First Dates
Una soltera deja planchado a su pretendiente con un sonoro zasca en la decisión final: «Amigos ya tengo»
El restaurante de citas de Cuatro no acertó al presentar a Lupe y Juan Luis, dos solteros que no tenían casi nada en común
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María Robert
Juan Luis (62) se plantó en el restaurante de 'First Dates' haciendo gala de un carácter dicharachero, bromista y galante. En su presentación, el madrileño aseguró que en otro tiempo fue un ligón, pero que ahora en su madurez ya no es lo ... que era. Es más, llegó a confesarle a Carlos Sobera que considera que siente que sus 32 años de matrimonio han sido tirar parte de su vida a la basura.
Pero ahora, recuperado de la separación, el soltero aspira a encontrar a su auténtica media naranja, una mujer normal con ilusión por vivir y acompañarlo en las cosas del día a día que a él le gustan, como bailar y caminar.
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También desde Madrid llegaba Guadalupe (60), su cita, una mujer que se describió como un torbellino. «Soy una persona que necesita movimiento, necesito vida». Además, presumía de ser auténtica y transparente, alegando que «me ves de lejos venir, jamás te voy a apuñalar por la espalda». Dicho y hecho. La mujer dejó bien clarito que su cita no le había gustado.
«Tiene buen pelo, eso hay que reconocérselo, pero su semblante... no», declaraba ante las cámaras. Cara a cara tampoco tuvo reparos en decirle a Juan Luis que aparenta más edad de la que tiene, «las cosas como son».
Una cita a ciegas y dos polos opuestos
Y si el encuentro empezó con pocas perspectivas de prosperar, a medida que iban hablando de distintos temas de conversación las diferencias entre Lupe y Juan Luis crecían y crecían más.
En un momento dado, la soltera se escapaba al baño para cotillear con su hija por teléfono cómo estaba yendo la velada. «El señor es muy educado, muy buena persona, pero no me gusta», reiteraba.
La decisión de Lupe, por tanto, estaba clara cuando llegó el final de la cita. Solo quedaba saber si Juan Luis quería o no seguir conociéndola. «Como amiga, compañera, conocida, me encantaría porque me ha parecido buena persona. Ahora, si te refieres a un tema amoroso o sentimental, no nos ha dado tiempo a tener ese 'feeling'», explicaba él intentando ser diplomático. Pero la mujer, si bien le dio la razón en parte, tuvo que pronunciar la última palabra y zanjar el encuentro con un zasca que dejó un tanto descolocado a su pretendiente.
«Yo, sinceramente, amigos tengo, no he venido a buscar una relación de amistad. Aquí he venido buscando el amor. Entonces, pues mira, sinceramente, no tendría una segunda cita con Juan Luis y tampoco una amistad. Amigos ya tengo, honestamente».
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