First Dates
Vuelan los cuchillos entre dos solteros, hasta acabar a la gresca en la decisión final: «Es de lo peorcito»
'Reventada' e 'interesada' es lo más suave que Enrique, un 'influencer' un poco creído, llamó a Charís al verse las caras en la decisión final
Carlos Sobera, directo con lo que le suelta un soltero nada más llegar: «¿Me estás tirando los tejos?»
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Iniciar sesiónCon el estreno de 'Supervivientes All Stars', Mediaset devolvió 'First Dates' a Cuatro, donde el famoso 'dating show' continúa repartiendo amor. O en su defecto, calabazas. El encuentro entre Enrique (22) y Charís (20) entró directo en el ranking de ... las citas más incómodas vividas entre las paredes del restaurante.
Enrique, alias 'Quicus', apuntó maneras desde que puso un pie en el programa. El creador de contenido presumió de fama y de dedicarse a vivir la vida. «Me suelen parar mucho por la calle. Y alguna vez digo 'una foto son cinco euros'», le contó a Carlos Sobera. No se resistió tampoco a enseñarle al presentador su barco, herencia de su padre fallecido junto a unas casas, unos terrenos y unos coches.
«Estoy buscando una chica que me ayude a mejorar mi vida. Me gustan cayetanas, que tenga buen patrimonio, porque vamos a juntar patrimonios. Yo le voy a enseñar mis propiedades y ella las suyas», añadía sin tapujos al ser preguntado por su pareja ideal.
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Su cita era Charís, una estudiante de medicina de Girona que no tiene queja alguna en el plano material. «Nunca me ha faltado de nada y materialmente tengo suficiente», aseguró. Acto seguido conocía a su pretendiente, quien no perdía ni un segundo en alardear de su popularidad en redes sociales. «Igual me conoces», tanteaba. «¿Te conozco?», espetaba ella con sorpresa. «Me dedico a las redes sociales, alguna vez a lo mejor te he salido», insistía el soltero. Pese a la reiterada negativa de la joven, Enrique prefería pensar que su cita no había querido reconocer que lo conocía «para no caer en la tentación de decir 'este es el maravilloso Quicus que voy a tener en mi vida», según comentó en los totales.
Lluvia de pullas entre los solteros
Charís le lanzó el primer zasca de la noche, aunque no el último. «¿Tú me conoces? Entonces, ¿por qué debería conocerte yo?». «Lo que yo más temía era un chico que viniera dándoselas de 'yo soy', porque es una actitud de diva… y la diva soy yo», valoraba después frente al equipo del programa.
Una vez en la mesam intentaron reconducir la cita, pero la actitud de él imposibilitó cualquier posibilidad de acercamiento. Las pullas y momentos incómodos fueron la nota dominante de la velada. Charís empezó contándole que estaba muy contenta estudiando su segundo año de medicina, a lo que el joven, cuando ella no la oía, expresaba que eso no le parecía un trabajo «porque estará trabajando para alguien, me gusta que tengan su propio imperio».
Otro tema discordante surgió al afirmar el 'influencer' que Suiza no está en Europa, argumentando que es «un país fiscal». «Hay continentes, América, Europa...Suiza y Andorra están en Europa. Si ni siquiera sabes la diferencia entre Europa y Unión Europea, veo difícil que puedas gestionar una herencia», tiró ella.
Cuando la cámara los volvió a enfocar, estaban compartiendo sus puntos de vista sobre vivir en pareja. Pero tampoco se pusieron de acuerdo en ese aspecto. «Si llego a vivir con alguien, es porque esa persona tiene una buena economía. Yo no quiero tener toda la carga de limpieza, ahora tengo una chica que me ayuda», aclaraba la soltera. «Yo soy muy a la antigua, te abriré la puerta del coche, pero para fregar tienes que hacerlo tú», acotaba Enrique.
Sin embargo, la cosa no quedó ahí, y se atrevieron a debatir sobre el reparto de gastos en un hogar. «Cada uno tiene que poner una parte», aseveraba él. Algo con lo que Charís no estaba de acuerdo, argumentando que quería una compañera de piso, no una pareja. A tal afirmación, su acompañante llegó a la conclusión de que «como ha visto que tengo propiedades, se quiere aprovechar de mí», afirmaba ni corto ni perezoso.
Incluso pagar la cena fue motivo de desencuentro. Para sorpresa de la estudiante, Enrique decidía que cada uno abonara su parte. «Es la primera vez que pago a medias. Nunca lo había preguntado porque siempre se que el hombre va a pagar», espetaba. Al respecto, el soltero explicaba que «tengo un montón de dinero, pero no me ha dado la gana de pagarle la cena a ella».
Después de este momento tan violento, volvían a encontrarse a la hora de tomar la decisión final. Enrique era el primero en justificar el más que esperado rechazo, y lo hacía sin ambages. «Sinceramente, no ha habido feeling porque me ha parecido una persona un poco interesada». Lógicamente ella, molesta, negaba tal acusación. «No soy interesada, porque siento que no tienes los recursos que me puedan interesar».
«Los recursos los tengo, tengo casas, tengo todo. Estabas un poco reventada por el simple hecho de que he tenido que pagar mi parte y tú la tuya», replicaba él. Charís contraatacaba con sarcasmo. «No, te veo como una amiga más y ya está». Un comentario que le sentó verdaderamente mal a su cita, quien empezó a divagar. «Yo soy un chico, a mi no me hables de amiga, lo primero de todo. Soy una persona que le gusta y ama a España, entonces no me vas a hablar como diciendo que soy una amiga. No soy ninguna chica, soy un hombre. No me cae bien, no conectamos y que no me conozca es algo muy fuerte porque yo soy una estrella en España».
«Yo no me conformo con estrellas, quiero el universo entero. No tendría una segunda cita, es de lo peorcito», sentenciaba la soltera.
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