el patrocinio de ABC de Sevilla, entre vítores, lágrimas y abanicos. Un público de más de seis mil personas, se congregó frente al escenario aguantando el calor sevillano como quien espera una promesa que por fin se cumple.
La cuenta atrás, proyectada en las pantallas gigantes, convirtió los últimos veinte segundos en una eternidad. Fotografías antiguas, destellos de una época que parecía lejana, marcaron la espera. Y entonces, la explosión. La primera canción fue 'A veces', coreada al unísono, con móviles en alto y alguna que otra chica subida a hombros buscando una mejor vista... o un pedazo más grande de ese instante que ya sabía a historia. Siguió 'Los locos somos así' y llegó la primera declaración de amor: «¡Sevilla, ya estamos aquí! ¡Veinte años han pasado!», gritó Kiko con los ojos brillantes.
La emoción fue compartida, y se hizo más palpable con temas como 'Nunca llueve al sur de California', que se convirtió en himno improvisado, a capela, con un mar de brazos alzados como olas sobre la nostalgia. Con 'Una vida por delante' llegaron las lágrimas. Kiko se tapó la cara mientras el público tomaba el estribillo, multiplicándolo. Las pantallas mostraban los rostros emocionados de miles de personas que, de alguna manera, habían crecido con esa banda sonora.
El simbolismo se hizo aún más potente con 'Dónde voy sin ti', que Kiko presentó con el corazón en la garganta: «Sevilla fue el último concierto de Los Caños hace 20 años... y evidentemente, el primero tenía que ser también aquí».
Las miradas entre el grupo y el público hablaban un lenguaje que no necesita traducción. Se sucedieron momentos de complicidad, lectura de carteles, bromas y hasta camisetas con letras bordadas.
El concierto siguió su curso con 'Hoy la vi', 'De qué manera' y el que muchos describieron como el instante más íntimo de la noche: 'Créeme'. Solo Kiko, su voz y un piano. Puro silencio cargado de significado. Y como si la noche aún guardara más sorpresas, apareció ella: Shara. Subió al escenario entre aplausos y un «cumpleaños feliz» que Sevilla le regaló como si fueran de su familia. «Yo he seguido tus pasos, y tus sueños son mis sueños», le dijo a su hermano con voz emocionada. Cantaron juntos 'Ella es', 'Mi razón de ser', 'Adolescentes' y 'Ámame', abrazando así a toda una generación de fans del dúo que marcó una época.
Tras una breve pausa, el público tomó el mando y comenzó a corear 'Niña piensa en ti', preparando la alfombra sonora para el regreso final. Volvieron con fuerza con 'A lo mejor me querías', 'Te pido la noche' y 'Agua de luna', 'Bailar en tu boca' y 'Cartitas del amor' que contó con la sorpresa de Raule. Tras unas bonitas palabras la noche siguió con 'Sin decirnos nada', 'Tú no sabes nada' y 'Niña piensa en ti' que sin algún tipo de duda fue el tema más gritado, y no podía faltar la última sorpresa de la noche, el cantante cordobés Antonio José acompañó al grupo para interpretar la nueva versión de este tema. El broche de oro vino de la mano de 'Te extraño'.
Fue una noche de reencarnación, reencuentros y cicatrices que ahora son canciones. Una noche que Sevilla no va a olvidar y que marca un nuevo comienzo para Los Caños, que demostraron que los años no borran lo que se canta con el alma. Icónica Santalucía Sevilla Fest, se convirtió en testigo privilegiado de un regreso que ya es leyenda. Porque hay virus que, lejos de curarse, se celebran. Y anoche, Sevilla volvió a contagiarse... del virus del amor.
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