Los Chunguitos regresan a la televisión con «Gipsy Kings»

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El programa -grabado antes del paso de Los Chunguitos por «Gran Hermano VIP»- supondrá también el regreso a la televisión de los hermanos Salazar tr as su expulsión del reality por sus comentarios homófobos. Además de los artistas, pasarán por el programa producido por La Competencia estrellas como Rafael Amargo, Las Azúcar Moreno o Estrella Morente.

«Gipsy Kings» ha acompañado durante seis episodios a estas familias en distintas localizaciones de Madrid, Cádiz, Sevilla, Córdoba, Marbella, Torremolinos y Plasencia e incluso Nueva York, República Dominicana y El Algarve portugués. El objetivo, además de conocer sus trabajos y su día a día, ser testigos de la consecución de un reto: festejar por todo lo alto la puesta de largo de su hija mayor (los Jiménez); renovar su negocio en el Sacromonte granadino (los Maya); celebrar sus 40 años en el mundo del espectáculo (los Salazar); y poner orden en la familia con la intervención de «El Charro», el abuelo del clan (los Fernández- Navarro).

El programa se enfre

En la primera entrega del programa, mientras Los Chunguitos aprovechan una barbacoa familiar en la casa de su manager para empezar el año de celebración de su 40º aniversario en la música, en Palma de Mallorca los Fernández esperan la llegada de El Charro», el patriarca de la familia. Vestido de rojo y con un sombrero al más puro estilo JR, el anciano trata de imponer las tradiciones romaníes, pero no cuenta con las distracciones de la vida moderna y el perezoso talante de sus nietos.

Por su parte, en Plasencia es día de mercadillo y «La Rebe» se prepara siguiendo su propio ritual: con una larga sesión de sueño seguida de una no menos larga sesión de maquillaje y estilismo. Mientras pasea por el mercadillo en medio de una riada de piropos y jaleamientos, se le ocurre un nuevo capricho que estará presente en cada entrega del programa: dar la fiesta del año por sus 15 cumpleaños.

Al sur de España, en el Sacromonte granadino, Salvadora Maya, la matriarca de la familia, prepara la histórica renovación de «La Cueva de La Rocío», una transformación que pondrá firmes al personal del tablao y a sus cuatro hijos, en especial a Juan Andrés, el director artístico, y que quiere convertir el restaurante en un local de cocina fusión andaluza-japonesa, con pescaitos y sushi.