Pop CAAC 2025
Amaral: «La fotografía de una época se hace con muchos píxeles, nosotros solo somos un píxel»
El grupo Amaral, uno de los cabezas de cartel del Pop CAAC 2025, presenta su disco 'Dolce Vita' en Sevilla este domingo 7 de septiembre
Sevilla
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Iniciar sesiónNo cabe duda de que Amaral es una parte esencial para entender la música de este país. Son, de hecho, referentes para distintas generaciones de artistas y bandas de la escena patria. Y poseedores, quizás, de uno de los legados musicales con más 'hits', no ... en el sentido que se espera desde el mercado musical (que también), sino como esas canciones para las que no existe el paso del tiempo. Tras la salida de su último disco, 'Dolce Vita', que presentarán en Sevilla dentro del Pop CAAC 2025 el próximo 7 de septiembre, el dúo zaragozano disfruta este verano de uno de los mejores momentos creativos de su carrera: «Estamos casi mejor que cuando empezamos la gira, hemos ido acumulando la energía positiva del público y la verdad es que la convivencia con la banda y con el equipo es extraordinaria. Estoy muy contenta», confiesa Eva Amaral, voz y compositora del grupo, en una entrevista con ABC, días antes de su concierto en la capital hispalense.
Amaral en Pop CAAC 2025
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Dónde: Centro Andaluz de Arte Contemporáneo
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Cuándo: 7 de septiembre
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Horario: 21:00h. (apertura); 22.30h. (concierto)
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Precio: 40,00 euros (Crash Music)
-Desde fuera se percibe a esta como una de las etapas más dulces de Amaral, ¿lo sentís así también?
-Creo que hemos vivido muchas etapas dulces. La verdad es que hemos tenido mucha suerte a lo largo de toda nuestra carrera de tener siempre el favor del público. Y eso ha facilitado muchísimo las cosas. Cuando pasábamos por momentos personales duros, ahí estaba ese cariño de la gente hacia nuestras canciones y eso nos hacía remontar. Ahora mismo sentimos que sí que estamos en un momento creativo muy bueno. Nos sentimos muy a gusto haciendo canciones y sentimos que conectan con la gente que nos escucha.
-Lleváis unos cinco o seis años girando, más los conciertos de 'Dolce Vita', ¿pensáis en el después, en si preferís descansar o si por el contrario queréis seguir con la inercia de la gira?
-Sí, el disco anterior a 'Dolce Vita' lo editamos hace cinco años y puede parecer que ha pasado mucho tiempo, aunque efectivamente ha pasado, pero es que hemos estado constantemente haciendo conciertos. También hubo una pandemia de por medio que hizo que las cosas se tuvieran que dosificar de otra manera. Se tuvieron que planear de otra manera. Pero sí que nos tomamos nuestro tiempo a la hora de componer este nuevo disco. Y fue un trabajo muy hacia adentro, muy teniendo en cuenta nuestros tiempos. No sabemos muy bien cuáles son los tiempos que se manejan ahí fuera de nuestra burbuja. Pero creo que para nosotros era importante que este disco reflejara exactamente lo que sentíamos y lo que teníamos en la cabeza y llegara a las soluciones sonoras que hemos llegado en estas canciones. Y sí que nos gustaría que no pasara tanto tiempo [para sacar nuevo disco]. Creo que esta gira va a ser más breve para poder afrontar lo antes posible un nuevo disco.
-¿Habéis ido creando canciones por el camino?
-Sí, eso siempre ha sucedido. La verdad es que siempre hemos estado haciendo canciones. No ha habido un periodo en el que hayamos parado para ponernos a componer, sino que la inspiración te pillaba caminando. Pero sí que es importante a la hora de ponerlas en común, esas ideas que vas teniendo por el camino, que haya un momento en el pares para ponerlas en común y entonces empezar a trabajar en la parte sonora, en la creación de los sonidos, de las melodías de los diferentes instrumentos de producción. Y eso sí que hay que estar quieto, porque si estás girándola a veces te vuelves loco.
-En este disco, además, habéis trabajado con nuevos productores, ¿ha abierto este disco una ventana a otras sonoridades?
-Para este disco en concreto ya veníamos trabajando cada uno en nuestra casa, en nuestras maquetas, con una idea ya muy fija, muy determinada de lo que queríamos. Además son unas canciones que hablan de cosas muy personales. Y creo que, después de 'Salto al Color', que ese sí que nos había abierto ventanas hacia nuevas sonoridades, era importante seguir conservando esas ventanas abiertas. También el hecho de que estábamos en las nuevas canciones mucho más centrados en nuestro sonido de guitarras, en nuestro sonido de nuestra voz, en nuestra sonoridad más personal. Entonces para nosotros era importante que quien produjera junto con nosotros esas canciones fuera alguien muy cercano. Que fuera alguien con quien tuviéramos mucha confianza y que nos conociera mucho. Tomamos la decisión de hacerlo con Álex Moreno, que es nuestro batería en estos momentos en gira. Y que venía con nosotros desde hacía varios años y teníamos absoluta confianza en él. De la mano de Álex vino Pablo Fergus, que es un músico increíble que trabaja mucho con él. Además hizo labores de producción de ingeniería. Y hemos hecho ahí con un equipo de cuatro personas a la hora de producir este 'Dolce Vita'.
