Sevilla abre las puertas a Laura Pausini y su mensaje de amor y lucha

La cantante del país transalpino ha cuidado cada detalle de sus actuaciones en estas fechas, con una producción que ya estrenó en Venecia a principios de este mes. Esos tres conciertos en la Plaza de San Marcos y los de este viernes y sábado en Sevilla, configuran la premier de este tour mundial por el redondo aniversario, una gira que continuará a finales de año.

Y el primero de los dos en la capital hispalense estuvo trufado de guiños a esta tierra, que correspondió con otro lleno en el exitoso festival. Hasta el tiempo acompañó para el desarrollo del espectáculo, aliviando la preocupación de la propia cantante, que hace unas semanas bromeó en redes sociales sobre la posibilidad de freír un huevo en la plaza centenaria. Las anécdotas no empañaron el mensaje con el que la que la televisiva intérprete ha concebido estas presentaciones, con alegatos tan diversos como la lucha contra la violencia de género o la preservación de la naturaleza.

Salió puntual la italiana, que en noviembre volverá a la capital andaluza, donde se celebrarán los Grammy Latino, ya que recientemente ha sido nombrada Persona del Año. De rojo pasión, con un vestido vaporoso y un único adorno en el cuello de una llamativa flor del anthurium y con 'La soledad', la canción con la que en 1993 ganó el Festival de San Remo y la italiana se introdujo en nuestros hogares. En este tema, como muchos de los que interpretó durante sus dos horas y media sobre el escenario de Icónica Fest, mezcló las letras en español con el inglés y el italiano, en otro signo de su discurso global, del compromiso con la sociedad y de su longeva carrera.

El show de Laura Pausini se engrandeció aún más con la belleza del telón de fondo y con la entrega de un auditorio formado por varias generaciones y nacionalidades -muy amplia la colonia italiana-, cómplice en todo momento con sus invitaciones y generoso en el aplauso tras cada intervención. Porque además de las más de 20 canciones que interpretó, los cambios de vestuario, el potente acompañamiento audiovisual y musical -«algunos de los chicos de mi banda nunca han tocado antes en España», contó al principio- la artista derrochó esa cercanía que transmite en la pequeña pantalla y que la ha convertido en un icono en ambos lados del océano.

Centró buena parte de sus alocuciones en denunciar y convencer a denunciar a aquellas mujeres víctimas de la violencia machista, que este mismo jueves se ha cobrado otra vida en la localidad malagueña de Humilladero. «Lo verás, lograrás resistir, si nadie lo ve, yo sí», cantó. «Demasiadas mujeres asesinadas, es una vergüenza mundial», gritó. «Podemos intentar cambiarlo hablando de ello. Por favor, intentad ser más fuertes aún que ya demostráis soportando ese dolor. Cuando nadie os ve, como dice la canción, siempre habrá alguien que os pueda escuchar», rogó. 'Yo sí' no es el único tema con el que Pausini transmitió sus valores en defensa de los derechos de la mujer o el orgullo gay, en este caso inclusó ondeó una bandera multicolor y subió al escenario a una pareja homosexual.

También hizo mención a la necesidad de cuidar el planeta y, entre sus himnos, una retahíla de piropos a Sevilla: «Tenéis una cualidad, que es hacerme sentirme como en casa. Estoy muy contenta de estar hoy cantando en esta Plaza de España. Para vosotros será normal, pero para un italiano no es normal tener un escenario y cantar en un lugar tan bello e histórico detrás», comentó.

Repertorio y vestuario fueron a la par en este primero de los dos conciertos en la capital andaluza. Pasado, presente y futuro. El rojo, lo vivido, la elegancia de sus primeros años y éxitos como 'Amores extraños' o 'Inolvidable'. El azul, sus temas más actuales como 'En cambio no', 'Entre tú y mil mares' o 'Escucha atento'. El verde, lo que está por venir, que ya tiene algún adelanto como 'El primer paso en la luna'.

Laura Pausini se sintió como en su hogar en su primera cita sevillana y por eso introdujo a la suya en el concierto. Dedicó una canción a su abuela, su «ángel», cantó al piano mientras se proyectaban imágenes de su boda con Paolo Carta y habló de su pequeña hija. Se le rompió un zapato y el telón se echó con cantes por bulerías. Las puertas de esta casa se vuelven a abrir este sábado para la italiana, que tardó en llegar, pero 'No se fue'.