entrevista
Jorge Ilegal: «El rock ha padecido una manera impostada de hacer música»
Ilegales protagoniza el jueves 3 de agosto el primer concierto del Pop CAAC 2023, una cita en la que también actuarán los sevillanos Amante Laffón
Ilegales, Morgan, Perrate y La Plazuela, nombres más destacados del Pop CAAC 2023
Fernando Rodríguez Murube
Sevilla
Ilegales, la mítica banda de rock liderada por el inclasificable Jorge Martínez, protagoniza este jueves 3 de agosto la primera actuación del Pop CAAC, el popular ciclo de conciertos que tiene lugar cada verano en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Estarán ... teloneados por los sevillanos Amante Laffón, una formación más cercana a sonidos más actuales y al indie que poco tiene que ver con el grupo que firma temas tan conocidos como 'Tiempos nuevos, tiempos salvajes' o 'Soy un macarra'.
Llegan a Sevilla inmersos en la gira con la que conmemoran sus 40 años de carrera. Efeméride que celebran dando guerra, como siempre, publicando, además de un disco recopilatorio en el que participan artistas de la talla de Andrés Calamaro, Bunbury, Loquillo, Josele Santiago, Luz Casal o Kutxi Romero, material nuevo que tiene como antesala 'Todos los peligros me conocen', un temazo marca de la casa que supone un golpe de autoridad y que deja meridianamente patente que lejos de amainar la intensidad de su música, pese a las cuatro décadas de trayectoria sigue intacta la actitud y la decisión con la que afrontan la vida, arriba y abajo del escenario.
Lejos de lo que puede transmitir su apariencia, Jorge 'Ilegal' se muestra en las distancias cortas como un tipo cercano, casi entrañable, divertido y apasionado. Atiende la llamada de ABC en pleno paseo vespertino a escasos metros del Palacio de Bolgues, en su Asturias natal: «Voy caminando en pleno campo, todo lo que veo a mi alrededor es de un verde precioso, estoy pasando entre un montón de ovejas negras, o sea como yo, está nublado y caen ligeras gotitas, se está de puta madre», describe nada más descolgar. «Ojalá pudiera mostrarte algún vídeo o foto, pero me queda poquísima batería».
Durante la entrevista, mientras dispara titulares, describe con poético detalle prácticamente cada paso que va dando, incluso a las personas que va saludando por el camino. Antes, al inicio, de improviso interrumpe su bucólico sentir para recordar un concierto de Paul McCartney en el Liceo de Barcelona. «Fue cojonudo, ya que cantó una fuerza brutal. Fui desde Oviedo exclusivamente para verlo. Ser un Beatle debe ser la hostia.
—Completamente de acuerdo. Pero yo me pregunto cómo será eso de ser un 'Ilegal'…
—Se siente inmerso en esa sopa sólida que generamos que es cojonuda, porque se genera entre varios maníacos. Yo he fabricado el cóctel, pero para sacar adelante un grupo como Ilegales tienes que funcionar con gente que esté loco por esto, es imprescindible, con varios maníacos igual que tú. Todos los miembros de la banda están locos por la música, no atienden a otra razón, o a muy pocas. Alguien que tiene una colección de siete baterías no es un tipo muy razonable (risas), otro tiene no sé cuántos bajos, yo tengo sesenta y pico guitarras, ahora hemos introducido un nuevo miembro y toca varios instrumentos: toca saxo, clarinete, teclado, bajo, guitarra, batería, y todo bien. En definitiva, somos un grupo de locos por la música cuyo fin no es obtener un producto, que es lo que quieren las discográficas y las grandes plataformas, el objetivo es alcanzar lo que nosotros consideramos el arte supremo.
«Un stick de hockey me salvó la vida. ¿Soy culpable de vivir? Pues sí.
Jorge Martínez 'Ilegal'
—Ilegales siempre ha estado muy convencido de su manera de entender el rock. Al menos esa es la imagen que transmite.
—Yo creo que la palabra es decisión. La decisión es un arma muy poderosa. Decidir algo hace que todo funcione, es necesario. Es un concepto que me gusta más que actitud, porque actitud se parece un poco a pose. El rock ha padecido mucho una determinada manera de hacer música que tiene bastante de impostado, sobre todo en mi generación, en los ochenta. Estaban más preocupados por su peinado y su maquillaje que por la propia música. Nosotros, en cambio, no estábamos interesados en el envoltorio. De hecho, Ilegales ha pecado de ser excesivamente sincero, incluso bocazas. No nos hemos cortado, porque, además, se sabía todo.