-¿Y ese equipo lo tenéis en mente para las próximas canciones o todavía es una etapa que no estáis visualizando?
-Tenemos que ver un poco cuál es el concepto general del disco que vendrá. Como te decía antes, hay que parar para ver eso. Hay ideas ahí, atentos. Pero creo que cuando paremos y veamos todas juntas qué es lo que conforman, entonces es cuando veremos qué necesita, qué tipo de producción necesita.
-Este es un disco muy de confesionario, muy personal. ¿Qué es lo que más os ha sorprendido de cómo ha sido recibido o interpretado?
-Una cosa que nos ha sorprendido mucho es que normalmente hay unas canciones de cabecera en el disco, suele haber favoritas, pero en este disco la gente nos está hablando de todas. Todas han llegado de una manera u otra a alguien. Y eso es lo más bonito, porque la verdad es que cada una refleja un sentimiento propio por sí misma. Todas hablan un poco de lo mismo, que son esas ganas de celebrar la felicidad. La belleza de la vida, la belleza de lo que nos rodea, la belleza de ser humano. Que a veces es difícil encontrarla. Porque si te pones a mirar las redes y las noticias, es difícil, pero está ahí. Y bueno, eso es lo bonito. Que esas ganas de celebrar la belleza y la vida han conectado con mucha gente. Al final es algo que sentíamos nosotros, pero es que es un sentimiento universal.
-Este es un disco muy vitalista, ¿ha sido en algún modo un medio en sí mismo, una forma de catarsis, de sacar de dentro los fantasmas?
-Pues sí, es que precisamente yo creo que a veces tenemos tan cerca la muerte, nos rodea la muerte, la crueldad, el terror, que cuanto más cerca lo tienes, más te das cuenta de lo importante que es esa belleza. Y de que hay que agarrarse a ella como sea, con uñas y dientes, y defenderla.
-Sobre vuestras composiciones, ¿sentís que hay un 'sello Amaral'? ¿Lo tenéis en cuenta a la hora de componer o desechar ideas?
-La verdad es que no tenemos ni idea de lo que es el 'sello Amaral' más allá de un sonido de la guitarra y una voz, claro, porque es una voz humana y todas son distintas. Tiene que ser personal por algo. Pero más allá de eso no tenemos ni idea. Y es curioso porque siempre nos ha dado curiosidad saber qué era eso que nos dice la gente. Que es que, claro, nosotros de repente hacemos una canción, nos pensamos que hemos roto nuestros moldes y alguien desde fuera te dice, ay, me encanta, es más Amaral que nunca [risas]. Pero bueno, ¿qué es eso de que es Amaral? Entonces nos da curiosidad saber qué es y nunca llegamos a comprenderlo. Y la verdad es que no vamos buscando qué suena a nosotros, sino todo lo contrario. Nos da curiosidad todo lo que no suena a nosotros. Nos da curiosidad encontrar sonidos nuevos y experimentar con formas de componer nuevas. O sea que no vamos buscando qué suena a nosotros porque somos conscientes de que hagamos lo que hagamos va a sonar. Es que es inevitable.
-Igual no es un 'sello Amaral', pero sí que hay algo que no cambia, sino que se va agudizando y potenciando disco tras disco, que es esa mirada del mundo, a través de la presencia de la naturaleza, de esos mensajes más sociales... Es cada vez más raro en artistas de grandes audiencias que conserven y mantengan esa mirada. ¿Coincide?
-Bueno, ¡pues no acabo de coincidir! [risas] . Hay mucha gente que a lo mejor no necesita hablar de cosas sociales, pero en realidad lo está haciendo sin darse cuenta o sin pretenderlo. Y yo creo que sí que escucho mucha gente que cada vez más mira a su entorno, a la naturaleza y lo entiende como una parte del ser humano, igual que la naturaleza forma parte de nosotros, indudablemente porque somos naturaleza. Pero sí que creo que ese tipo de pensamientos los veo presentes. No creo que seamos los únicos que estamos hablando de ese tipo de cosas.
-No, los únicos no, pero cada vez se hace más raro en artistas de grandes audiencias que conserven esa mirada.
-A lo mejor es una forma nuestra también de escribir, es posible. Pero yo creo que la fotografía de una época se hace con muchos píxeles, nosotros solo somos un píxel y hay gente haciendo cosas tan variadas que entre todos tenemos que dar esa fotografía de un tiempo.
