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Rosario La Tremendita en Sevilla: un viaje a su 'Origen' flamenco

La trianera ha inaugurado los 'Jueves Flamencos' de la Fundación Cajasol rindiendo homenaje a sus raíces

Sevilla traslada las pantallas gigantes para seguir a Melody en Eurovisión: estos son los nuevos puntos de encuentro

Rosario La Tremendita y Joselito Acedo a la guitarra juan flores
Paula Mateo

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La Feria ha dejado a Sevilla con la miel en los labios. Hace apenas una semana, la ciudad se perdía por las calles del Real entre jarras de rebujito, sevillanas y volantes. A pesar de que los fuegos artificiales del pasado domingo despidieron una de las semanas más grandes de la capital hispalense, como dice el refrán, «el final es el comienzo de algo nuevo». En este caso, ese «algo nuevo» ha sido el ciclo 'Jueves Flamencos' de la Fundación Cajasol.

Esta iniciativa tiene como objetivo promover y difundir el flamenco, considerado un patrimonio cultural vivo, además de motor de identidad para Andalucía. Para dar el pistoletazo de salida, la Fundación Cajasol ha optado por Rosario La Tremendita. Según ha revelado la artista, la única condición que le puso la organización fue que «viniera muy flamenca». Por suerte, la trianera no sabe ser de otra manera.

Flamenco con sello de Triana

Cinco minutos de cortesía fueron suficientes para que el público tomara asiento. Una vez el recinto lleno -casi al completo-, La Tremendita abandonó el backstage para desfilar junto a su séquito de músicos por el escenario. Ninguno pronunció palabra, tampoco saludaron, se remitieron a ocupar cada uno su lugar y adentrarse en 'Origen', su propuesta, a través de un taranto y un tercio que cantaba su abuela La Pescaera. Durante los primeros minutos, los asistentes tampoco emitieron sonido alguno: ni palmas, ni 'olés'.

Una vez terminados los primeros temas, Rosario aprovechó la pausa para confesar que, ver a tantas personas, «me llena de felicidad y, por otro, de responsabilidad. Este escenario es como una casa para mí, aunque me haya tenido que dejar el lado para volver aquí», explica entre risas, haciendo referencia al lado del pelo que hasta hace un tiempo tenía rapado.

A lo largo del espectáculo, Rosario, junto a Joselito Acedo a la guitarra, Tremendo Hijo a las palmas y Miguel Fernández a la percusión y palmas, rindió homenaje a personalidades como Pepe Marchena a través de una milonga. Otro de los palos que protagonizaron la noche fueron las seguiriyas y las alegrías, sin dejar atrás la bulería en alguna que otra ocasión.

A medida que el show avanzaba, el público iba entrando en calor. Tanto, que en alguna ocasión la cantaora recibió piropos desde diferentes localidades, a lo que respondió con un «tengo aquí a mucha gente que me quiere». Era cierto, porque entre las butacas, además de amantes del flamenco, había miembros de su familia, aunque la única a la que Rosario dedicó una pieza fue a «una de mis dos abuelas, que está aquí».

Si hay algo que caracteriza a Rosario La Tremendita es la versatilidad. En estos 35 años de trayectoria musical, hay quien la considera una de las grandes revolucionares del cante jondo. Lo cierto es que su interpretación de los diferentes palos transmite frescura y libertad, pero, sobre todo, poderío.

A pesar de no ser pionera en la incorporación del bajo eléctrico al flamenco, es algo que sigue sin ser habitual en los recitales flamencos, y el público lo demostró con fuertes aplausos al terminar cada canción. No obstante, estas ovaciones no estaban dirigidas únicamente a La Tremendita, sino también a sus acompañantes. «Son los mejores por una sencilla razón: se suben con los corazones abiertos para dar el alma, no hay nada más», admitía la única mujer sobre el escenario. «Las raíces las llevamos dentro, y todos nosotros somos flamencos. Esta es la manera que tenemos de expresarnos».

Durante la jornada, adelantó uno de sus próximos proyectos. Además de estar trabajando en el nuevo disco, dentro de muy poco tiempo publicará un tema con la voz de su abuela -la que no estaba presente en el concierto-. No se sabe quién tiene más ganas de sacar la canción, si ella, o su abuela, «que no deja de preguntarme: ¿Cuándo me vas a hacer famosa en el barrio?».

La trianera llevaba tiempo sin pisar una tarima, y fue evidente que había disfrutado de la noche, incluso llegó a manifestarlo públicamente: «Estoy encantada de estar aquí porque hacía mucho tiempo que no me sentaba en una silla, y estoy muy cómoda ahora mismo». Sin embargo, el gozo no tardó mucho más en terminar. A los pocos minutos, un gran aplauso por parte del público inundó el teatro.

Cuando Rosario se situó al borde del escenario, los asistentes supieron que el 'Jueves Flamenco' había llegado al final. De ahí que, tanto aquellos en el patio de butacas, como los del palco, se pusieran en pie para despedir a la cantaora y a su equipo. Tras una reverencia y un «¡muchísimas gracias, sean felices!», los artistas desaparecieron del escenario, y el teatro enseguida se vació.

Sevilla ya espera con ganas al próximo jueves, donde La Fabi será la próxima en deleitar a todos con su proyecto 'Fruto y Flores'.

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