Entrevista
Carmen Boza: «Me interesa ver hasta dónde puedo llegar, sola en el escenario, para expandir el concepto de guitarra y voz»
La artista linense vuelve a Nocturama este viernes 1 de diciembre, al Teatro Central, para presentar temas inéditos y un nuevo formato más performativo y conceptual
Nocturama Sevilla incorpora dos nuevos escenarios para su edición de 2023
David Linde: «La ayuda económica existe, pero el compromiso con la cultura de base de Sevilla todavía hay que trabajarlo más»
A una artista como Carmen Boza un año de parón le da para mucho. No solo para concebir nuevas canciones sino también para salir de la rueda, la rutina y la dinámica de una industria tan exigente, con el precio a pagar que eso conlleva ... para una artista independiente. Este impás le ha servido para pararse a pensar, reposar las ideas, los conceptos y tener claro el camino por el que quiere crecer y desarollarse como artista. La autoproducción de su anterior álbum ('La Caja Negra') y de sus últimas canciones ha sido el motor que ha impulsado a Boza en ese viaje hacia el interior de una canción para encontrar nuevos horizontes, colores, texturas y sonidos. Un tiempo de pausa, además, para descubrirse a sí misma, sorprenderse no solo compositora, sino como artista sobre un escenario. Todo esto lo presentará este viernes 1 de diciembre, en el Teatro Central. Carmen Boza ha vuelto más Carmen Boza que nunca y sólo podía hacerlo en Nocturama.
-¿Qué tal por A Coruña? Ha sido el primero de los dos únicos conciertos que va a dar este año de parón, junto al de Nocturama.
-Muy bien, calentando motores. Súper bien, muy lejos, pero algo con lo que una ya cuenta, hija de Andalucía, que está todo lejos (risas).
-¿Qué tal la acogida del nuevo formato, del nuevo set y de las nuevas canciones?
En principio contenta. De una sola experiencia, habiendo tantos cambios, no se pueden extraer conclusiones. Tampoco quiero caer en eso, pero en principio, en lo que a mí respecta, que lo tengo en cuenta siendo la primera vez, estoy contenta. Estoy motivada y satisfecha del trabajo que llevo ya bastante tiempo haciendo, preparando todo esto. Parece que la gente ha respondido bien aunque, a priori, es distinto de lo que podría esperar mi público, quien me haya visto en otras ocasiones con un formato más habitual. De entrada sorprende y eso se podría interpretar como frialdad, pero estoy contenta. En este caso he visto a la gente súper dentro, respondiendo muy bien y creo que es muy buen punto de partida, sí.
-¿Ilusionada de volver a los escenarios?
-Sí, estoy motivada, porque esto del nuevo set es estimulante para mí a nivel creativo, escénico y performativo. Siempre necesito ese punto de reto para refrescar el sitio desde el que una coge las riendas. Estoy motivada y con ganas de mostrarlo por los escenarios.
-Este nuevo set, el nuevo formato, lo habías estado probando ya el año pasado, en 2022, o al menos una propuesta muy similar. ¿Cómo ha sido el trabajo previo?
-Es una evolución natural de algo que empecé a explorar con la gira 'Laboratorio' en 2022 que se basa en expandir las posibilidades del formato en solitario. Lo que tradicionalmente venía siendo en mi caso, y en el de la mayoría de cantautores o 'songwriters' solitarios, donde la propuesta se queda un poco ahí, guitarra y voz, a las que puedes meter unos pedales de efecto y tal, pero en cuanto a texturas y colores está la guitarra, la voz y ya.
Quise darle una vuelta a todo esto en la gira 'Laboratorio' en 2022, introduciendo algunos elementos, algunas secuencias, algunas pistas que ya venían pregrabadas de apoyo a algunos temas. Me permitía, no sé si la palabra sería engordar, pero la usamos aquí para hacerme entender, porque al final era expandir el ancho de los temas. Cosas a las que yo no podía alcanzar con la limitación física de tener dos manos y dos pies y no poder usarlos en multitud de cosas, no tengo tres, ni cuatro, (risas).
-¿Y cómo es esa puesta en escena?
