Pódcast | Acutis, el santo milenial
Episodio 1: Un santo con teléfono móvil y zapatillas de deporte
El próximo día 7, Carlo Acutis será nombrado santo. Pero, ¿quién es este chico y qué ha hecho para que la Iglesia le vaya a canonizar?
El 1 de octubre del 2020, en el municipio italiano de Asís, decenas de personas se congregan en el Santuario del Despojo, en la iglesia de Santa María la Mayor. Dentro, el obispo que preside la eucaristía retira, con ayuda, el lateral de un sepulcro blanco. Los presentes rompen a aplaudir.
Tras el cristal que queda al descubierto, se puede contemplar la figura hiperrealista de un muchacho. No tendrá más de 15 años. Pero no sólo llama la atención su juventud. Va vestido con zapatillas de deporte de la marca Nike, unos vaqueros y una sudadera. Al más puro estilo siglo XXI. Como si se hubiera quedado dormido, sus manos descansan sobre su cuerpo y en ellas se enreda un rosario.
La imagen puede resultar sorprendente para quien no entienda demasiado de la tradición católica y tampoco sepa quién es ese chaval. Pero para aquellos que le conocen, la estampa está llena de significado.
Jorge Mora: Un enamorado del Señor, un apasionado de Jesucristo que estaba en lo pequeño, porque en lo pequeño reside la grandeza.
Laura Esteban: Un chico de 15 años que ya es beato, jolín. Y como que me dio envidia. Me dio envidia de la buena.
Beatriz Fra: Sí que muchos familiares y amigos han ido, me han enseñado fotos y la verdad que impresiona verlo ahí con un chándal, con las zapatillas, tan cercano, tan normal, ¿verdad?
Jorge Mora: Es un amigo; más que un santo, ya es un amigo.
El muchacho tras el cristal es Carlo Acutis. Un chaval que murió demasiado pronto, pero cuya huella en la Iglesia es muy profunda. Tanto, que el próximo 7 de septiembre será canonizado. Algunos ya le conocen como 'el santo milenial'. Y esta es su historia.
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Todo estaba listo desde hacía tiempo. Carlo Acutis, un joven italiano fallecido con tan solo 15 años por culpa de una enfermedad fulminante, iba a ser elevado a la categoría de santo por el papa Francisco. La fecha elegida era el 27 de abril de 2025.
Pero la muerte del papa tan sólo seis días antes, truncó el acontecimiento. Porque si la Iglesia no tiene un Sumo Pontífice, no se pueden llevar a cabo santificaciones.
La canonización de Carlo tenía en vilo a muchos fieles, que no tuvieron que esperar demasiado para saber cuándo se llevaría a cabo. Tras la fumata blanca, una de las primeras decisiones del nuevo papa, León XIV, fue fijar fecha: el 7 de septiembre.
Es mucha la expectación que se ha generado en torno al chico, y los motivos por los que va a ser declarado santo, y surgen las preguntas. La más evidente: ¿quién es este chaval? ¿De dónde ha salido y qué ha hecho para convertirse en un ejemplo para la Iglesia? Empecemos por los datos más básicos de su biografía.
Carlo nació el 3 de mayo de 1991 en Londres. Sus padres, Andrea Acutis y Antonia Salzano, eran italianos, y tan solo unos meses después del nacimiento del chico, decidieron regresar a su país, e instalarse en Milán
Javier Martínez Brocal: Cuando él era pequeñillo, en clase era un tío divertido, era el tío de clase, pues el compañero que todos hemos tenido, que era el que hacía risas en la clase y el que se reía, el que interrumpía al profesor. Era un tío normal, y era un tío divertido. Entonces yo creo que eso es un plus para la Iglesia Católica, tener un santo divertido, yo creo que eso no tiene precio.
Javier Martínez Brocal es el corresponsal de ABC en el Vaticano, y conoce muy bien la historia del futuro santo.