—Por sus modales y sus maneras, la violencia siempre ha sido una de las señas de identidad de Jorge Ilegal. En el interesante documental sobre la banda, 'Mi vida entre las hormigas', se cuenta que durante un tiempo nunca salía a la calle sin su stick de hockey, «su arma favorita, un arma terrible». Hasta el punto de dedicarle una canción, 'Stick de hockey', del disco 'Agotados de esperar al fin'. Todo ello guarda cierta similitud con Alex DeLarge, el protagonista de 'La naranja mecánica', ¿no le parece? Incluso, hace un momento ha usado el término 'maníacos' para referirse a los miembros de su banda, lo cual, si hilamos fino en la comparación con la cinta de Kubrick, bien podrían ser sus 'drugos'.
—Es posible. Pero también los chulos de puta que querían matarme sí que eran la Naranja Mecánica. Yo era mucho más joven, era un niñato con ganas de vivir.
—O sea, lo usaba en defensa propia.
—Claro, en Gijón, por una historia que me pasó allí. Un día me encontré en mi casa con alguien que de repente me amenazó, lo arreglé a mi manera y luego querían matarme. Iban a hacerlo entre varios, sin saber quién metería la cuchillada final, lo tenían muy mal planeado. El stick de hockey me salvó la vida. En fin, soy culpable de que no se les haya dado bien, soy culpable de haberles cortado el rollo de asesino. ¿Soy culpable de vivir? Pues sí.
—¿Qué es lo que le motivaba hace 40 años a hacer canciones y a subirse a un escenario?
—Quería canciones a mi medida, lo que funcionaba por ahí en aquel momento no me gustaba. Estábamos en medio de la movida madrileña, que estaba muriendo de inanición. Se había creado toda una industria alrededor de ella y acaparaba toda la atención de los medios de comunicación, pero claro, el problema es que adolecía de base. No tenía suficiente material para alimentarse. Ahí es donde entra Ilegales con las canciones que ya venía haciendo desde los años setenta.
—¿Y qué es lo que le motiva ahora a seguir escribiendo?
—El largo y curvo camino, amigo. La vida, salvo que seas impermeable a todo, te va moldeando como si fueses barro entre sus manos y te hace escribir de todo. En este sentido, la vida ha sido muy intensa en Ilegales, una especie de camino alegre y despreocupado hacia la muerte, que a veces aceleramos de manera consciente o inconsciente consumiendo todo tipo de diversiones. Ha habido situaciones muy duras e incómodas, me he metido en todo tipo de líos, he estado en selvas literalmente muy peligrosas, también me han disparado más de una vez con intención de matarme. Todas esas cosas van haciendo que generes las canciones. La realidad se impone a cada curva del camino y te hace ver las cosas de una u otra manera.
«Hay muchos artistas que me hacen pensar que han nacido muertos, que no dicen nada. No quiero que ese sea mi caso, me parece una muy pobre experiencia vital»
Jorge Martínez 'Ilegal'
—La vida es un filón a la hora de escribir.
—¡Desde luego! De todos modos, hay muchos artistas que me hacen pensar que han nacido muertos, que no dicen nada. Y no quiero que ese sea mi caso porque me parece una muy pobre experiencia vital. Pasan demasiadas cosas como para no contarlas.
—Siempre ha destacado por la brillantez y acidez de su pluma a la hora de escribir y componer. ¿Por qué solo once discos de estudio en cuarenta años?
—Haces una reflexión que tiene toda la lógica del mundo. El motivo probablemente haya sido la vida disipada, y luego el espíritu crítico propio de la banda, el filtro que se pone en Ilegales es muy crítico y potente. En este sentido, tengo que decirte que existe un gran almacén de canciones, pero no todas me parecen adecuadas para el momento. No se puede mantener el mismo discurso a los veinte que a los sesenta. Reconozco que hemos vivido muy intensamente y en ocasiones al borde del precipicio. Ilegales no solo ha repetido un catecismo ideológico al uso, ese «levántate y lucha, esta es tu pelea» que remite a la actitud general del grupo, también, sin rubor, nos hemos introducido en la poesía pura. Y, por supuesto, nos hemos metido en contradicciones inherentes al propio género humano al que pertenecemos, por muy marciano que haya querido ser desde muy pequeño.
Concierto de Ilegales y Amante Laffón
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Dónde: Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
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Dirección: Avenida Américo Vespucio, 2 (Isla de la Cartuja).
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Cuándo: jueves 3 de agosto.
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Horario: desde las 21.15 horas.
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Precio: 23 euros.
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Entradas: ultimaentrada.com
—¿Siempre ha tenido esa inquietud de narrar la vida?
—Comencé a hacer canciones con tres años de edad. Eran letras ofensivas, no tan ingenuas como pudieran parecer, dedicadas a mi hermana Carmen. Era un poco punk. Durante mi infancia, cuando jugaba con los soldaditos de plomo, que era el juguete del momento, sobre todo con los indios y vaqueros, componía música, me la imaginaba mientras los colocaba por el pasillo de casa. Construía una base sonora mientras jugaba con leones, con tarzán, con toda una tribu que lo perseguía. Ahí es donde empecé a componer.
—Qué bonito. ¿Hay algo más puro que eso?
—Ya te digo yo que no. Era tremendo.
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