-Echaba en falta algunas cosas porque, desde que ya produzco mis temas, me centro un poco en todo ese pulido de los temas y en la producción se añaden una serie de capas que luego, en directo, personalmente los echo en falta. En la gira de 2022 lo intenté replicar un poco sin caer, sin abusar, de llevar cosas grabadas. No quería estar tocando encima de una base ya grabada. Tenía la pretensión de exponer el proceso, no ya de crear una canción, sino de trabajar en múltiples canciones a la vez para dar lugar a un repertorio. Ese proceso de descartar, de pulir canciones, de hacer arreglos, de cambiar letras… ilustrarlo en directo, de concierto a concierto.
Me di cuenta de que eso no era tan posible, por la propia idiosincrasia de lo que era estar girando, lo que son los tiempos, cómo te afecta la energía al volver a casa, montar todo el equipo, cosas que pueden ser nimias, pero que afectan a la hora de volver a conectarte con la actitud necesaria de crear y componer. Me di cuenta de que no era tan posible. No obstante, siempre me ha parecido interesante ver hasta dónde puedo llegar, estando yo sola en el escenario, hasta dónde puedo expandir el concepto de guitarra y voz. Con una guitarra y una voz, ver cuántos colores y cuánto puedo ensanchar un tema, el espacio que tiene una canción.
Entró a jugar el 'looper' en este proceso creativo de cómo enfocar una gira nueva, así como todo el mundo de posibilidades que te ofrece el ordenador y el Ableton. Este software ha cambiado mi manera de componer y performar en directo. El proceso ha sido básicamente echarle muchísimas horas. Una cosa loca. Prácticamente rehacer y rearreglar los temas.
Carmen Boza en Nocturama
-
Dónde: Teatro Central
-
Dirección: calle José Gálvez, 6.
-
Cuándo: 1 de diciembre
-
Horario: a partir de las 21.00 horas
-
Precio: bono desde 34€, entrada diaria desde 20€.
-
Entradas: Pincha aquí
-¿Cómo encaja eso con sus temas más antiguos?
-Muchos de los temas son otros, como 'Culpa y castigo', como 'Octubre'. Son temas que considero que tienen una parte identitaria muy potente en mí, que me representan de alguna manera con mi público y conmigo como artista y no las quiero sacar del set, pero no las puedo seguir tocando como hace diez o doce años, cuando las escribí, porque ya no soy esa persona ni ese músico. Las he reescrito, junto con un montón de material nuevo, y lo he pasado por esta manera de interpretar que me ofrece esta tecnología en directo, esta posibilidad de construir los temas en directo.
Es decir, los he dividido en arreglos y voy armando los temas con sus diferentes arreglos. Son partes que, mientras las vas escuchando, a lo mejor, no te parece que tienen cierto sentido hasta que las escuchas todas juntas sonando, entonces entiendes lo que pasa. Es como alcanzar por fin, si no justamente lo que yo quería en la gira de 2022, algo muy parecido o incluso un paso más allá, que es estar caminando en el alambre y hacerlo en el directo, no traerlo grabado, y que la gente pueda presenciar ese momento de chispa en el que pasas de no entender nada a entenderlo todo.
-Esta nueva Carmen Boza se aleja de la etiqueta de cantautora y se acerca más a la de artista conceptual y polifacética, más a PJ Harvey y Tash Sultana, por ejemplo.
-Me interesa mucho más. No tanto por los referentes, concretamente PJ Harvey me gusta su obra y de algún modo también me ha influído, pero también, a medida que me voy haciendo más mayor, tiendo a interesarme por otras maneras de relacionarme con el acto de performar. Con todo el baile escénico y cómo un artista independiente, autogestionado, cómo se relaciona con la dinámica de girar y de estar ahí. Cómo sigues manteniendo vigente tu proyecto. Y, a la vez, cómo sigues manteniendo viva la chispa que, a ti, como ser creativo y como artista te mantiene interesada y te mantiene queriendo crear, no sé si me explico.
De alguna manera, como todos podemos ver hoy, no solo en las artes, cualquier desempeño, cualquier trabajo que requiere en paralelo al propio desempeño del oficio la constante promoción y difusión de tu trabajo. Esto de comunicar tu trabajo que se articula a través de las redes, va añadiendo a las tareas propias de tu oficio una serie de otras tareas que no necesariamente tienes por qué saber hacer, ni tienes por qué tener nada que ver con tu pasión y con lo que a ti te mueve y te interesa.
-Y con tu cometido como compositora y artista, quizás.
