Medina Azahara da el pistoletazo de salida a su 'Sueño Eterno' en Sevilla

Pasadas las 21 horas, la batería y el teclado comenzaron a reproducir los primeros acordes de 'Todo el mundo en pie', cantando que «Ya ha empezado la fiesta, nos vamos a divertir«. Acto seguido, cuatro bengalas de fuego iluminaron el escenario, ofreciendo una asombrosa puesta en escena. A estas alturas -cinco segundos después de haber empezado-, el público ya se había venido arriba, y miles de palmas marcaban el ritmo de la canción.

En un ambiente donde el humo revoloteaba entre luces azules y blancas, Manuel Martínez Pradas, vocalista de Medina Azahara, anunciaba lo bonito que es comenzar: «Aquí hay gente que siempre nos ha acompañado a todas partes. No sabéis cómo agradecemos, de verdad, que estéis aquí». Lo cierto es que el agradecimiento era mutuo, porque el público -algunos niños y jóvenes pero, sobre todo, adultos de mediana y avanzada edad- disfrutó del concierto como si fuera el último, donde la expectación, la euforia y la nostalgia inundaban las butacas.

Si hay una palabra que caracterizaba a los asistentes es 'entrega'. En ningún momento de la noche faltaron palmas, aplausos, gritos de «¡guapos!» y ovaciones. Tampoco hubo una sola canción que no se cantara a pleno pulmón. Algunos, incluso adivinaban cuál sería el próximo tema incluso antes de que Manuel terminara el discurso introductorio. El más evidente fue cuando, mientras el vocalista denunciaba lo injusto que es que haya niños muriendo en guerras, se podía escuchar entre la multitud «¡'Niños de la guerra'!».

Con 45 años de recorrido, la banda y gran parte de sus oyentes han crecido de la mano, por lo que, cuando Medina Azahara interpretó algunos de sus éxitos más antiguos, gran parte de los presentes pudieron revivir, por un momento, sus días de juventud. A los protagonistas de la noche también les sirvió para recordar viejos tiempos, como cuando les hacían entrevistas en medios de comunicación: «Gracias a esas radios pequeñitas, y a las grandes también, podemos cantar esta canción», explicaban segundos antes de cantar 'La radio siempre está'.

Por su parte, reivindicando su tierra y llevando sus raíces por bandera, dedicaron 'Andalucía' a todos esos andaluces que han tenido que emigrar para poder dar de comer a sus familias, recordando que «un corazón que nace en Andalucía siempre sueña con volver». Cuánta razón llevan.

«Ahora sí que estamos preparados, ¿a que sí?», bromeaba Manuel una hora después de que empezara el espectáculo, a lo que el público respondió con una gran ovación. Para ellos, un concierto va más allá de cantar canciones, es conectar con el público. Por eso, aprovecharon cada minuto para desvelar alguna curiosidad.

En esta ocasión, confesaron que, «aunque han sido varios meses de ensayos, escribir canciones, grabar, preparar la gira…», «cuando salíamos de casa esta mañana nos temblaban las piernas, y mira que las tenemos canijillas« ante la incertidumbre de no saber cómo reaccionaría el público en directo con las canciones que han sacado recientemente. Sin duda, la buena acogida por parte de los asistentes, que cantaron todos y cada uno de los temas del repertorio, les sorprendió enormemente.

'Todo tiene su fin', y, con esa misma canción, Medina Azahara se despedía de Sevilla sobre el escenario. Por suerte, estaba el público ahí para recordarles, entre ovaciones, que «¡Eh, Medina, así no se termina!«. Aún quedaban algunas canciones más, como su último single, 'El sueño eterno', y 'Necesito respirar'.

El tema que, finalmente, puso el broche de oro fue 'A toda esta gente', donde la ovación de todo un auditorio en pie coronó el espectáculo. A continuación, Manuel agradeció la labor de todo el personal que hay detrás del escenario y, por supuesto, a su banda: «Uno de los mejores bajistas o quizá el mejor que ha pasado por aquí, Álvaro Coronado«; a la batería, »con una fuerza arrolladora, Fernando Prats; «ha sido nombrado el mejor teclista de este país y se lo merece», para introducir a Manuel Ibañez; y «el mejor guitarra de este país, uno de los mejores de Europa y del mundo, Paco Ventura«.

A esto se le suma la intervención de Álvaro Coronado, que presentó a «la voz más grande de este país y la voz de Medina Azahara, Manuel», añadiendo que «vamos a demostrar, Manuel Martínez, que aún hay Medina Azahara para rato«.

Por último, el vocalista, prometiendo «no cumplir más años», despidió la noche agradeciendo al público «esos viajes loquísimos que habéis hecho algunos y aguantar esa lluvia, y esos comentarios de, ¿pero todavía vas a ver a Medina Azahara? ¿Esos no estaban muertos? Que seáis muy felices y tengáis mucha paz, mucho amor y mucha libertad. Buenas noches y muchas gracias«. Tras su discurso, el público despeja el auditorio al ritmo de 'Highway to hell' de AC/DC, que pone el punto final a la noche.

Después de 45 años sobre los escenarios reivindicando las señas de identidad de Andalucía, este no fue, ni más ni menos, que el primer concierto de Medina Azahara, pero sí el de este nuevo 'tour'. Aún queda mucha gira por delante, pero el espectáculo de anoche fue el mejor pistoletazo de salida que el grupo podría haber dado. Porque sí, después de tantos años de trayectoria, las expectativas estaban altas, pero el 'show' de ayer por la noche fue un auténtico 'Sueño Eterno' para los asistentes. No todos los días se disfruta del rock andaluz de Medina Azahara, durante el inicio de su nueva gira, en el Cartuja Center de Sevilla.