Pan y circo a escote
José Pablo López ha dado con la fórmula: pico y pala desde el amanecer para crear una realidad a medida
Año uno de José Pablo López al frente de RTVE: de levantar las audiencias a la división interna entre los trabajadores
José Pablo López, tras la retirada de RTVE de Eurovisión: «No es un concurso de canciones sino un festival dominado por intereses geopolíticos»
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl arte de la propaganda es antiguo oficio, no se acaba de inventar la pólvora. El salto cualitativo, la sofisticación del fin último desde aquel pan y circo romano, es que ya no consiste en entretener al ciudadano haciéndole mirar el dedo que señala ... la luna, sino que ahora se trata de inventar otra luna: no se distrae de la realidad, se crea otra realidad. También es sabido históricamente que son golosos los medios para, con un poco de azúcar, obligar a deglutir con entusiasmo la amarga píldora de la ideología. Es algo que bien sabían Hans Fritzsche y Max Amann, que nadie tuvo que explicar, más bien al contrario, a Galeazzo Ciano o Alessandro Pavolini, que perfeccionó Gramsci.
José Pablo López, flamante presidente de RTVE, ha resultado ser alumno aventajado y desinhibido, digno lodo de aquellos polvos. Si hasta ahora la televisión pública en nuestro país no había destacado precisamente por la neutralidad debida bajo ninguno de sus mandatos pero, al menos, fingía cierta contención pudorosa y algo de respeto a la pluralidad y el rigor, bajo el de López se rompe la baraja y se exhiben sobre la mesa, desacomplejadamente, los ases antes escondidos en la manga.
-
RTVE se retira de Eurovisión tras confirmarse la presencia de Israel
Clara Molla Pagán
Los conejos de las chisteras corretean descarados por los pasillos y los pañuelos de colores cuelgan, lánguidos, fuera de la varita hueca. El proselitismo ya no se disfraza, ciao disimulo, y se arranca orgulloso la máscara. Avergonzaría, por insolente, a aquel Alfonso Guerra al que, cuentan las leyendas, preguntaron por los pasillos monclovitas qué era aquello de una Televisión Española, que de quién era, y contestaba desprejuiciado: «¿Pues de quién va a ser? Del Gobierno». Recoge López el guante y envida, convirtiendo el ente público en impúdico artefacto propagandístico al servicio de la causa sanchista. De levantar Fritzsche la cabeza, que apuntaba a la propaganda como el arte de despertar en los demás los pensamientos y sentimientos que nunca aflorarían a la superficie sin ese impulso, lloraría de orgullosa emoción ante tamaña obra. Y funciona, vaya si funciona.
Se disparan las audiencias conforme se acentúa el manifiesto sesgo, cuanto más se aleja la programación de aquello que, se supone, debería ser (rigor, pluralidad, neutralidad). Ha dado con la fórmula: pico y pala desde el amanecer para crear una realidad a medida, una para que nos quedemos a su lado y el mundo nos parezca más amable, más humano, menos raro: un mundo feliz. Como ese en el que escribía Aldous Huxley que el mayor de los triunfos conseguido por la propaganda no se lograba haciendo algo, sino absteniéndose de hacerlo. Ignorando, invisibilizando, obviando. Lo que no se ve, no existe (por eso es imprescindible el fotógrafo en una boda y el taquígrafo en un debate). La RTVE de López, el mundo feliz de Sánchez, es su máquina perfecta de crear nuevas realidades, por acción y por omisión. Una fábrica de relatos que, no nos engañemos, da a su público lo que necesita y reclama: sofisticado pan y circo. Pero pagando a escote.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete