José Mercé: «Antes este mundo era muy cerrado, metías una guitarra que no era flamenca y para ellos eran los tambores de Fu Manchú»
El cantaor se atreve ahora con las canciones de otro jerezano, Manuel Alejandro, con un disco y una gira que le traen a Sevilla el día 20 de noviembre en el marco de 'Insólito'
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El cante más solidario de José Mercé
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Iniciar sesiónJosé Mercé (Jerez, 1955) no siempre ha ido a su aire, aunque la suya sea una de las carreras más revolucionarias dentro del universo flamenco de las últimas décadas. En los años 80, cuenta, una mala crítica te apartaba de los escenarios por seis meses. ... Por una cosa u otra, no ha sido hasta este año cuando ha podido poner en marcha un proyecto muy deseado. El de llevarse a su estilo las composiciones de su paisano Manuel Alejandro. De un disco que verá la luz próximamente, ya han salido dos versiones, 'Se nos rompió el amor' y 'Te desean', y se ha presentado en varios escenarios (como el Palau de la Música de Barcelona este mismo viernes) con gran éxito. El día 20 de noviembre hace lo propio en el Cartuja Center de Sevilla dentro del festival 'Insólito'.
-¿Como está reaccionado el público con 'José Mercé canta a Manuel Alejandro?
-Pues el público está reaccionando maravillosamente. Recuerdo el otro día en la Plaza Mayor de Salamanca con 20.000 personas; en Valladolid, con 16.000, en todos los teatros con 1.000, 2.000 personas y se lo pasan en grande. Yo siempre les digo que con que disfruten la mitad de lo que yo disfruto en el escenario, con eso ya me doy por pagado. Y la verdad que están disfrutando mucho, de verdad, eso se nota.
-Y lo más importante, ¿cómo ha reaccionado Manuel Alejandro?
-Bueno, pues Manuel Alejandro está encantadísimo de que haga eso. Ya me dijo hace muchos años que tenía que hacerlo. A mí me daba, no sé si era respeto, miedo, pues bueno, pues como estaban las cosas en el flamenco en esa época de los años 80 eran muy cerrados. Si hacía una canción te podían quitar de comer seis meses. Si hacían una mala crítica en el ABC o en El País de esa época, para qué querías más...
-Usted los llama los flamencólicos. ¿Le han criticado mucho a lo largo de su carrera?
-Sí, yo cariñosamente les llamo siempre flamencólicos a los flamencólogos. Entonces estaba todo muy cerrado, era todo sota, caballo y rey, en cuanto se metía otro instrumento que ya no fuera la guitarra flamenca, una percusión, una guitarra eléctrica o un piano, para ellos eran los tambores de Fu Manchú. Afortunadamente yo he sido muy arriesgado en mi profesión, unas veces he acertado, otras veces me he equivocado, pero como yo siempre digo, de las equivocaciones se aprende mucho y, además, si no arriesgas, yo creo que te aburres.
-De jerezano a jerezano. ¿Cuál ha sido la relación que ha mantenido con Manuel Alejandro?
-Nuestra relación es de siempre. Yo recuerdo de pequeño que ya Manuel Alejandro me veía por la calle de La Merced, donde hemos nacido los dos, en el barrio de Santiago. Luego yo me vine muy joven a Madrid, donde ya vivía Manuel también y me ha visto muchas veces los tablaos, cantando en los estudios cuando hemos ido a grabar y siempre, la verdad que siempre hemos tenido esa sensación, esas ganas de grabar sus temas porque en realidad Manuel es de los más flamenco que hay. Desde su habitación, cuando él estaba estudiando solfeo, componiendo con su piano, lo que escuchaba en realidad era a los gitanos viejos de Jerez en ese tabanco de abajo de su casa dando por soleá, por segurillas y por martinetes. A Manuel es muy fácil cantarlo y llevarlo al mundo del flamenco. Yo creo que a todas las músicas. Manuel es el mayor escribidor de canciones de amor y desamor, no de España, de Europa, del mundo.
-Sus letras son muy flamencas, sí, con una pasión...
-Eso se puede hacer nada más habiendo escuchado mucho flamenco, si no yo creo que era imposible.
-En una entrevista Manuel Alejandro contó que incluso se apuntó a un concurso de saetas con su hermano, pero con poca suerte...
-Hombre, claro, para cantar saeta imagínese, ¿no? Yo recuerdo mucho a su hermano José María, que es un gran compositor también y director y bueno, hemos hecho muchas cosas juntos, de todos los discos de la Navidad que se hacían Jerez, que la hacía Manolo Parrilla, ese gran guitarrista.
