Sevilla reza por Siloé
El grupo vallisoletano pisó con fuerza anoche el escenario del festival El Patio
Fito Robles (Siloé): «Tengo la sensación de que ha sido orgánico, que no nos hemos saltado ningún paso»
Love of Lesbian y Siloé entre los primeros confirmados de Interestelar Sevilla 2026
Sevilla
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Iniciar sesiónLa noche cayó lentamente sobre el Patio de la Diputación de Sevilla, y entre el rumor expectante del público se hizo el silencio. De pronto, las luces se apagaron… y desde el fondo de la pista, entre la gente, comenzó a sonar una voz a ... capela. Era Fito Robles, el vocalista de Siloé, que apareció al final de la pista entre el público mientras interpretaba 'La verdad' con una entrega casi susurrada, estremeciendo a todos los presentes. Fue un arranque íntimo, inesperado y profundamente humano, que desató la primera ovación de la noche. Entonces, como un estallido, el cantante llegó al escenario. En el centro, una cruz de luces LED rojas parpadeaba mientras el batería, subido sobre su asiento, marcaba el pulso con fuerza. «¡Buenas noches, Sevilla!», gritó el vocalista, y el Patio rugió. Arrancaron con la intro de 'Sangre en las venas', y desde ese primer golpe de sonido quedó claro que no habían venido a tocar: habían venido a sentir, y a hacer sentir.
«Es un lujo estar esta noche aquí, pero necesito de vuestras manos y vuestras voces para empezar esto», pidió el cantante, y todos los fans respondieron, palmas al aire, voces al unísono, un rugido colectivo que fundió escenario y público en un solo latido. Con 'La niebla' y 'Reza por mí' la intensidad subió aún más. El vocalista cantaba mirando directamente a los focos de colores, como si quisiera atravesarlos con la voz, y en medio del frenesí hacía malabares con el micrófono. No era solo música: era una catarsis compartida.
«¡Que viva Triana!», gritó antes de lanzarse a 'Cierra los ojos', adaptando la letra sobre la marcha para dedicarla a Sevilla y desatando las sonrisas del público. Entre canción y canción bromeó con el calor sevillano, justo antes de 'La oposición', y recordó que era la duodécima vez que tocaban en la ciudad: «No ha sido fácil —dijo—, hemos hecho todas las salas… por eso esta noche es tan especial». Y no olvidó recordar que a pesar del indudable éxito que están cosechando, siguen siendo un grupo independiente, que sin discográfica lucha a diario por hacerse en un hueco dentro del mundo de la industria.
Cuando llegó 'Esa estrella', el cantante confesó que era su tema favorito. Tras él, el batería tomó el protagonismo con un solo vibrante que puso a bailar incluso a quienes intentaban descansar un segundo. Entonces ocurrió uno de los momentos más íntimos y mágicos: «Esto es un regalo para Sevilla», anunció, y con guitarra en manto presentó en acústico un tema inédito, 'Las palabras', que veía la luz oficialmente en unas horas. «¡Qué subidón!», exclamó, todavía incrédulo tras quitarse la presión de presentar ese tema, mientras el reloj se acercaba al final de la noche.
Entre risas recordó que 'El poder' la tocaron por primera vez en la sevillana sala Fan Club hace ya más de 10 años, y bromeó con el público sobre lo complicado que había sido conseguir entradas para esta noche, «esto ha sido de nivel psicópata» por ellas: «Pero… ¿yo puedo ir?», ironizó, arrancando carcajadas. También mencionó, entre risas, que aún no los han nominado a los Grammy Awards, pero que, viendo lo de esta noche, poco importa.
Muchos habían viajado desde Córdoba, Almería o Cádiz para verlos. Y no era para menos: por primera vez serán cabezas de cartel en el Interestelar Sevilla, y lo reconocieron emocionados antes de interpretar 'Que merezca la pena' y 'Nada que se parezca a ti'. Fue entonces cuando el cantante, en un estallido de euforia, se quitó la camiseta y se envolvió en una. Tras una breve desaparición del escenario regresaron con 'Levita y ven' y el amago de despedida con 'La vida que me das'. Pero aún quedaban emociones: 'Si me necesitas llámame' y 'Todos los besos' cerraron la noche mientras el público coreaba cada sílaba, sabiendo que estaban viviendo algo irrepetible.
«Esto no lo puede hacer la IA… necesitamos a los seres humanos para hacer esto», proclamó el vocalista, visiblemente emocionado, mientras el Patio rugía en un último coro. Y entonces lo dijo todo: «Sois unos privilegiados. No por estar en este concierto… sino por estar vivos». Una noche inolvidable en la que Siloé no solo ofreció un concierto: ofreció un pedazo de su alma. Y sin duda una velada que ni los fans ni el propio grupo quería que acabara ya que permanecieron sobre el escenario al menos cinco minutos más saludando a los asistentes, regalando las baquetas y diferentes púas.
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