-Sí, siento que si una no repara en esto fácilmente dentro de unos años, siendo más mayor todavía, te veas presa de una serie de dinámicas que sí o sí tienes que satisfacer para mantenerte vigente. Para mantener un proyecto de canciones pop y mantenerlo fresco. Viendo un poco esto de lejos, a lo mejor estoy siendo un poco agorera, quiero preservar mi salud mental y la salud del proyecto, de alguna manera, explorando.
Me interesa, si no fuera así no lo haría, esta vertiente menos concreta, menos literal, que se apoya menos en los textos y en los códigos de la música pop, en sus melodías o incluso de maneras de performar más obvias, que el público se espera y le resultan más cómodas. Me interesa explorar otras maneras de comunicarme, quizás. Estoy abierta a probarlo todo. A no depender tanto del texto, por ejemplo. A hacer concesiones como no depender tanto de la guitarra, algo que me caracteriza como artista y como personaje. No abanderarse del purismo de una guitarra y una voz sin que intermedie un ordenador como si eso fuese anatema. Como si perdiese pureza la expresión. Me interesa y estoy en ese proceso de migrar hacia un sitio bastante más alejado, si lo comparo con mi propia carrera, muy lejos del sitio donde estaba la Carmen Boza que escribió 'La Mansión de los Espejos' o 'Lapislázuli', muchísimo más lejos.
-¿Cómo ha influido la autoproducción en ese camino, en esa evolución?
-Determinante, ha sido determinante. Ha sido el momento en que descubrí el fuego, nunca mejor dicho. La autoproducción, con sus aciertos y sus errores, por supuesto, porque soy una persona autodidacta y todo lo que sé lo aprendo a base de equivocarme. Esos errores, precisamente, van quedando plasmados en mi obra y eso es lo que me enorgullece y lo que pretendo y busco. Esa muesca, esas heridas, esos fallos, caracterizan e identifican esa obra, que no es solo el resultado sino el camino que he seguido para alcanzarlo. Todo ese proceso para aprender a autoproducirme es aprender mi sonido. Y ahí está. Se está expresando a través del directo, digamos.
-Se nota esa búsqueda de sonido porque hay un cambio entre el último tema, 'San Juan', y los anteriores, así como con 'La Caja Negra', que ya ponía un abismo de por medio con 'La Mansión de los Espejos'. Los coros, los arreglos, los silencios… ¿Cómo ha cambiado la forma de abordar las canciones a la hora de crear?
-Ha cambiado fundamentalmente en que podría ser 'La Caja Negra' la última parada de esta manera de abordar las canciones de la manera más tradicional, más artesana y cantautoril que puedes imaginar. Me voy a sentar y me voy a fumar doscientos cigarros, me voy a tomar doscientos cafés o doscientas copas o de lo que esa, todo empapado con una narrativa y un discurso que está un poco romantizado y aprendido, ¿no? Todo eso con la guitarra y un cuaderno, con las manos y con la voz, hasta que acabo. Y ahí no hay nada más: la mano percutiendo la guitarra y la voz siguiendo. Ahí no cabe realmente nada más, no puedes buscar. La identidad de la canción, precisamente, de una manera un poco austera, muy honesta y muy cruda, la identidad reside en lo que eres capaz de ejecutar con la mano y la voz. Y los silencios y rítmicamente cómo eres capaz de percutir la guitarra, para bien y para mal. Eso era una cosa, así venía haciendo mis canciones.
A medida que me empiezo a producir, más en serio, ya en 'La Caja Negra' estaba un poco ahí, porque tuvo una primera versión, esto ya lo hablamos, una versión que nunca salió y que produje con Juanito Makandé y otros músicos, y nunca salió y después de eso volví a retomar esos temas que había hecho a guitarra y voz. Los volví a rehacer. Ahí ya lo hice con un ordenador y con pistas de por medio. Desde ahí a 'Un Golpe de Suerte', que vino después y es el tema mío que más escuchas tiene, y es un poco Frankestein. Lo escuchas a nivel de producción y es una base súper plana, es una cosa recta, no tiene mucha vida, el 'beat'… Se nota mucho que es mi primer 'beat'. Bueno, yo al menos lo noto (risas). No está muy vivo, es casi una base para practicar.
-Y ya hay cosas ahí de esa visión.
-Ya hay cosas ahí, de mi personalidad, que no hubieran estado ni surgido si yo no hubiera compuesto ese tema a medias entre guitarra y voz y a medias en el ordenador, de alguna manera. Progresivamente he tendido a componer más de ese germen que nace en eso de estar yo con la guitarra, haciéndonos el amor por así decirlo, romantizándolo (risas), pero encontrar así una chispa, algo que me hace vibrar y me ilumina, coger eso y decir: te tengo. Atrapa el pez dorado, ¿no? Cazo la idea y digo, vale, se acabó. Guardo la caña, cojo esta criatura y la disecciono. Voy a hacer de esta criatura un monstruo enorme. Tengo el elemento, el centro. El elemento melódico, el rítmico, cualquiera que yo considere y sienta que puedo crear a partir de eso.
Así es como estoy componiendo ahora. Consigo esos momentos que considero que son brillantes en lo que es la idea en sí, que me viene, que es un objeto que brilla y sobresale por encima de lo demás y digo «en esto voy a trabajar». Le pongo empeño, atención, le pongo horas y a veces no sale, pero la mayoría de las veces se convierte en una pieza enorme. Eso me demuestra el poder de la intención frente a la intuición, que antes era un poco al revés.
Antes tendía a buscar todo el tema y no está mal ni bien, es distinto. Esperaba que me llegara todo el desarrollo del tema. Ahora centro mi atención en encontrar algo lo suficientemente potente que pueda sustituir a ese tema entero. Luego trabajo, trabajo, trabajo sobre ello como una alquimista. Busco colores, sonidos de cajas, de bajos, me interesa mucho más eso.
-Todas esas capas, ese trabajo, en el caso de 'San Juan', por ejemplo, lo desgranas en unos vídeos que has subido a Instagram sobre el 'beat', los coros, los arreglos. ¿Has pensado en profesionalizarse en la producción? ¿En hacerlo para otros artistas? ¿O es algo muy íntimo, de momento?
-Ambas cosas. Me lo he planteado, porque como te decía antes, hablando de hacia dónde estoy enfocándome a medio plazo, esta cosa más performativa, más conceptual como artista en el escenario, también en general, tiene que ver con hacia dónde quiero dirigir mi carrera artística y si quiero estar siempre en el escenario, o a través de trabajos firmados, mis propias canciones y producciones para siempre. O si a medida que me vaya haciendo más grande esto me va a interesar menos hacer esto. Representarme a mí misma, abanderar mi propia voz, discurso e ideas. Cuando una es muy joven necesita contarle al mundo lo que piensa, contarle al mundo quién es y que todo el mundo sepa. Yo ahora necesito muy poco que el mundo sepa lo que yo pienso (risas).
Me interesa toda la parte de artesanía que hay detrás. Cómo se teje el mensaje, cómo se recubre en la producción. Cómo la canción pasa de ser una melodía, una sucesión de acordes y un texto, a ser un himno, una canción que emociona por igual a una persona de 70 años y a una muy joven de 20. Qué pasa por ahí en medio, siendo el germen el mismo.
-A medio plazo, quizás.
Sí que me veo a medio plazo, en mi madurez, precisamente por esta cosa de que a las mujeres se nos exige ser eternamente jóvenes y guapas para ser validadas en una industria que depende, básicamente, de la estética y el aspecto físico. Por lo menos a las mujeres se nos exige. Hasta qué punto cuando sea mayor voy a querer y/o poder seguir lidiando con esa presión. Probablemente la llama siga vigente, entonces me gustaría poder volcar todo lo que he aprendido en otros proyectos, acompañar a otra gente en ese proceso ya no tanto de producirlo yo, sino acompañar a la gente a que descubra.
Es importante y no todo el mundo tiene que saber manejar a nivel profesional un software ni todos los aparatos que existen, ni mucho menos, pero sí que creo que es muy nutritivo para un artista, en su propia búsqueda, poder experimentar su propio sonido, tanto con su propio instrumento como con las posibilidades tecnológicas que nos dan los ordenadores. Sí que me gustaría a futuro poder cumplir esa función de acompañar a la gente a encontrar ese sonido, a producir sus propios temas. Acompañales, eso sería lo óptimo para mí.
Para ver esta página correctamente ve a la versión web
Continuar-Este año de parón ha servido para aclarar esas ideas pero, ¿cómo de fructífero ha sido en lo artístico?
-Ha sido bastante fructífero. Me ha dado lugar a escribir un álbum nuevo que se publicará dentro de poco. Poco ya sabes que es relativo en este mundo nuestro (risas). Me ha dado lugar para escribir, producir y grabar unos temas nuevos. Cuando una está trabajando con el foco puesto de alguna manera en todo y en nada a la vez, en la esencia a ser fiel a eso que fluye a través de mí, parece que una no le ve sentido hasta que se lo ve a todo a la vez. Ahí me remito a lo que creo que va a acabar pasando en esta nueva gira. Estos temas que van a salir y que componen el nuevo trabajo son pura coherencia para mí, en mi momento artístico y vital y con lo que quiero que pase y va a pasar.
Me ha dado lugar también de ver el camino a nivel artístico, que no es baladí esto del camino porque parece que el proceso artístico es solo crear, y de alguna manera estamos contaminados con el virus de la ultra-hiper-productividad del sistema. Esto de que si no estás produciendo no estás haciendo nada. Es necesario no hacer nada para poder pensar, para poder reubicar las ideas y reconducir un proyecto hay que pensar bien y para eso tienes que no hacer nada (risas). Parece tabú, como que no se puede concebir que una no esté haciendo nada. Obviamente, además, tiene un coste.
-¿Qué coste tiene un parón así en un proyecto tan independiente como el tuyo?
-Un coste alto, aparte del evidente que es el económico. Tanto yo como cualquier artista independiente que se dedique a hacer giras, si no está girando no está ingresando. Estamos hablando que todos sabemos a día de hoy lo que se genera con royalties de Spotify: cero punto cero, cero, cero. O de cualquier otra plataforma de streaming. Sobre todo cuando no estamos hablando de los números de artistas que tienen millones y millones de reproducciones, sino de una cosa más discreta. No puedes vivir de eso.
Una, hoy en día, para bien y para mal, en lo que es subsistir para artistas de mi perfil la cosa está en salir de gira. Si la cosa para, eso va a cero. Cuando tomo una serie de decisiones en mi vida, en su momento, en lo económico reduje los costes de vida dejando de vivir en la capital y en tantas otras cosas, haciendo recortes, por así decirlo. Viviendo en lo mínimo. Un poco, otra vez, romantizando lo obvio, que esa vida de precariedad es perpetua y perenne al artista que tiene que estar comiendo arroz blanco y ser feliz porque hace arte.
En mi caso, sí que ha sido un año austero en lo económico pero muy rico en lo creativo y, sobre todo, no necesariamente en la cantidad de obra, que también, sino en que le he dado el tiempo necesario para darme cuenta de cosas que en la vorágine y el frenesí de la productividad una no se da cuenta. ¿Quiero seguir haciendo lo que hago como lo hago? ¿Por qué hago lo que hago? Si es que sí, todo bien, pero una tiene que darse el tiempo de preguntárselo. El coste también que tiene a nivel redes, por ejemplo, dejar de comunicarse.
-Además, tu carrera nació y creció en plataformas como YouTube, Twitter e Instagram. ¿Cómo es tu relación con las redes, ahora mismo?
-Ha cambiado porque, de alguna manera, cuando yo empecé a gestar todo mi proyecto y a llevarlo en paralelo con el nacimiento de las redes, fue justamente por eso, porque estaba naciendo y no éramos conscientes de las implicaciones que tenía y que iba a tener, porque además ha crecido muchísimo el sitio que han tomado en nuestra vida. El tiempo y la energía que nos requieren. De alguna manera era más inocente y menos demandante la relación con las redes sociales. Era un poco más libre. No dependíamos tanto de lo que nos devolvían ni, en general, nuestro desempeño laboral y personal dependía de lo que hacíamos en redes.
Era un eco digital, un alter-ego. No era tanto una vida digital que representaba una verdadera. A medida que se ha ido haciendo cada vez más grande, como a otra gente de nuestra generación, he ido viendo el truco y al punto en que está hoy todo lo que nos demanda como concepto, yo no tengo energía para eso. Ni quiero participar consciente y racionalmente de eso. Es todo un entramado de ideas y de suposiciones, de cosas que se dan por hecho. Tienes que publicar cada cierto tiempo, crear contenido… Que es esta cosa como abstracta. Contenido. Yo no creo contenido, yo hago canciones (risas). Una va pendulando porque la tendencia es la que es, si no publicas no llegan las cosas y pueden ser muy buenas las canciones pero, ¿cómo consigo que lleguen? Una está constantemente debatiéndose en si lo hago o no lo hago, pero si lo hago cómo hago para que no me coma la vida y la salud mental. Ahí andamos.
