'Así canta nuestra tierra en Navidad', el concierto que regalará esperanza en Sevilla y Jerez por Navidad

La Fundación Alalá tiene como objetivo ayudar a niños y niñas de Las Tres Mil Viviendas a conseguir un futuro mejor, evitando la exclusión social y mejorando de su entorno. Todo ello, a través del deporte, el arte y la cultura. Con el propósito de apoyar la causa, la Fundación Cajasol, en el contexto de su programación navideña 'Gozos de Diciembre 2024', decidió solidarizarse con el proyecto organizando el concierto de su colección musical navideña 'Así canta nuestra tierra en Navidad', que ya va por la edición número 42.

Cinco minutos antes del inicio del espectáculo, los músicos de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla desfilaron por el escenario junto a su director, Francisco Javier Gutierrez, y cuando cada uno ocupó su respectiva posición, afinaron los instrumentos. A las 20.30 horas exactas, una voz anunció que el concierto empezaría en unos segundos, y así fue.

La banda comenzó a tocar 'La Gracia de Dios'. Acto seguido, el violinista Alexandre da Costa apareció por la esquina derecha de la tarima. El momento culmen de esta primera interpretación fue cuando se levantó el telón trasero, que dejó al descubierto los rostros del Coro del Colegio Entreolivos.

Después de que la primera actuación pusiera los vellos de los asistentes de punta, Jesús Vigorra, uno de los presentadores de la velada, se abrió paso entre los músicos. «Estar 'Entreolivos' es estar entre ángeles», expresó, y llevaba razón. «Esta noche vamos a hacer un viaje a través de la música, que es un lenguaje universal», informó antes de dar paso a Merche. Vestida de rojo y repleta de lentejuelas, la gaditana encarnó el espíritu navideño mientras cantaba 'Una manera de amar'.

El siguiente en actuar fue Hugo Salazar, y lo hizo junto a cinco niñas -de alrededor de ocho y diez años- del Colegio Entreolivos. En pleno 'Hecho con tus sueños', Hugo animó a todos a tocar las palmas siguiendo el ritmo de la música. Fue entonces cuando la magia inundó el ambiente. A Sevilla se la veía emocionada.

El segundo presentador fue José Manuel Soto, que dio la bienvenida a seis chicas jóvenes de la Escuela de Cante de la Fundación Alalá. Las artistas acompañaron a Los del Río en 'Ole con Ole'. José Manuel Soto también se sumó en mitad de la canción, al igual que el público, que volvió a formar parte del espectáculo tocando las palmas. Al terminar, Los del Río afirmaron que «ser artista y ser sevillano es lo más grande del mundo. ¡Viva Sevilla, viva España y vivan los que hacen que la gente venga a estas cosas!».

No solo las alumnas de la Escuela de Cante de la Fundación Alalá formaron parte de 'Así canta nuestra tierra en Navidad', también lo hizo una de las profesoras, la cantante Laura Marchena. «Desde que entré en Alalá, la vida es más bonita», aseguró al terminar de interpretar 'Niño de mi corazón'.

Algunas de las actuaciones más curiosas de la noche fueron las del Gospel Sounds Granada. A pesar de que la música gospel cada vez se escucha más en España, no todos se han parado a hacerlo. 'God is my everything' y 'Jesus, Oh What a Wonderful Child', sumados a los bailes y la armonía, sorprendieron gratamente al público.

Para algunos, la labor de la Fundación Alalá era desconocida, al igual que la faceta solidaria de la Fundación Cajasol. Por eso, la organización aprovechó la cita musical para que sirviera como escaparate, y así concienciar a los asistentes de la importancia de ayudar a los demás. La gala también sirvió de escaparate para artistas como José Luis Pérez Vera, que apareció para interpretar con su tío, José Manuel Soto, 'Llegó la Navidad', un villancico que el cantautor sacó a la luz hace apenas siete años.

La noche estuvo llena de ilusión, en parte, gracias a los artistas que formaron parte de ella. En este caso, fue Ana Cadaval la que se ocupó el papel de Estrella de la Ilusión con un vestido plateado. Además, llegó anunciando que 'Esto suena a Navidad'. Por su parte, de representar la magia que envuelve a 'La noche mágica' del 5 al 6 de enero, se encargó Milián Oneto, que iba vestida de rosa pastel con un enorme lazo, recordando a un regalo. En ambas actuaciones participó también el coro del Colegio Entreolivos.

Más allá de la ilusión típica de estas fechas, las ganas de ayudar a los demás también estuvieron latentes en la noche de ayer. Ricky Rivera lo dejó claro cuando, tras cantar 'A la gente que más quiero' con las jóvenes de la Escuela de Cante de Fundación Alalá, contó un relato sobre un tipo que perdió la ilusión por la Navidad. Un día, una mujer se le acercó y le dijo que era normal eso que le estaba pasando, «dale tiempo», le aconsejó. «Mientras, se dedicó a ayudar a la gente, y todo eso que estaba dando, le terminó ayudando a él», contó. «Ese tipo era yo, y esa mujer era la vida. No hay día que no le dé las gracias a la vida».

Todo parecía llegar a su fin. Ana de Caro -junto a las seis alumnas de la Escuela de Cante de Fundación Alalá-, Diana Navarro, José Luis Jaén y Mariola Cantarero -ambos en compañía del coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza y el del Teatro Villamarta de Jerez-, fueron los últimos en actuar en 'solitario'. No obstante, aún faltaba la despedida.

Antes de poner el broche de oro a la velada con la última canción, Jesús Vigorra y José Manuel Soto dieron las gracias «a todos los que han hecho este sueño posible», sobre todo a la Fundación Alalá y a la Fundación Cajasol. No dejaron atrás al Ayuntamiento de Sevilla, a todos los artistas, al Teatro Maestranza, los músicos de apoyo, Manuel Marvizón -director de producción y autor de la mayoría de obras interpretadas- y Canal Sur, que retransmitiría el concierto. Ahora sí había llegado el momento, y Milián Oneto, Laura Marchena, José Luis Jaén, Hugo Salazar, José Luis Pérez Vera, Riki Rivera, José Manuel Soto, Gospel Sounds Granada, el coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza y el del Teatro Villamarta salieron a darlo todo en el último tema, 'Esta es la Buena Nueva'.

El final fue apoteósico, porque las personas que faltaban -Mariola Cantarero, Merche, las chicas de la Escuela de Canto de la Fundación Alalá…- salieron a despedir la noche, y Sevilla se volcó con el cierre del espectáculo. El Teatro de la Maestranza se puso en pie. El público bailaba y/o tocaba las palmas, unos aplausos que terminaron siguiendo ritmos flamencos, porque en esta ciudad los conciertos que gustan mucho solo terminan de una manera, y es así.

No todos los días se disfruta de tanto talento junto en una misma sala. Esa sensación de admiración, además, se multiplica al saber que con los beneficios recogidos la Fundación Alalá podrá continuar sembrando nuevas oportunidades en la vida de quienes las necesitan. Ese es el mejor regalo de Navidad que se puede tener.