Brocal: Sigo a Carlos Acutis más o menos desde… Cuando no lo conocía nadie, desde el 2006-2007, que una editorial italiana me mandó la primera biografía que hicieron sobre él, y la verdad es que me dio curiosidad. Me acuerdo que era una portada amarilla, dije «Ah, pues este chaval…», pues me dio curiosidad la normalidad de Carlo Acutis. Yo creo que para entender la fe de Carlo Acutis hay que ver que no es una fe de conversión, de pasar del 0 a 100, sino una fe que va creciendo poco a poco, y va creciendo de tal modo que incluso lleva a sus padres a la práctica religiosa.
Antonia Salzano: Desde que era pequeño empezó, porque cuando tenía dos año y medio, tres más o menos, hicimos una caminata en frente de una iglesia y quería entrar para saludar a Jesús.
La principal valedora del legado de Carlo es su madre, Antonia Salzano.
Antonia: Yo soy un testimonio de la santidad de mi hijo. Naturalmente, no soy santa, pero seguramente tengo un (...) especial con Carlo, porque era mi hijo.
Brocal pudo hablar con ella en Italia y nos sorprendió con un gran nivel de español.
Antonia: Yo digo siempre que Carlo para mí ha sido un salvador, porque gracias a Carlo yo he comprendido la importancia de la eucaristía, que la eucaristía es verdaderamente la presencia real de Dios con nosotros. Yo antes era como un protestante, pensaba que la eucaristía era una cosa ritual, no comprendía la importancia de la liturgia, de la adoración eucarística, de la misa, de la importancia de la eucaristía en nuestra vida. Yo digo que con Carlo he hecho el descubrimiento de mi vida, que es esta presencia de Dios siempre con nosotros.
De aquella conversación, comprobamos que el interés de Carlo por la religión no vino por tradición familiar. Pero sí hubo otra persona en la órbita de los Acutis que supo despertar la curiosidad del niño por el catolicismo.
Brocal: En la vida de Carlo hay un personaje que es muy importante, que es una señora polaca, que es la que cuidaba de él. Empieza a hablarle de cómo la fe ha marcado su pueblo, de cómo la fe les ha ayudado a superar las dificultades, y el chaval pues sintoniza mucho con este modo sencillo y este modo alegre de vivir la fe. Que luego sus padres lo llevan al colegio de los jesuitas, y allí es donde esa fe, que de algún modo era devocional o era una fe muy de corazón, pues consigue que se la expliquen y pasa del corazón a la cabeza. Y es una fe también más meditada y que justifica también racionalmente sus acciones.
A medida que Carlo crecía, también lo hacía su fe, y es algo que queda patente en su costumbre de acudir a misa a diario. Incluso insistió para que le adelantaran la primera comunión, que recibió con 7 años. Su compromiso con la eucaristía era total, tanto que incluso llegó a definirla como su «autopista hacia el cielo», uno de sus grandes lemas.
Brocal: Lo de la autopista, el camino fácil para llegar al cielo, pues sería la Eucaristía. Porque en la Eucaristía él encontraba la la ayuda que le servía para hacer las cosas buenas que hacía, o para intentar luchar contra las cosas que le costaban. O lo de «todo el mundo nace como un original, pero muere como una fotocopia». Pues eso es esa exigencia de no dejarse manipular, de no dejarse arrollar por el pensamiento dominante en el momento histórico que él estaba viviendo, el defenderse de quienes intentan utilizar a las personas, intentan explotarlas. Yo creo que iba por ahí.
Con ese fervor, su discurso y su entrega espiritual, puede dar la impresión de que el chico parecía más un papa que un adolescente de su tiempo. Sin embargo, tanto Brocal como Antonia destacan que, aún así, Carlo era un chaval, y se comportaba como tal. Aunque con sus peculiaridades, claro.
Brocal: Lo mejor de Carlo Acutis es que no era un tío perfecto, era una persona con debilidades. Y sus biógrafos pues me han explicado que, por ejemplo, él mismo decía que tenía debilidad por la comida, que le gustaba comer, por la gula, por así decirlo. Él contaba cómo en eso intentaba mejorar y luchaba por moderarse. Era un tipo que se esforzaba por evitar distraerse durante la misa y cuando rezaba, porque estaba en misa y se acordaba del partido de fútbol o de una canción o lo que sea. A mí me parece muy interesante que era un tipo normal, que tenía las debilidades y los problemas típicos de un chaval de 15 años, pero que no se desanimaba. Vivía la fe como convicción de que Dios estaba a su lado, que Dios le acompañaba en todo momento, y eso le ayudaba a desprender una especie de sencillez y de preocupación por lo demás que desarmaba.
