CRÍTICA DE ÓPERA JAZZ
Festival de Ópera: un volantazo de jazz fresco sobre 'Carmen'
'Carmen' cantó y bailó sobre ritmos clásicos, pero sobre todo al paso del jazz, con músicos de primera y un sentido compositivo de Salim que se encuentra pocas veces, sobre un hombre sencillo, humano y adorable.
Daahoud Salim Quintet
FESTIVAL DE ÓPERA DE SEVILLA
DAAHOUD SALIM QUINTET: Grooving Carmen
- Intérpretes: Daahoud Salim (piano y composición), Pablo Martínez trombón), Bruno Calvo (trompeta), Hendrick Müller (contrabajo) y Andreu Pitarch (batería).
- Programa: Versiones inspiradas en la ópera Carmen de Bizet.
- Lugar: Teatro Turina.
- Fecha: 30/09/2025.
Si llevamos dos títulos sevillanos, casi estrenos, del compositor Manuel García, recuperando su música que mira estilísticamente a Mozart, pero que se hace mayor en Nápoles, siguiendo los pasos de la ópera bufa, y a la que el compositor le añade su arraigo español ( ... Sevilla, Cádiz o Madrid, como la tirana de 'Quien porfía mucho alcanza'), la música ahora daba un giro, porque también 'Carmen' se puede inspirar en la música española (de hecho, Bizet creía que la música de la 'Habanera' era un canto popular español, y no de Sebastián Iradier), o pasodobles como el del toreador, la seguidilla de Carmen, etc.
Esa música que busca lo popular se estiliza en Bizet y de ahí vuelve 'a la calle' de manos de un músico que no renuncia a ella, pero conoce el lenguaje clásico, tanto de la composición como del piano, y de su padre le viene la vena jazzística. Es difícil que juntándolo todo saliese algo mal. Y eso que reconocía que el experimento quedaba lejos de lo que el quinteto suele hacer.
El inicio corrió a cargo del batería -un pasaje algo largo- y luego se fueron añadiendo los miembros del grupo, que entonaron el comienzo de la 'Seguidilla' y al unísono la idea principal de este tema de apertura, todo en un estilo que diríamos 'dixie'. Pero lo que no esperábamos eran unas sevillanas con todas sus partes bien marcadas (diríamos que hasta se podrían bailar), si bien las armonías y las melodías se distanciaban algo más. Aquí el experimento ya esperanzaba todo lo que seguiría.
El siguiente tema recaía en la trompeta, un momento íntimo, corto, pero quizá para contrastar con el escándalo de los dos temas anteriores. Porque digamos que la amplificación parecía hecha para un teatro con el doble de capacidad. Decimos siempre que flamenco y jazz son incapaces de actuar sin micros: aquí había cuatro instrumentos muy poderosos y si acaso se podía haber reforzado algo el contrabajo, que a lo mejor tampoco, con la acústica del Turina. Vale, se amplifica (que, por cierto estuvo muy lograda, equilibrada, diferenciando timbres y lo que se quiera): ¿pero hace falta ese volumen, al límite de lo que puede aguantar el oído humano? Bueno, pues un descansito para la oreja y un gustazo también por la elegancia y el buen gusto del trompetista.
Recordó Salim la presencia de 'Carmen' por el 150 aniversario, y tituló el siguiente tema 'Hasta luego, Mari Carmen', eligiendo un trabajo sobre la 'Habanera'… a ritmo de salsa de La Habana, claro, que volvía a subir el volumen y la temperatura. De pronto un corte radical, y una magistral improvisación pianística sobre un delicado 'ostinato' de trompeta y trombón, en permanente estado de gracia.
Siguió el pianista en una afectiva introducción, que preparaba la versión del aria de las cartas, en el fondo un enorme 'crescendo' al ir uniéndosele todos los instrumentos, con el final salvaje de la batería -imaginamos que por el anuncio de la muerte de Carmen-, donde los decibelios que sobraban podían haberse dado al público en un tupper aparte, para terminar de oírlos en casa o en el campo.
Daahoud Salim
Menos mal que no hubo tiempo para quejas, porque salió el Salim virtuoso, con una introducción de saltos interválicos continuos, escalas por terceras o acordes enlazados por cromatismos descendentes. Aquí confirmamos que en las escalas más rápidas recurre al estilo de los clavecinistas barrocos, que hacían las escalas con tres o cuatro dedos. El dedo pequeño lo reserva para los acordes (a veces improvisa con ellos). Continuó con un momento muy especial: batería y trombonista se arrancaron por Alegrías, primero sólo con las palmas y luego -y ahí la sorpresa- con Pablo Martínez cantándolas, y con qué gusto. Aplauso de los grandes para este gran momento.
Volviendo abundantemente a 'Carmen', nos ofrecieron un 'rebujito', que empezó por ese momento tremendo del dúo final, 'Tu ne m'aimes plus?' con un potente intervención del contrabajo, la trompeta, el trombón y la batería, terminando con el coro que precede a la habanera, donde los hombres le cantan a Carmen 'dis-nous quel jour tu nous aimeras!', terminando con brillantez el popurrí.
Por último, el aria del toreador dio pie a otra improvisación de Salim sobre la conocida canción, en la que nos hizo participar el pianista, así como a los metales mientras él mantenía con el bajo una progresión cromática descendente, enlazando con 'les triangles des sistres'. La única propina fue una sentida balada dedicada a su madre.
'Carmen' ha dado lugar a muchas versiones y sus temas se han versionado de mil maneras, pero creemos que esta visión amplia, divertida a veces, recogida y sentida otras, es un gran trabajo de alguien que combina con cabeza la improvisación y la composición. Cuando el público le seguía insistiendo al final que tocaran otra, Salim explicó de corazón que no había compuesto más sobre Carmen. Podía haber cogido cualquier fragmento conocido y haber montado una improvisación con todos los músicos, pero la composición ocupa una parte tan importante en su obra como la invención sobre la marcha.
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