Un soltero no se corta al opinar sobre la inmigración y su cita lo tacha de racista: «Es rancio»
Con Manuel se cumplió la superstición de que el martes 13 es día de mala suerte. Conoció a África, una mujer que le encantó, pero metió la pata hasta el fondo con sus comentarios
El martes 13 es una fecha ligada a la mala suerte. Superstición o no, lo cierto es que Manuel (68) no solo fue rechazado en 'First Dates', sino que además causó una mala impresión en su cita. Un sonado fracaso para una persona ... a la que le gusta gustar.
Manuel es sevillano y ha trabajado toda su vida de comercial. Como dicen en Andalucía, no le falta un perejil; en su fondo de armario contabiliza más de 300 corbatas y camisas. Por consiguiente, su mujer ideal debía ser coqueta, educada y culta. Así la describió a su llegada al restaurante del amor de Cuatro.
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África (61), su pareja de la noche, superó todas las expectativas de Manuel. Profesora de música y de artes escénicas jubilada, esta mujer «tremendamente coqueta» nació en Paris, aunque actualmente reside en Hervás (Extremadura). A Manuel le causó una buenísima primera impresión. Tanta, que hasta se puso nervioso, impactado con el glamour parisino que desprendía. Ella, en cambio, solo pudo fijarse en la corbata y el pañuelo que él lucía… Y no precisamente porque le gustara.
Manuel y África compartían curiosidad por varias ramas del arte, así como el cuidado de su estética. Sin embargo, no coincidieron ni en gustos, ni en mentalidad.
La gran incomodidad de África con Manuel
Pese a que África lo consideraba demasiado mayor para que la atrajera, lograron charlar animadamente de aficiones y gustos comunes. El problema es que a Manuel se le ocurrió sacar un tema extremadamente polémico para una primera cita: la inmigración. «Viene gente que tiene otra cultura y quiere imponerla. Entonces, se forma el follón, porque aquí no hay nacimientos y ellos tienen 6 o 7 hijos. Llegará un momento en que tendrán plenos derechos de votación, ya hay sitios donde el jamón no se puede mostrar porque se ofenden», declaró el soltero, consciente de que podía ser tachado «de fascista o xenófobo por el primer progre que te coja por banda».
Manuel quedó prendado de África, pero ella no encontró ninguna afinidad entre los dos
Cuatro
África se sintió incómoda con las opiniones de su cita, censurando que no era un tema para un primer contacto. Encima no coincidía para nada con ellas. «Yo no puedo estar con una persona racista. Para mí lo más importante de todo es la tolerancia», explicó.
Si le quedaba un resquicio de duda de que la mentalidad de Manuel era incompatible con la suya, terminó de aclararse a la hora de pagar la cuenta. África quiso invitarlo a la cena, pero él no se dejó. «Es rancio», sentenció.
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