Antonia: Carlo era muy bromista, muy simpático, alegre, siempre llamaba la atención. Siempre positivo, muy generoso, muy altruista. Jamás he escuchado a Carlo hablar mal de nadie. Era un chico muy positivo, siempre dispuesto a ayudar, a regalar sus cosas. Era un chico verdaderamente esencial en su vida. Para Carlo, dos pares de zapatos era demasiado. Para él, un par de zapatos solamente, porque decía «esta gente que no puede comer, que no puede vivir, no tenemos que gastar dinero en cosas inútiles».
Carlo es parte de esas generaciones que casi nacieron con un aparato tecnológico bajo el brazo. En una búsqueda rápida por Internet, se pueden encontrar algunos momentos de su vida. Por ejemplo, esto que suena es su voz, recogida en un corto que realizó con sus compañeros en un voluntariado en su ciudad, Monza.
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Al parecer, era un chaval como cualquier otro: le gustaba mucho jugar a la Playstation, seguía los partidos del equipo de su ciudad, el Milan, y echaba horas en el ordenador. Porque las nuevas tecnologías también marcaban su día a día, lo normal para un joven de su edad.
Carlo tenía un talento especial para la informática. Así que decidió unir sus dos pasiones. Y utilizó las herramientas que tenía a su alcance para hacer algo que hasta entonces no se hacía. Se convirtió en una especie de evangelizador digital.
Brocal: Ese interés por buscar las nuevas tecnologías para llegar a más personas, pues era un modo… Igual que los misioneros en el pasado, pues soñaban con ir a mundos lejanos para hablar de Dios. Pues él, de alguna forma, que estaba en Milán, en Monza, soñaba con llegar a más personas a través de Internet, a través del ordenador y bueno, pues eso es lo que lo hace atractivo.
Pensemos que estamos en el inicio de los dosmiles. No existían Instagram o Tik Tok, y tampoco íbamos a saber nada de Youtube hasta mediados de la década. Por entonces, el grueso de la información se alojaba en las tradicionales páginas web.
Carlo aprovechó sus conocimientos en programación para abrir una página donde recopiló todos los milagros registrados por la Iglesia. Fue una labor de investigación que le llevó mucho trabajo, y que a día de hoy sigue disponible en Internet, pero que también dio el salto fuera de la pantalla, convertida en exposición.
Antonia: Esta exhibición que Carlo ha hecho sobre los milagros eucarísticos ha estado hospedada en todos los continentes. Solamente en los Estados Unidos, más de 10.000 parroquias, son 18.000 parroquias. Esta exhibición ha ayudado a un montón de gente a acercarse a Dios, a la misa. Carlo sabía muy bien lo que era la Eucaristía, porque Carlo era muy teológico, conocía las Sagradas Escrituras de memoria, pero era importante ayudar a los demás, porque Carlo decía «hay colas de gente en frente de un concierto, de un partido de fútbol, y yo no veo esta cola en las iglesias».
Aunque suene anecdótico, lo cierto es que esta web llamó mucho la atención de la Iglesia, y también pesó, para bien, a la hora de estudiar la canonización.
Brocal: Yo creo que uno de los desafíos que tenemos en nuestro tiempo es el agujero negro de internet, que da miedo lo que se puede encontrar ahí. Entonces creo que la idea es proponerlo como una persona que utiliza internet para ayudar, para unir, no para separar, no para discutir, no para crear polémica. Creo que, de Internet, lo que interesa destacar de él puede ser eso. Es más, que es una persona que lo usa para ayudar, no tanto como fuga de la realidad, o no tanto como modo para crear polémica, o para subrayar opiniones, poniéndose una careta sin que nadie sepa lo que estás diciendo.