-Son ya muchos discos a vuestras espaldas, ¿en qué sentís que habéis cambiado, evolucionado o que habéis integrado algo en vuestra forma de componer y de entender la música?
-Ya desde nuestros inicios no hemos tenido ningún miedo a mezclar ingredientes de todo tipo, que se salían un poco de lo que se suponía que estaba en tendencia en ese momento, pero yo creo que cada vez somos menos prejuiciosos y más curiosos y más juguetones con la música y eso es algo que me parece maravilloso, que hace que disfrutemos muchísimo a la hora de hacer una canción.
-Es importante cuidar eso.
-Creo que sí, del sufrimiento también nace la creación, pero yo creo que, sobre todo en el proceso de plasmarlo, es importante disfrutarlo. Y ha habido momentos en los que, por una autoexigencia tremenda que he vivido toda la vida, he sufrido un poco en la grabación de los discos, cuando no consigues llegar a eso que tenías en la cabeza, hay que dar vueltas y vueltas. Y creo que ahora mismo le seguimos dando vueltas, lo que es inevitable, pero no está esa ansiedad, sino que es todo lo contrario, es un disfrute. Bueno, pues si no sale esta mañana da igual, nos vamos a dar tiempo. Creo que lo estamos afrontando de una manera mucho más sana.
-Vuestras canciones tienen muchas referencias a la literatura, el arte, el cine, ¿soléis coincidir los dos o con el tiempo os habéis ido sorprendiendo más con esas referencias?
-Juan [Aguirre] es una persona súper inquieta y está todo el tiempo escuchando música nueva e interesándose por todo lo que aparece. Y la verdad es que hace que estemos los dos como muy efervescentes con todo lo que sucede y felices de descubrir cosas nuevas. Yo creo que el uno y el otro nos retroalimentamos mucho con nuestras pasiones, no solamente con la música, sino hablando de cine, de literatura, de artes visuales. Nos interesa mucho lo que el uno le aporta al otro y no solamente a la hora de componer canciones.
-Vuestra discografía está llena de hits. Hace unas semanas Leiva hacía una reflexión en sus redes sobre 'Princesas', una canción que había dejado de tocar durante años y que le hacía sentirse un «músico sospechoso». ¿Cómo es vuestra relación con esos grandes éxitos? ¿Ha cambiado con el tiempo?
-Hay canciones que en su día escribiste y que su significado ha ido mutando de alguna manera, porque también son canciones que tienen un significado abierto, cada uno las puede interpretar de una manera. O sea, una canción que para mí pueda significar desamor, desamor de una relación de pareja, para otra persona puede significar el dolor que es la muerte de un ser querido. Es como que las canciones, efectivamente ya desde su inicio, para cada uno van a significar una cosa distinta, pero además con el paso del tiempo se van a convertir en algo distinto conforme tú vas evolucionando como persona.
-En vuestro setlist de esta gira que llega al Pop CAAC 2025 manejáis más de 30 canciones, ¿cómo es la conversación para montar un show así? Con canciones nuevas y viejas que entran o salen del setlist.
-Es complicado porque, claro, a ver cómo haces para pasar por nueve discos y por tantos años de carrera y tocar todas las canciones del nuevo disco, que es sobre todo lo que queríamos hacer. Para nosotros era muy importante que estuvieran las 15 canciones de 'Dolce Vita' y poder hacer también un recorrido por canciones anteriores que todo el mundo conoce, de todos nuestros discos. Fue un encaje de bolillos. Queríamos que las canciones pasasen de una a otra fluyendo muy bien y lo hicimos casi como si fuéramos un DJ. Prácticamente estaba más planteado como si fuera una sesión de DJ, pero tocando todos, que como un concierto.
-Más el componente visual, claro.
-Sí, hay una propuesta escénica que también sale de nosotros y unos visuales que también han salido de nosotros y que era como armar un show desde diferentes planos, no solamente lo musical. Entonces, bueno, pues fue un trabajo minucioso, pero muy divertido también. Eso tengo que decirlo. Y extenuante porque estar pues trabajando en los sonidos, pero a la vez estar haciendo visuales, a la vez estar haciendo diseño escénico y que, bueno, pues con todos los problemas que van surgiendo, lógicamente cualquier cosa que se construye, que es como construir una casa, vamos, pues tienes que estar ahí un poco encima de la obra siempre, ¿no? Pero ha sido, la verdad, una experiencia increíble de la que estamos súper orgullosos.
-Un show tan cuidado al detalle y que, sin embargo, deja espacios para las sorpresas, para las colaboraciones, algo importante en vuestros directos.
