Tres noches de Remember Queen para celebrar en Sevilla un legado de himnos eternos

En este calendario inmortal hay varias citas muy cercanas. Por ejemplo, el 31 de octubre se cumplen 48 años desde que se publicara el single 'Bohemian Rhapsody'. Un poco más tarde, el 24 de noviembre, habrán pasado 32 años del fallecimiento de Freddy Mercury. La cuestión es que unos días antes de ambas efemérides, Sevilla tendrá hasta tres noches (27, 28 y 29 de octubre) en el Auditorio Nissan Cartuja para rendir homenaje a un legado de himnos eternos conjurado por Remember Queen con un espectáculo tributo de más de dos horas de duración.

El grupo lo conforman a la batería, calcando los movimientos de Roger Taylor, Roberto D'Amicis. Al bajo, Julio Lorca, delineando los sosegados contoneos de John Deacon. A la guitarra principal, Leo Giannetto picando los riffs desmelenados de Brian May. Y tras el mítico bigote de Freddy Mercury, con un total de hasta 15 cambios de ropa durante las dos horas de espectáculo, el cantante italiano Piero Venery, uno de los mejores imitadores del artista inglés de todo el mundo.

El pasado mes de julio, Venery, de 43 años, celebró dos décadas sobre los escenarios homenajeando a Queen. «Esto es algo muy espiritual e importante. Es lo que dije cuando celebré el veinte aniversario, el pasado julio, interpretando a Queen. Freddy Mercury no hizo más de veinte años de carrera y por eso a veces pienso si yo estaré al final, si estaré destinado a parar, que esta sea una bendición que se convierta en maldición, pero de momento aquí estamos, seguimos. ¡Estoy en alerta!», relata Piero. «Soy de la escuela de Freddy, si voy a morir joven no me importa porque al menos habré vivido haciendo lo que quería».

Aunque algunas bandas corren el riesgo de ser una parodia, un buen tributo es un homenaje desde la imitación. Que se lo digan si no a Roger Taylor. Así pues, el tributo debe ser una aproximación a imagen y semejanza levantado como un castillo de naipes. Esto supone un escalón más de complejidad, pues la comparación no solo es contigo mismo (tu voz y tu actuación), sino con la persona o banda que se espera ver.

Según Venery, lo más complejo de interpretar a Freddy Mercury es «la parte irónica» del personaje. «Saber conseguirla es saber reírse de uno mismo, también, y esa es la parte más complicada pero que hace que la gente disfrute aún más del espectáculo». Por supuesto, tiene una parte gratificante que hace que esto sea mucho más fácil. «Lo que más le gusta de Mercury es tener al público en mi mano, cuando participa y colabora, sentirme como todo un maestro», confiesa el intérprete italiano.

En el frágil equilibrio entre la ilusión y la magia, Remember Queen ha construido un espectáculo que lleva dos décadas en activo. Durante el show, el grupo no sólo interpreta canciones de Queen sino que construye toda una fantasía para el espectador repleta de detalles, gestos, puestas en escena, incluso colaboraciones con otros artistas de la mítica banda inglesa, sobre todo, de su última gira en 1986, acompañado además de los vídeos más emblemáticos de su carrera. Un espectáculo que ya han visto más de un millón de personas en giras anteriores, según afirma su promotora.

Para conseguir mantener esa magia hay que conectar con el público, pero también con el personaje. «Freddy Mercury era el hombre que yo quería ser desde que era un niño y conocí la música de Queen, en 1992. Fue muy fácil entrar en el personaje porque él fue mi maestro, sobre todo en el tema del canto, que era mi pasión. Me gustaba cómo presentaba la canción, no solo la manera de cantar, sino de interpretar. Esto ha creado una forma de conexión entre los dos».

El grupo Remember Queen estará en Sevilla tres noches, es decir, tocará durante más de seis horas. «Estoy acostumbrado a ello, estoy lleno de energía porque no solo es un trabajo, sino una pasión. La pasión de ser fan. Es lo que me hizo elegir esta vida, antes de todo. Amo llevar la imagen de Freddy Mercury y acercarla al público y espero que se enamoren de él y de su música, y si es a través de mí es todo un orgullo». El espectáculo, pues, debe continuar.