Sí se ha dado un punto en que he petado, como ha petado todo el mundo y quién no lo haya hecho aún estará a punto de petar con esta dinámica, he decidido que la energía que tenga la voy a centrar en mi proceso, mi obra y mis canciones. No perder de vista el precio que estoy pagando pero preferir pagar el precio de aflojar en las redes y apretar en la vida real, por así decirlo.
-'La Caja Negra' tuvo influencias de obras como '1984' o de 'Vivir, escribir' de Annie Dillar, entre otros. ¿Qué referencias te han inspirado en este parón?
-No tanto. En el álbum anterior, del que han pasado ya cinco años a lo tonto, estaba consumiendo muchas ideas. Estaba en ese mundo. Ideas muy concretas, no tan conceptual, sino ideas cerradas. Construcciones de otros. La postura de Orwell sobre el totalitarismo, el Gran Hermano, la de Annie Dillard sobre el proceso de producción creativa, la postura de Bauman sobre los tiempos modernos y la liquidez, ¿no? Estaba empapándome de todo eso y añadiendo a mi universo todas esas ideas.
En este proceso de crear todo este material nuevo no ha estado tan presente el consumir ideas nuevas. Ha sido más una cuestión de dejar salir lo que ya ha ido entrando durante mucho tiempo antes de ponerme a escribir y dejar que lo que ha reposado dentro de mí se materialice. Además, atravesado por un proceso ya adulto de transición vital muy potente. He atravesado varios procesos de amor, desamor, situaciones fuertes a nivel personal, familiar y de amigos y todo eso, de alguna manera, no está narrado como una historia pero sí representado. En la manera de contar las cosas. Como cuando alguien está muy leído o ha vivido mucho y no te lo cuenta pero tú notas que la manera en la que te lo cuenta se refleja. Soy una perra vieja ya (risas).
-Segunda vez en Nocturama. ¿Qué es lo que más te gusta de este formato y este festival?
-Básicamente lo que más me gusta de Nocturama es que siempre han sido muy finos a la hora de programar y muy fieles en sus políticas, saben lo que quieren, quiénes son y, sobre todo, quienes no son. Creen mucho en esos artistas que no te van a vender miles de tickets. No tiene que ver con vender miles de tickets sino que están buscando ofrecer al público, en cada edición, un tipo de narrativa que se da en conjunto con todos esos artistas. Ya sea por sus trayectorias o por los trabajos que están presentando. Me parece un curro de artesano, tiene un mimo y un cariño que la industria adolece no tener, casi.
Hay muy pocos que programen con ese cariño, esa atención, ese respeto que hay por el trabajo más allá del artista. Por la obra y el desempeño de los artistas. Huyendo de esnobismos y de rollos clasistas, siempre me ha parecido un festival muy guay, muy 'cool', por el propio cartel que tiene. Es el típico cartel con el que una sueña con llegar a estar ahí. Ya no por lo grande o lo chico, sino porque encajar ahí, de alguna manera, es como reafirmar que estoy en el camino correcto, en el sitio donde quiero estar. Estoy compartiendo el camino y me ubican con el tipo de artistas que respeto, por cómo su obra está articulada. Verte ahí con esos artistas es un sueño.
-Encaja muy bien con este nuevo set y este nuevo sonido, quizás. Muy diferente a la primera vez.
-Ya la primera vez que fui a tocar fue maravilloso. Tocamos en los Jardines del Casino que es un sitio precioso, chulísimo. Fui con un trío en aquel momento, bajo y batería, Estefanía Gómez y Adri Seijas, creo, porque que han pasado varios baterías por mi formación, y fue un bolo que no voy a olvidar. He tenido muchos, pero de ese no me voy a olvidar.
Vuelvo al Teatro Central donde ya estuve presentando la gira 'Laboratorio', yo sola, donde ya estaba presentando ahí ese rollo mío en el que puse una locución de la mítica entrevista de Lola Flores con Quintero, cosillas así frikis (risas). Vuelvo a presentar el set ahí y no podía ser un sitio mejor, un festi mejor, siento que la gente que va ahí va a entender la movida, solo porque van a Nocturama.
Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras