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Sevilla acelera el pulso con el beat electrónico de Black Coffee

El DJ sudafricano, uno de los referentes del Afropolitan House, hizo que más de 8000 personas saltaran anoche en el Icónica Santalucia Sevilla Fest

Leiva araña la Plaza de España con el 'memento vivere' de su Tour Gigante

Black Coffee pinchando en Plaza de España Manuel Olmedo
Paula Mateo

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La música electrónica hay que sentirla para disfrutarla, y no todos los oídos están preparados para su intensidad. Hay quienes la etiquetan de «abrumadora» o «música que da dolores de cabeza», pero para los que les gusta, vivir una sesión en directo es toda una experiencia. En su intento por ofrecer propuestas para todos los gustos, el Icónica Santalucía Sevilla Fest no podía dejar atrás este género, de ahí que Black Coffee encabezara el cartel de la jornada de ayer. El pionero del Afropolitan House, que fusiona el house con el soul, el jazz y las percusiones africanas, y que ha revolucionado la música electrónica a nivel mundial, hizo que la Plaza de España temblara anoche con los saltos que Sevilla daba siguiendo el beat.

La gran cita comenzó a las 23 horas, pero otros artistas amenizaron la espera desde las 19 horas. El primero en actuar fue Gonçalo, DJ de referencia en España y una cara ya habitual en festivales como Dreambeach o Aquasella. Le tomó el relevo Nelson Fernández, que no solo se lució a los platos, sino que también destaca como productor dentro del afrohouse. Ambos fueron subiendo la temperatura poco a poco, preparando al público para seguir el ritmo de Black Coffee.

A las 22.30, media hora antes de la salida del protagonista, la multitud se extendía desde la primera fila hasta donde termina la fuente. A pesar de que miles de personas llenaban la Plaza de España, el público no estaba tan junto como en los conciertos de estos últimos días. Entre la bulla corría el aire y se podía andar. Eso sí: no faltaban los bailes, tampoco la ropa festivalera y accesorios como gorros o gafas.

Por aquel entonces, a Nelson Fernández aún le quedaban 30 minutos de show. Algunos llevaban toda la tarde escuchando a los DJs pinchar en directo, aprovechando los últimos minutos de Nelson para ir a por algo de comida y coger energía para dar el 100% en la próxima actuación. Otros acababan de llegar, e incluso había quien todavía estaba de camino al Parque María Luisa.

Cuando llegó el momento, Nelson Fernández cedió la mesa de mezclas a Black Coffee, que enseguida se quitó la gorra y empezó a pinchar. Cientos de móviles con la cámara encendida sobresalieron del público, y una fuerte aclamación inundó el recinto cuando la imagen del DJ se proyectó en las pantallas.

Del dolor al beat

Detrás del nombre artístico Black Coffee se esconde una historia de superación. Nació en Umlazi, una de las zonas más pobres de Sudáfrica, y con 13 años, durante una celebración del Día de la Libertad de Nelson Mandela en 1990, fue víctima de un accidente que le cambió la vida: un coche embistió a la multitud en la que él estaba, y sufrió una lesión que le dañó los nervios del brazo izquierdo, dejándole sin movilidad en la extremidad de manera permanente.

En un contexto marcado por limitaciones físicas, económicas y sociales, se especializó en estudios de Jazz en lo que ahora es la Universidad de Tecnología de Durban, y aprendió a pinchar y producir música usando una sola mano. En los 90, fue ganando reconocimiento a nivel local, y a principios de los 2000, su éxito se fue extendiendo por el mundo.

Anoche, sobre el escenario, se notó la experiencia acumulada durante más de 20 años. A Black Coffee se le veía disfrutar de lo que para él empezó siendo un hobby, pero que hoy es su profesión. Mientras tanto, la ciudad se movía como nunca. A estas alturas, la plaza estaba llena y apenas había espacio entre la multitud. Tampoco lo había sobre el escenario, porque más de cien personas bailaban tras el DJ.

A lo largo de la noche, sonaron mixes de todo tipo. A pesar de que sus bases son electrónicas, fue fácil identificar coros, armonías y arreglos inspirados en el gospel. Esto tiene su motivo, y es que, para él, la música gospel fue un refugio tras el episodio que le dejó sin poder mover el brazo izquierdo.

Durante la jornada, el artista pinchó temas de sus seis álbumes discográficos, así como algunas de las canciones que tiene con artistas de renombre a nivel mundial, como Alicia Keys, Drake o Pharrell Williams. Si hay algo que estas colaboraciones le han permitido es cumplir con uno de sus objetivos en la música: llevar el house africano a rincones que parecían inalcanzables. Además de a Sevilla, Black Coffee ha llevado sus raíces a otros escenarios emblemáticos como Coachella o Tomorrowland. Por otro lado, su trabajo 'Subconsciously' fue reconocido en 2022 con un Grammy al Mejor Álbum de Dance/Electrónica.

Sin apenas interactuar con el público, el padre del Afropolitan House convirtió la joya de Aníbal González en una auténtica 'rave'. A Sevilla no le importó que fuera domingo y que al día siguiente muchos tuvieran que madrugar. Ayer lo principal era pasarlo bien, y todos en el festival supieron cómo hacerlo: con el beat de Black Coffee.

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