-Viene de hacer 'El oripandó' y cambia totalmente de registro con estas canciones de Manuel Alejandro.
-Yo siempre digo que cada vez que hago algo tiene que ser nuevo y tiene que ser algo que no tenga nada que ver con lo anterior. Para mí 'El oripandó' es una obra y no me canso de decirlo, que hay que escucharla mucho. Es una obra muy flamenca desde que empieza hasta que termina. Lo único que hay que escucharlo mucho y ya se dará cuenta la gente más pronto, más temprano. Y ahora es otra cosa distinta, son versiones de todos los grandes temas de Manuel Alejandro que yo los llevo al flamenco.
'José Mercé canta a Manuel Alejandro'
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Dónde: Cartuja Center
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Dirección: Calle Leonardo Da Vinci, 7
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Cuándo: 20 noviembre 2025
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Horario: 20.30 horas
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Entradas: insolitosevilla.com
-Todo lo hace con mucho respeto, ¿pero este trabajo le ha infundido más?
-Creo que cuando hago un proyecto es porque me gusta y me llena mucho. Y entonces lo hago con tanta ilusión y tantas ganas que para mí es algo que no me cuesta trabajo en el sentido de que lo siento tanto y llevo pensándolo tanto tiempo que al final pues me siento muy identificado.
-Y parece que no le cuesta, pero hay mucho esfuerzo detrás.
-Hombre, hay mucho trabajo detrás, por supuesto, pero me refiero que lo hace uno con tanta ilusión, con tantas ganas, que que al final sí, te lleva muchas horas, muchos días, muchos meses, pero al final cuando ves lo que has hecho y te quedas contento, pues ya con eso estoy pagado.
-¿Cuál es su canción favorita de todas las de Manuel Alejandro?
-Bueno, favorita para mí de Manuel son todas, pero de este disco que yo he hecho me gusta mucho 'Se nos rompió el amor'. Y el segundo single que va a salir me pare una joya musical. Y luego, bueno, pues hay un 'Yo soy rebelde' que no tiene nada que ver con todas las versiones que se han hecho y que vais a bailar mucho. Creo que los ocho o nueve temas que he hecho de Manuel están muy conseguidos, llevándolo al flamenco, a lo mío.
-Y de todos los intérpretes que han cantado por Manuel Alejandro, ¿con cuál se queda?
-Donde estén Rocío Jurado y Raphael haciendo los temas, ningún otro. Eran trajes a su medida.
-¿Y a usted, pese a su relación nunca le ha escrito?
-No, porque ya digo que en aquella época yo no sé si era miedo o respeto, no sé, pero yo creo que era más bien miedo porque el hacer un tema de Manuel Alejandro ya era canción y yo estaba muy metido en el mundo del flamenco. Una mala crítica te quitaba del flamenco y te dejaba seis meses sin comer.
«El problema es que si al ministro de Cultura no le gusta la paella, no le gusta el flamenco y no le gustan los toros... Habría que cambiar al ministro»
-Hace unos meses recogió el premio Cajasol y declaró que el flamenco se lo había dado todo. ¿Qué le queda todavía por explotar?
-Yo le debo todo al flamenco. Yo no sé hacer otra cosa, para mí el flamenco es una forma de vida, o sea, que yo no sé hacer otra cosa. Yo he salido del colegio con 13 años. En mi casa, en mi familia, lo que se ha mamado siempre ha sido el flamenco, es lo que hemos escuchado y desde bien pequeño cantado y con 13 años ya me fui profesionalmente a un tablao a Cádiz. Luego ya me vine a Madrid, y en el 83 ya empecé a cantar solo en los festivales y demás, pero vamos, yo para mí el flamenco lo es todo, vamos, yo sin el flamenco no sería nadie, eso está muy claro. Y el flamenco lo que hay que hacer es cuidarlo mucho y saber además que nuestra música y nuestra marca España es el flamenco, eso que no se lo olvide nadie.
-Se cumple el 15 aniversario de la declaración del flamenco como patrimonio de la humanidad, ¿cree que ha cambiado algo en este tiempo con respecto a la percepción del flamenco?
-Hemos luchado tanto para que esto fuera patrimonio inmaterial de la humanidad... Pero en realidad yo siempre estoy diciendo lo mismo y no me voy a cansar. Al flamenco, aquí en España, no se le da la categoría y lo que es el flamenco, como ya he dicho, es que es la música nuestra. Y yo creo que se debería de hacer más. No es normal, yo no digo ni bien ni mal. Que vienen grandes grupos de fuera, pagan dinerales y al flamenco siempre estamos como pidiendo limosna. Y eso duele, la verdad.
-Pero ahora vienen las fechas señaladas y se le da mucho bombo...
-Realmente estamos mucho mejor que hace 40 años, eso está claro. Pero vamos, que todavía nos queda mucho para que de una vez por todas al flamenco se le trate como la música más importante de este país. Yo voy por ahí a cantar fuera de España y siempre en todas las emisoras hay una hora de la música de ese país. Aquí no, aquí a los flamencos nos ponen Radio Olé y pare usted de contar. Y la música clásica de José María Velázquez que nos ponen a las 10, a las 11, a las 12 de la noche, no sé qué hora, pero nada más. Las grandes emisoras de radio no nos ponen a los flamencos, ponen al pop. Así de claro.
-¿Se corre el riesgo que al expandir el flamenco se pierda la esencia, el flamenco de tablaos y de peñas?
-Pues claro, eso ya se ha perdido. Yo recuerdo en Madrid estaban los mejores tablaos del mundo con los mejores artistas del mundo del flamenco, de cante, de baile, de guitarra. Hoy en día el tablao se abre a las 5 de la tarde y a las 9 de la noche está cerrado. Toda esa esencia que había se ha perdido.
-¿Y qué se puede hacer para que la internacionalización no acabe con el flamenco más puro?
-Yo pienso que el flamenco más puro no se va a perder nunca. El flamenco es música de raíz, como el jazz, como el blues. Eso no tiene moda, estaremos un día más para arriba, otro día más para abajo, pero eso es eterno. Lo que está claro que la pureza del flamenco y lo que es el flamenco no se va a perder. Por eso no hay que tener miedo, el flamenco es eterno. La música de raíz es eterna. Pasen los años que pasen. Ahí no hay que estemos una vez más para abajo, otra vez más para arriba. Vale, de acuerdo, pero siempre existirá. El flamenco no se apagará nunca. Afortunadamente.
-Este año tampoco ha sido reconocido con el Princesa de Asturias, pero sí una Medalla de Oro de las Bellas Artes.
-Espero que en algún momento caiga. La medalla todavía no me la han dado, no tengo idea de cuándo me la van a entregar. Igual se la quedan (risas).
-¿Qué supone para usted este reconocimiento?
-Hombre, para mí todo lo que sea reconocimiento y todo lo que sean premios estando vivo, que yo lo disfrute, es una gran satisfacción. A mí, ya una vez que no esté aquí, que no me den ningún premio y digan más nada, lo que me tenga que dar que me lo den en vida.
«Las grandes emisoras no nos ponen a los flamencos, ponen el pop. Así de claro»
-Usted sabe que esta medalla la otorga el Ministerio de Cultura. ¿Qué le parece el ministro?
-Pues mira, es de las pocas personas que yo no he visto nunca en persona, no he estado nunca con él. No he tenido trato con él ninguno. No sé, en el momento que lo conozca y vea podré decir algo.
-Su ministerio está en contra de una seña de identidad cultural como los toros...
-La verdad es que esas cosas no me gustan. El problema es que si al ministro de Cultura no le gusta la paella, no le gusta el flamenco, no le gusta los garbanzos con arroz y no le gustan los toros... Pues yo creo que deberían de poner a otro ministro, la verdad, ¿qué quiere que le diga?
-Con 70 años, ¿qué le queda por hacer a José Mercé?
-Tengo muchas cosas por hacer y quiero hacerlas. Afortunadamente sí me encuentro muy bien de salud. Si la salud me respeta creo que voy a hacer todo lo que tengo en mente.
-¿Qué legado le gustaría dejar?
-Mi legado tiene que ser la antología. El día que la haga ya no grabo más, seguiré trabajando, pero discos ya se acabaron.
-¿Y qué contendrá esa antología?
-Quiero hacer una antología que sea medianamente como Dios manda, con 20 o 30 palos, que sea lo más extensa posible y dejarla para la gente joven.
-¿Pero será un antología con sello José Mercé o de todas las fuentes de la que usted ha bebido?
-Me gustaría que fuese estilo José Mercé. Tres o cuatro seguiriyas, tres o cuatro bulerías, los fandangos, la taranta, la cartagenera, martinete, la toná, las alegrías... Todos los cantes que se puedan dejar grabados. Creo que la última que se hizo fue la de Antonio Mairena. Pero yo no voy a hacer algo didáctico. Voy cantar como yo sé, no tengo por qué cantar ni como don Antonio Chacón ni como Manuel Torres, yo quiero cantar como soy.
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