Carlo se volcó en este proyecto, e imaginamos que tendría en mente hacer más cosas para acercar su fe y creencias al resto de la sociedad. Sin embargo, esos anhelos quedaron congelados en el tiempo.
El 3 de mayo de 2006, Carlo Acutis cumplió 15 años. Aún no lo sabía, pero sería su último cumpleaños. Unos meses más tarde, un episodio de fiebre y vómitos le llevó a Urgencias de un hospital de Milán. El diagnóstico fue demoledor: el joven padecía leucemia, y su pronóstico no era nada bueno.
Brocal: Tuvo poco tiempo. Piensa que desde el momento en el que le dicen el diagnóstico hasta su fallecimiento, pasan solo tres días. Era una leucemia fulminante y, de algún modo, pues él quizá, pues ya se había ido preparando.
Carlo Acutis recibió la noticia de su cáncer con una madurez sorprendente. La fe que le acompañó a lo largo de su vida no se tambaleó ni en sus últimos días.
Brocal: Me acuerdo, en la primera entrevista que le hice a su madre para la beatificación, me dijo una cosa muy fuerte que no le he escuchado repetir otras veces. Me dijo que Carlos había ofrecido su vida a Dios también cuando supo del diagnóstico, había ofrecido también su vida a Dios para reparar por los sacerdotes que habían abusado de víctimas. Esa herida de la Iglesia, a él le dolía y, de alguna forma, quería ofrecer ese momento de sufrimiento y de dolor por eso. Creo que Carlo Acutis murió como vivió, pues siendo una persona normal. Probablemente pasó miedo en las horas de la muerte, no creo que recibiera la situación con serenidad, en el sentido de con impasibilidad, pero también pues con la misma fe que le llevaba a hablar con desconocidos y a llevarles comida, y a defender a los que lo pasaban mal, pues es la que le condujo en esas horas.
Antonia: Cuando se pierde a un hijo, pienso que es el dolor más grande que un padre o una madre puede tener. Pero todo en Cristo se transfigura, todo tiene sentido, nada es un sinsentido, todo tiene un motivo.
La muerte de aquellos a los que queremos nunca es fácil de sobrellevar. Mucho menos si imaginamos todas aquellas cosas que le quedaban por experimentar a un chico tan joven, las personas que no podría conocer… La familia enterró a su hijo sobrecogida por el dolor, y preparó el funeral dispuesta a despedirse y recordarle. Pero lo que ocurrió de puertas hacia dentro de la Iglesia pilló desprevenidos a los Acutis.
Brocal: Carlo Acutis fallece y en su funeral hay una sorpresa. Es una familia conocida en Monza, es una familia conocida en Milán. Su abuelo, que se llamaba también Carlos Acuti, era propietario de Vittoria Assicurazioni, que es una sociedad de seguros, una compañía aseguradora bastante importante en Italia. Entonces pues fue un funeral al que acudió mucha gente, también por la impresión de que hubiera fallecido un chico de 15 años. Pero la familia se queda asombrada porque acudieron muchos porteros de los barrios, acudieron personas sin techo, y ellos no eran conscientes del impacto que Carlo Acutis había tenido en la vida de tantas personas. De esto, la familia no sabía nada, pero él les daba la paga, donaba parte de la paga pues me parece que era a una institución de la Iglesia de Milán, que ayudaba a los comedores públicos. Luego hablaba con ellos, les llevaba sacos de dormir, les llevaba comida. Es un modo muy sencillo de ayudar, no era un idealismo de «quiero acabar con la pobreza en el mundo», sino bueno, quiero que este pobre hoy no pase frío, le llevo un saco de dormir.
Sabían que su hijo no era un chaval al uso. Lo que desconocían es que muchos le consideraban una suerte de ángel de la guarda y que, tras su muerte, incluso le habían empezado a rezar.
