Concierto de Navidad de la ROSS: Dmitrenco, el espíritu de la Navidad musical

Además, podríamos añadir la sorpresa para los neófitos de oír música al natural (¿a qué sabe la música sin amplificar?), a cómo sonar con esa potencia sin más micrófono que el del presentador o los niños que participaron como solistas, cuyas voces si no serían deglutidas por la orquesta y/o el coro.

El programa recoge buena parte de conocidísimos villancicos tradicionales de Andalucía y de toda España, además de los más conocidos fuera de nuestras fronteras, convirtiéndose a la vez ellos en otra sana tradición sevillana. También resulta atractivo por la participación del público cantando y/o con palmas cuando Dmitrenco lo pide y en las partes que él señala; pero también sacando a los chavales a dirigir con una batuta que entrega a cada niño del patio de butacas (ya no los sube al escenario), implicando así al público que al menos este sábado parecía al principio un tanto reticente a la colaboración, lo que le llevó a una socarrona 'amonestación' y luego animado a colaborar con todo el arte por el violinista moldavo.

La primera novedad que presentaban este año era la interpretación de la obra 'Navidad, milagro en un acto' (1916) del sevillano Joaquín Turina en el 75 aniversario de su fallecimiento dentro de la 'Ruta Turina'. En realidad, es un fragmento de un poema escénico en tres actos, a pesar del título. A pesar de la brevedad, conserva la impronta del músico sevillano y su inclusión en este concierto abrirá la puerta de la curiosidad a quienes crean que lo saben todo sobre su ciudad e ilustrará a los que no lo sepan. Magnífica la interpretación de una pieza que no conocíamos.

No podía faltar en el programa 'Adeste Fideles'. Digamos que a partir de este momento se contó con el coro en casi todas las piezas. Este clásico que suele figurar casi siempre en el programa estuvo cantado en parte por una pequeña de unos 7 u 8 años como solista. La primera actuación sólo del coro al unísono fue en 'Dime niño de quién eres', un villancico que se estima de mitad del XVIII, en el que ya destacaba la claridad del texto de los jóvenes.

'Christmas Song' representa el caso de acercar al público a otro género de música a través de esta canción de Navidad, entonada por los violines y acompasada por la caja de Ignacio Martín con las escobillas y los pizzicatos de Ciorata y Gibbon, que apuntaban directamente al jazz.

Para 'Los campanilleros' Dmitrenco pidió el uso de la luz del móvil, como en esos conciertos que antes se sacaban los mecheros en la oscuridad. Pero como estábamos dentro del teatro y cada vez fuma menos gente, lo de los móviles es más práctico y resultón. El coro empezaba 'a capella' y lo seguía inmediatamente la orquesta, creando un efecto curioso, como de subirse a un tren en marcha.

No podía faltar como cada año 'El tamborilero', con la curiosidad de que el niño que lo interpretó se llamaba Rafael. De todas formas, recordemos que es un villancico de origen checo, popularizado por un pianista desde Missouri a todo el mundo. Rafael afinó muy bien, estuvo muy seguro y nos llamó la atención que en cada frase, la última sílaba la mantenía hasta el final del compás.

Las densas texturas de la reciente ópera 'Ariadna en Naxos' no nos dejaron fijarnos en que hay una frase exactamente igual a la del villancico 'Ya viene la vieja', que Dmitrenco tocó con su violín. Como casi todo el programa la música es popular, y por eso las armonizaciones distintas se agradecen mucho para que no resulte el villancico reiterativo.

Aprovechó el moldavo para recordarnos que era la primera vez que un coro cantaba 12 de las 13 piezas, lo cual ha supuesto los correspondientes ensayos, aprovechando la ocasión para agradecer la colaboración de los 100 coralistas, la de sus profesores y de todos los responsables del colegio. Comentamos en 'Christmas Waltz' algo parecido al anterior tema de origen americano y de su influencia jazzística con la caja, contrabajos y con el añadido del glockenspiel de Louise Paterson.

Esta vez no hizo la broma de 'Campana sobre campana', pero ya nos reímos al recordarlo, igual que 'Los peces en el río', que vuelven a beber una y otra vez. Del primer villancico su comentario fue literalmente que es el uno de los más bonitos de 'nuestra' tierra. O somos moldavos o él se ha integrado muy bien. En 'Campanas' dividió al público para cantarlo por mujeres, hombres y mixto. Dijo que habían ganado las mujeres. Lo imaginábamos.

En 'Blanca Navidad', otro clásico del repertorio rossiano, hizo que llevásemos el ritmo moviendo los brazos a un lado y otro. En 'Los peces' lo planteó a ritmo de pasodoble y, para aportar autenticidad, Paterson asumió la botella de anís y Martín la correspondiente zambomba.

'En el portal de Belén' fue solista una niña de unos 5 años (perdónesenos si nos equivocamos, que la edad es a ojo, pero nos ayuda a ver las diferencias entre los chavales, que a esas edades son notables). Y lo hizo muy bien, sorprendiéndonos en el final de «que ha nacido ya», porque eso no lo afinamos ni los mayores (que no sean cantantes); sin embargo, con ayuda de una evidente buena técnica lo logró, al igual que su compañero, un poco mayor. Tuvo que ser difícil entrar a cantar, ya que la orquesta se movía con un ritmo no muy marcado, aunque los violines cantaban la melodía. Creemos que fue una solución que Paterson marcase el ritmo con las claves.

Siguió 'Jingle Bells', que es donde debían dirigir los niños. De nuevo el arte del violinista para que no se formara allí lo más grande. Pero los infantes podrán contar que dirigieron a la ROSS, porque Dmitrenco promueve esa cercanía, para que puedan ver que la orquesta está formada por gente divertida como ellos, que tocan en serio cuando deben, pero que también les gusta pasarlo bien. Y no sabemos de quién partió la idea que casa con lo dicho, pero lo cierto es que las violas comandadas por Francesco Tosco se pusieron de pie, y con sus gorritos de Papá Noel imprimieron aún más marcha al tema.

Otra novedad fue presentar una 'Suite comercial navideña', es decir, el encadenamiento de famosos anuncios navideños, desde el calvo de la lotería a las muñecas de Famosa, pasando por los turrones 'El lobo' y 'El almendro'. Fin de fiesta con 'La marimorena' y tracas con esos disparos de confeti que salen con una fuerza hasta peligrosa. No sabemos si lo hizo queriendo, pero a Iñaqui Martín se le escapó un último disparo cuando Dmitrenco había mandado parar. El violinista se dirigió al percusionista diciéndole, literalmente: 'Illo, ¿qué haseh?'

No apuntamos en qué villancico se refirió a que un crítico, le parecía que de ABC, se dedicó a agrupar las canciones por sus orígenes. Puede ser, aunque no lo recordamos. Lo que sí aseguramos es que era de ABC, porque no faltamos a ningún concierto de Navidad, y eso que un día nos van a llamar la atención por hacer crítica de programas con parecidas obras todos los años. Pero es que cada temporada nos parece que se hace diferente, se introducen novedades y sobre todo se renueva la ilusión con los niños, a la vez que se promociona a la orquesta, consiguiendo el compromiso de los presentes para que asistieran al concierto de Año Nuevo el próximo día 3. Pero tampoco podemos dejar de asistir porque ya la Navidad no puede empezar sin el concierto de la ROSS con Dmitrenco a la cabeza, nuestro espíritu particular de la Navidad musical.