Sevilla canta al desamor por Marina Reche
La Sala Custom vibró a ritmo de balada, aunque la cantante tuvo que luchar contra las limitaciones de su voz en una noche breve pero intensa
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Iniciar sesiónAyer por la noche, la Sala Custom de Sevilla vivió una de esas veladas en las que el calor humano lograba imponerse a las bajas temperaturas exteriores. El Polígono Calonge, normalmente tranquilo, se vio abarrotado de coches y taxis que depositaban a un público principalmente ... juvenil ansioso por disfrutar de Marina Reche, una de las artistas emergentes que ha convertido el desamor en himnos de toda una generación. Las entradas para esta cita habían volado hacía meses, y el ambiente dentro de la sala no hizo más que confirmar la expectación generada: un recinto abarrotado, con apenas espacio para moverse, y una calidez palpable, tanto física como emocional.
Cuando las luces se apagaron puntualmente, un ensordecedor grito colectivo llenó el espacio. Los músicos aparecieron primero, con una intro diseñada para caldear el ambiente. Pero el verdadero estallido llegó con la entrada de Marina Reche. La cantante abrió el concierto con 'Lo he intentado', un tema potente que levantó al público desde el primer acorde. La reacción fue inmediata: las voces de los asistentes ahogaron casi por completo la de Marina, dejando claro que estaban allí no solo para escuchar, sino para vivir cada palabra. Sin embargo, lo que comenzó como un fenómeno entusiasta pronto se reveló como un problema.
La voz de Marina apenas se distinguía, y tras el segundo tema, 'Dos extraños', la cantante decidió sincerarse. «Antes de nada, quería contaros que me da mucha pena estar en esta situación esta noche. Llevo unos días muy débil y me habían propuesto cancelar este concierto, pero sé el tiempo que lleváis esperando este día. Así que preferí estar aquí cantando, aunque sea en estas condiciones. No estoy ni al 100%, ni al 50%, ni al 40%. Espero que lo podáis entender y que podamos volver muy pronto», confesó con evidente emoción.
Estas palabras no solo despertaron la empatía del público, sino que también marcaron el tono del resto de la noche. Marina pidió la colaboración de los asistentes: «Los agudos los vais a tener que hacer vosotras», bromeó, arrancando aplausos y risas. Y así, el concierto continuó con un papel protagónico del público, que no dejó sola a la artista en ningún momento.
El lado más vulnerable
Con 'No fue así', comenzó una sección más íntima, donde Marina optó por temas con arreglos instrumentales más sutiles. Sin embargo, su voz seguía sin destacar, y recurrió constantemente al apoyo del público, acercando el micrófono hacia ellos en numerosas ocasiones. Aunque las condiciones no eran ideales, Marina no dejó que su alegría se viera opacada. Entre canción y canción, interactuaba con el público, recogía sus comentarios e incluso bromeaba respondiendo entre risas a los fans que le gritaban desde la pista.
Uno de los momentos más destacados de la noche llegó con 'Quién me enseñó a amar', el segundo tema de su EP Oscuridad. Antes de interpretarlo, Marina compartió la historia detrás de este proyecto: «Aunque ahora estoy viviendo un momento muy bonito con el lanzamiento de mi primer trabajo, cuando escribí estas canciones estaba pasando por una ruptura especialmente dolorosa. Me abrí completamente, era la Marina más vulnerable», confesó. A pesar del trasfondo melancólico, logró involucrar al público dividiendo la sala y haciendo que cantaran el estribillo en bloques, un gesto que sumó energía a la interpretación.
Noche de altibajos
La intensidad continuó con temas como '13+1', que desató lágrimas en buena parte del público, especialmente cuando el tema alcanzó su emotivo desenlace. Sin embargo, no todo fue melancolía. 'A ciegas' elevó los ánimos, aunque con una pequeña nota de decepción. Habitualmente, Marina incluye una versión sorpresa en esta parte de su repertorio, pero en esta ocasión decidió no hacerlo. Este detalle no pasó desapercibido para los asistentes más fieles, aunque se vio parcialmente compensado por la interpretación de 'Buenos Aires', un tema que no siempre forma parte de sus conciertos, a pesar de formar parte de su último trabajo.
La recta final del espectáculo se convirtió en una montaña rusa emocional. Con temas como 'A por ti' y 'Oro', Marina recuperó la energía de la sala, invitando al público a participar activamente, arrancando una de las ovaciones más grandes de la noche. Sin embargo, su voz, que había comenzado el concierto en condiciones limitadas, seguía deteriorándose. Antes de las últimas canciones, Marina confesó: «Estoy sobreviviendo. De corazón, os agradezco que me estáis ayudando tanto porque estoy sufriendo un poquito».
Un final agridulce para un noche corta
El concierto cerró con una tríada de sus temas más populares: 'Así', 'Mil preguntas' y 'Por si quieres volver', todos ellos conocidos por su capacidad para resonar con aquellos que han vivido un desamor. Marina afirmó: «Sé que usáis esta canción para descargar todo lo que tenéis dentro», antes de interpretarla logrando que la sala entera se volcara en una risa irónica. El broche final llegó con 'No me ves', que puso a toda la sala a saltar y cantar al unísono. Marina, afónica y agotada, se despidió agradeciendo al público por su comprensión y apoyo. La conexión entre la cantante y su público brilló como el eje central de la noche, pero las limitaciones vocales de la artista y la corta duración del espectáculo, de apenas 60 minutos, dejaron un sabor agridulce. Sin embargo, su sinceridad, entrega y capacidad para sobreponerse a las adversidades demostraron que tiene el carisma y la autenticidad necesarios para consolidarse en el panorama musical.
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