Brocal: Esa presencia llevó de algún modo a muchos de los que lo conocían a pensar «bueno, pues si me ayudaste, y ayudaste a estas personas cuando estabas aquí en la tierra, ahora que estarás en el cielo, pues también me tienes que ayudar». Y empieza a crearse así, sin forzar, porque no había nadie, no había una institución detrás que promoviera la beatificación de Carlo Acutis, pero empieza a crearse una especie de oleada de simpatía en la que la gente le pide ayuda a Carlo Acutis. Y empiezan a surgir historias de gente que, en situaciones normales dice «oye, pues yo me he sentido ayudado, pues estábamos pasando un mal momento en mi familia, con mi mujer, y le he pedido ayuda a Carlo Acutis, y me he sentido de algún modo ayudado y ahora estoy más sereno».
Antonia: La gente ya sabía que Carlo era especial. Empezó a rezar a Carlo. Una mujer tenía un cáncer, tenía que empezar la quimioterapia, rezó a Carlo y el cáncer se pasó completamente. Esto, el día del funeral. Después fue un continuo.
A lo largo de las semanas, la familia se dio cuenta que la fama de su hijo traspasaba fronteras. Y se planteó recopilar todas esas historias que, de una u otra forma, el chico había protagonizado.
Brocal: Empieza a difundirse esa devoción a Carlo Acutis, empieza a hablarse de su bondad, de cómo había hecho estas exposiciones de milagros eucarísticos, la familia empieza a recoger testimonios de personas que ellos no eran conscientes de que Carlo les había ayudado tanto. Me contaba el postulador que empezaron a recibir también testimonios de países en los que no había católicos, o había presencia minoritaria de católicos: países asiáticos o países con mayoría musulmana. También de personas que decían que les ayudaba, les inspiraba en su día a día el modo de vivir la fe de Carlo. Entonces la madre pidió a un amigo periodista que escribiera esa primera biografía, la biografía que a mí me llegó. Es una biografía que ha escrito Nicola Gori, y la biografía salió tan bien que le dijo «Oye, Nicola, visto que tú estás en el Vaticano, ¿por qué no me ayudas con el proceso de beatificación?». Y bueno, pues así nació esta historia.
De una forma espontánea y sencilla, cómo fueron sus actos a lo largo de su vida, Carlo Acutis había dado los primeros pasos en su camino a la santidad.
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Ser santo es algo así como el mayor logro al que puede aspirar un católico. Significa que has cumplido con los preceptos de la fe y que fuiste una persona buena y generosa, entregada a Dios y a su obra.
En el Concilio Vaticano II se explica que todos los cristianos están llamados a ser santos. Una idea que el papa Francisco siempre abanderó.
Pero el camino para ser reconocido por la Iglesia no es sencillo, ni mucho menos rápido. Se tienen que dar ciertos acontecimientos que te permitan subir los peldaños de la escalera de la santidad. Este proceso se llama canonización.
José Ramón Navarro Pareja: La primera vez que cubrí un proceso de canonización probablemente fue el inicio de una causa en la diócesis de Valencia, creo recordar que era alguna de las causas de mártires de la Guerra Civil, que se iniciaba la fase diocesana. Una de las primeras canonizaciones en las que estuve presente probablemente fue la de Escrivá de Balaguer en 2002, y también en las que hizo Juan Pablo II de varios santos españoles en 2003 en España.
José Ramón Navarro Pareja es periodista y está especializado en cuestiones de religión en el Diario ABC. Conoce muy bien cómo es el proceso, que está dividido en cuatro etapas.
José Ramón Navarro: El término de 'Siervo de Dios' es el primer paso. Lo que se requiere o lo que viene a significar es que la causa se ha abierto de una manera oficial. No implica ningún juicio sobre su santidad, no se valora si es santo o no, se entiende que puede haber una serie de virtudes heroicas de cómo ha vivido su fe, pero todavía no se está haciendo ningún pronunciamiento sobre él. El requisito es que el obispo acepte abrir esta causa de canonización tras verificar esa fama de santidad, los informes que le han llegado hasta él, y que la Santa Sede le dé el Nihil Obstat a este concepto de Siervo de Dios. El siguiente paso es el de 'venerable', y aquí ya tiene un papel importante el Papa, porque es el que aprueba un decreto que reconoce que el candidato ha vivido las virtudes cristianas, fundamentalmente la fe, la esperanza y la caridad, de una manera heroica, de una manera diferente al resto. O también que sufrió martirio, porque puede haber dos causas por las cuales se accede a la santidad, una más rápida sería haber muerto por la fe, haber sido mártir. Una vez el Papa firma este decreto, se le considera venerable y, a partir de ese momento, pues ya es cuando podemos ver en algunos lugares alguna pequeña estampita o alguna petición por parte de quienes están promoviendo esa causa de canonización que la gente le rece a esa persona, a ese venerable, para poder obtener una gracia o poder obtener alguna curación que luego nos lleve al siguiente paso, que es el de 'beato'.