-Sí, siempre hay ese espacio, porque aunque vayamos sincronizados con unos visuales, con unas luces y hay que respetar el trabajo de un equipo entero, pero siempre están esos momentos en los que Juan y yo estamos con una guitarra solamente y una luz sobre nosotros únicamente, ¿no? Y ahí está solamente la voz y la guitarra y no hay más. O sea, es música pura y dura. Y luego aparte cuando vienen invitados, por supuesto, tienes que estar más abierto al caos, a que hay elementos que no son los de todas las noches y eso es precisamente lo bonito de que venga gente a nuestros conciertos a compartir las canciones con nosotros, ¿no? Eso es precioso, la verdad.
-Tras tanto tiempo en los escenarios sois referentes de muchas generaciones de artistas y de públicos distintos, ¿lo sentís así? ¿en qué os sentís más referentes?
-Es curioso porque nosotros no nos sentimos referentes de nada, pero es que nos lo están diciendo los grupos. Grupos de gente que no son de nuestra generación, sino que han surgido recientemente, grupos emergentes que están haciendo cosas increíbles y que de repente nos llaman referentes y nos invitan a cantar con ellos y nos dan un cariño espectacular. O sea, es algo con lo que no contábamos y que nos ha sorprendido muchísimo y que nos da la vida. Es maravilloso sentirse así de queridos y que te cuenten las historias de cuando eran niños y escuchaban tu música. Es que eso es impresionante.
-Habéis vivido la transformación de la industria musical y del mercado, de los soportes físicos al streaming, de la radio al algoritmo y las playlist, ¿cómo habéis sentido en primera persona estos cambios? ¿cuál es la diferencia que veis para los grupos emergentes respecto a vosotros?
-De alguna manera la sensación es que se había democratizado el hecho de poder llegar a la gente. Ya no era necesario pasar por los mismos canales de siempre para poder publicar un video. Y da la sensación de que a través de redes sociales de repente puedes llegar a la gente con tu música. Pero a la vez no. Porque ahora mismo es como una especie de mar inabarcable de contenido en el que tú puedes ser una gotita de agua en medio de ese océano. Entonces, por un lado sí y por otro necesitas una chispa que de repente haga que tu gotita de agua se transforme en un tsunami y la gente de repente esté escuchando tus canciones. Creo que es un momento, la verdad, extraño, complicado, pero que en momentos pasados tampoco fueron mucho mejor. Siempre ha sido difícil el mundo del arte y el mundo de la música. Y creo que el reto que tienen ahora las naciones es como encontrar esa chispa que haga que tu música se ponga en el foco.
-Y encontrar ese equilibrio entre lo artístico y la profesionalización, dentro de un ecosistema tan competitivo como las redes sociales.
-Sí, también es cierto que veo dos cosas muy positivas. Ahora mismo la gente, los músicos, las bandas están mucho más formadas musicalmente. Muchísimos músicos de bandas que ya llevan desde niños tocando, que no es una cosa de cuando cumplo los 18, como me pasó a mí a los 17, quiero ser rockera y empiezo dando tumbos de alguna manera autodidacta a hacer música, hasta que por fin me centro y consigo una formación y eso me sirve. Son personas que desde pequeños han estado formándose musicalmente. Y yo noto eso, que hay quizás más información, más formación musical. Y luego veo una creatividad mucho más libre, que quizás lo dan las nuevas herramientas digitales y el hecho de que desde el salón de tu casa puedes hacer algo, puedes hacer música de una manera mucho más sencilla que cuando Juan y yo comenzábamos. Para hacer una maqueta había que pagar un estudio, que era carísimo, tenías que trabajar meses y meses ahorrando para poder pagar un estudio. Tenías que grabar una maquetita que nunca reflejaba lo que tú tenías en la cabeza porque eran pocas horas de estudio que podías pagar. Sin embargo ahora, con un ordenador y cuatro cositas, la gente puede hacerse una maqueta bastante aproximada a la realidad de lo que tienen en la cabeza.
-Hablábamos antes de esa mirada más social, pero, además del posicionamiento o no de un artista con su obra, está su altavoz. ¿Cómo lo entiende, desde su punto de vista y su experiencia, ese uso o no del altavoz para ciertas causas más comprometidas socialmente?
-Lo que importa es que cada uno haga con lo que se sienta a gusto. Quiero decir, no podemos obligar a los demás a posicionarse todo el tiempo. Tenemos que respetar el espacio de cada uno. Respeto muchísimo que haya gente que no se quiera posicionar en algo, porque sé que es un desgaste, porque sé que cada posicionamiento conlleva una oleada de odio y de comentarios que hay que estar con la cabeza muy fría para aguantarlos. Y yo respeto muchísimo eso. El que se quiera posicionar, todavía lo respeto más incluso, porque digo, madre mía, la que te viene ahora y estás ahí preparado o preparada. Pero también respeto el que no. Creo que debemos dejar de mirar ahí, al que no posiciona y mirar de dónde vienen los verdaderos problemas.
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