A partir de aquí, el asunto se pone serio. Acceder al tercer escalón y ser beatificado requiere de algo más complejo: obrar un milagro.
José Ramón Navarro: 'Beato' ya es el candidato que, de alguna manera, después de que ha sido dado a conocer al resto de los fieles, pues alguien ha pedido su intercesión en algo que se considera milagroso, se ha comprobado que ese milagro atribuido a su intercesión pues es correcto, que realmente es un hecho no demostrable científicamente, y entonces el Papa ya firma ese decreto con ese milagro verificado, y lo que hace es que impone una fecha para su beatificación.
Y luego tenemos el cuarto peldaño. El que abre las puertas a lo divino.
José Ramón Navarro: Para el 'santo' se requiere que haya un segundo milagro que se sume al anterior, que se haya producido después de ser declarado beato, y que lo que hace es ya elevarlo a lo que diríamos los altares. Es decir, reconocer que realmente esa persona ya está gozando de la presencia de Dios, está en el cielo, que eso es lo que significa ser santo, y ya puede ser venerado a nivel universal, en cualquier otra iglesia y en cualquier otro lugar.
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Pero para comenzar esta subida por la escalinata de la santidad, es necesario que se cumplan una serie de requisitos estipulados por el Vaticano.
José Ramón Navarro: El proceso se inicia normalmente, salvo que haya algún permiso por parte del Papa para que no sea así, se inicia en la diócesis en la que ha muerto el santo. Se inicia en ese lugar y se inicia con el permiso del obispo. Algunas personas han detectado, han visto, que esta persona que ha fallecido puede tener indicios de santidad, y entonces piden iniciar ese proceso. Para ello tienen que haber pasado en primer lugar cinco años.
La apertura oficial de la causa concedió a Carlo la condición de Siervo de Dios. El proceso se inició en 2012, y lo hizo con el trabajo medio hecho. El periodista y amigo de la familia, Nicola Gori, ya había recopilado todas esas pruebas y testimonios acerca del muchacho. Teniendo en cuenta que también es miembro de la Oficina para la Causa de los Santos, se acabó convirtiendo en el postulador de Carlo.
José Ramón Navarro: La figura del postulador es clave en estos procesos porque, de alguna manera, es el que tiene que recopilar toda esa información. Y entonces, quien tiene más capacidad de poder complementar toda esa documentación necesaria , quien tiene a un equipo que está trabajando en recopilar información, en hacer entrevistas, quien tiene un buen postulador que sabe qué hay que hacer en cada momento, que sabe manejar ese equipo de trabajo, quien luego tiene más capacidad también para difundir esa veneración hacia esa persona, sea venerable, o ya luego, cuando es beato, para que sus imágenes, la oración por su intercesión llegue a más lugares del mundo, pues va a tener más probabilidades de que el milagro ocurra antes y que pueda ser beatificado antes, o que pueda ser canonizado antes.
Los datos llegaron al Vaticano, que concedió el Nihil Obstat. Esto significa que la Iglesia no vio impedimento en que el procedimiento siguiera adelante.
Brocal: Al Papa le impresionó especialmente, porque es de los pocos que, sin ser santos, proponía ya como ejemplo en uno de sus documentos. El Papa Francisco hace una exhortación apostólica sobre los jóvenes que se llama Christus Vivid, y propone ya el ejemplo de Carlo Acutis en nada menos que cuatro puntos. Da la frase esta muy famosa de «Todo el mundo nace como un original, pero muere como una fotocopia». Y lo propone a todos los jóvenes del mundo. Yo creo que lo que al Papa le interesaba era la sencillez, en el sentido de que no es un tío que hizo cosas raras para ser santo, sino que vivió de un modo muy natural esas virtudes cristianas, sin hacer cosas raras. Yo creo que Carlos Acutis ayuda en dos direcciones. Por un lado, ayuda a los jóvenes católicos a decir «oye, se puede ser católico y normal, tener una vida normal y tener amigos, y dedicarse a lo que te gusta, que es la informática, que es lo que a él le gustaba, o internet, etcétera. Y, por otro lado, a los que están lejos de la Iglesia, decirles «oye, que nuestros santos no son tíos raros, son personas normales que han tenido las mismas dificultades que tenéis vosotros, y las han sabido afrontar. Muchas veces han caído, pero luego siempre se han levantado.
El 5 de julio de 2018 el papa Francisco declaró venerable a Carlo Acutis. Los fieles ya le podían rezar con todas las de la ley. Pero todavía no era considerado santo. Para eso hacía falta un milagro, y no en sentido figurado.
José Ramón Navarro: Cuando una vez ya ha sido declarado venerable, ahí el tiempo ya se puede dilatar muchísimo, porque se necesita que exista un milagro y que ese milagro pueda ser certificado, y ese milagro puede aparecer muy rápido o puede no aparecer nunca. De hecho, hay muchos que se han quedado ahí, o sea, muchos procesos que están atascados en esa fase porque no ha existido ese milagro certificado que permita ya dar el siguiente paso a la beatificación.
Pero ¿qué necesita la Iglesia para corroborar que estamos ante un milagro?
Brocal: Para que el Vaticano apruebe un milagro se necesita que la curación o el hecho extraordinario sea inmediato, duradero y científicamente no explicable. Inmediato es decir que no es que se pueda recuperar, si es un enfermo, poquito a poquito, sino que es pasar de una situación crítica a una situación de normalidad. Luego tiene que ser duradero, no puede ser que haya recaídas, hace falta que pasen algunos años, no puede ser el milagro ayer, y hoy te lo reconozco. Y luego científicamente inexplicable: los médicos no pueden encontrar una explicación científica.
En el procedimiento de Carlo, la sospecha de que el joven podía haber intercedido por uno de sus fieles se remonta a 2013…
Brocal: El milagro de la beatificación es precioso. Es un milagro que se produce en Brasil. Pues era un niño que se llamaba Mateus, que tenía una anomalía anatómica en el páncreas, de nacimiento, tenía seis años, y le habían convocado ya para el día 12 de octubre de 2013 para operarle y resolver el problema. Entonces. Justo antes de la operación, en su parroquia, el sacerdote llevó una bendición, llevó una reliquia de Carlo Acutis para la bendición. Y lo llevó en brazos el abuelo, y el abuelo le dijo «Mira, cuando le des el beso a la reliquia -era un pijama que había utilizado Carlo Acutis, era el pijama con el que había dormido en el hospital los días antes de su fallecimiento-, y el abuelo le dijo «Oye, cuando beses la reliquia, pide que ya no te vengan más vómitos, que dejes de vomitar». Y cuál fue su sorpresa que, cuando pasaron los días, a partir de ese momento el chaval dejó de vomitar, lo llevaron al médico y no necesitaba la operación. Se curó de este problema de páncreas anular que es una una anomalía congénita.
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Estamos ya en 2019. El Vaticano ha reconocido ese primer milagro de Carlo Acutis, por lo tanto, el chico será declarado beato. Pero antes de la ceremonia, hay que cumplir un último ritual: el de la exhumación de los restos. Un paso con el que se constata que en la sepultura están esos vestigios, y que permite saber si están o no incorruptos. El cuerpo de Carlo es exhumado el 23 de enero, y se traslada al Santuario del Despojo de Asís en abril.
Brocal: Abrieron la tumba y encontraron que los restos estaban completos. Los restos de Carlo Acutis no están incorruptos, pero sí están todos los órganos. Y entonces lo que hicieron fue hacer una especie de armazón de cera y silicona que reproduce perfectamente la imagen de Carlo Acutis, su físico, que recubre todo su cuerpo, porque efectivamente, el cuerpo estaba completo, pero estaba dañado por el paso de los años. Entonces fueron muy originales también en vestirlo como visten los jóvenes de su edad, con esas zapatillas Nike, con la sudadera y con los vaqueros. Pero no es el cuerpo incorrupto. Es un cuerpo completo, cubierto con silicona y reproducido fielmente.
Este es un dato que hay que resaltar, porque la calidad en la reconstrucción de la cara de Carlo hizo creer a algunos que, aún habiendo pasado casi una década y media, el cuerpo del joven seguía igual que cuando fue enterrado. Y evidentemente, no era el caso, pero la situación jugó a favor.
José Ramón Navarro: Cuando ya va a ser beatificado, su cuerpo se traslada a esa urna que ya es visible, y entonces yo creo que eso causa una especial sensación en el mundo, que es lo que lleva a que de repente todo el mundo empiece a saber, «a ver quién es este Carlo Acutis, quién es este niño vestido de esta forma tan adolescente, que además está absolutamente bien conservado», que yo creo que es un poco lo que juega en un primer momento como un elemento de sorpresa, el ver a una persona que aparentemente está durmiendo, no? Y luego ya es cuando vino la explicación de que aquello era una máscara y de un poco cómo estaba todo, pero claro, la imagen empezó a funcionar ya, y estamos hablando de prácticamente 2020, pues en todas las redes sociales y, en muchos casos, pues con información que no era totalmente correcta, pero que sí que contribuyó a magnificar muchísimo el fenómeno. Y yo creo que a partir de ahí es donde ya se convierte en un fenómeno mundial.
Episodio 2: una fe robusta, una vida de entrega a los demás y dos milagros
Para ser nombrado santo, la Iglesia debe atribuir dos milagros a la persona que se busca canonizar. Pero no son los únicos requisitos
Ir al episodioLas imágenes del cuerpo de Carlo tras la apertura de su sepulcro dieron la vuelta al mundo y provocaron una especie de 'fenómeno fan'. ¿Tanta fama puede poner en entredicho al futuro santo? Este es el tercer y último capítulo del pódcast.
Ir al episodioTras la canonización de Carlo Acutis, coversamos con Javier Martínez-Brocal, corresponsal de ABC en el Vaticano, acerca de los jovenes que aspiran a convertirse en santos como el joven italiano
Ir al episodioDesde el 1 de septiembre, y lo largo de tres episodios, repasaremos la historia del joven italiano que entrará en el santoral cristiano el próximo día 7.
Ir al episodioCarlo Acutis era un chico normal. Eso dicen los que le conocían bien. Simpático, bromista, amigo de sus amigos… Pero había algo más que hacía destacar al chaval, y era su fuerte conexión con el cristianismo. Su vida giraba en torno a la fe, e ... incluso creó una página web en la que recopiló todos los milagros eucarísticos registrados por la Iglesia. Sin embargo, una leucemia puso fin a la vida del chaval en 2006. Tan solo tenía 15 años.
Casi 20 años más tarde, Carlo Acutis va a ser canonizado. Pero ¿quién es este chico y qué ha hecho para que ahora vaya a ser nombrado santo? De la mano del periodista de ABC, José Ramón Navarro-Pareja, del corresponsal en El Vaticano, Javier Martínez-Brocal, y con el testimonio de la madre de Carlo, Antonia Salzano, trazaremos el perfil de este joven, y empezaremos a recorrer el camino a la canonización.
Ya disponible en ABC.es y en todas las plataformas de audio el primer episodio de 'Carlo Acutis: el santo milenial'.
- Dirección: Manuel Garre
- Guión y entrevistas: Manuel Garre y María Romero
- Edición: María Romero
- Diseño gráfico: Rodrigo Parrado
- Grabaciones: Íñigo Martín Ciordia
- Narración: María Romero
Próximas entregas, disponibles los días 3 y 5 de septiembre.