La reflexión de Iker Jiménez sobre el temor a la censura: «Preferís no hablar porque va a haber problemas»

Ahora, a colación del «'catacrack' de Suecia» y el descontrol de la población multicultural en los últimos años, el conductor de 'Cuarto Milenio' ha vuelto a sincerarse sobre esta complicada situación.

Tal y como ha recordado Iker Jiménez, en los últimos meses la censura social está llegando a niveles no vistos hasta el momento y está afectando a todos aquellos que expresan su opinión. «El problema no es de la gente que, lícitamente, puede estar en desacuerdo con algo. El problema es el temor y acongoje de empresas, instituciones y personas que tienen mucho miedo a la corriente en redes», aseguraba el periodista en un vídeo publicado en sus redes sociales.

Aunque siempre se ha mantenido al margen de estas críticas, es consciente de que lo este tipo de comentarios detrás de la pantalla pueden llegar a ocasionar en otras personas: «De mí pueden decir lo que quieran o que pidan mi cancelación, a mí me da igual, pero ¿entonces por qué otras personas tienen tanto miedo a ese arrebato de las redes? Porque eso es la Inquisición que lo está controlando casi todo», llegaba.

Iker Jiménez ha recordado que tener miedo a significarse puede traer consecuencias negativas: «Preferís no hablar porque da problemas, pero eso hace que no se vayan y que se perpetúen», ha dicho, reconociendo que detrás de las redes solo hay «bots programados». «¿Por qué les da miedo? Para mí tienen todo el derecho a estar de acuerdo o no, pero de ahí a que se aplauda la censura o los borrados...», ha continuado reprochando.

El periodista ha hablado también de su propia experiencia, recordando que lleva viviendo esta situación durante mucho tiempo: «Aquí sigo, me da exactamente lo mismo. La gente valora a los valientes que no se cortan y cuentan lo que tienen que contar. Da igual la ideología, a mí me han dado bastante de ambas partes», ha insistido.

«Cuando casi todo el mundo no quiera problemas, los que digamos cosas porque lo pensamos, aunque vaya a contracorriente, seremos como fósiles. Los fósiles pueden acabar en el fondo del mar o en un museo, pero son respetados porque significan algo», ha recordado en este vídeo. Así, ha concluido señalando que lo verdaderamente «imperdonable» sería que la gente tuviera que hacer preguntas como «'¿por qué no hiciste nada ante lo que pasaba?', '¿por qué miraste para otro lado?' o '¿por qué preferiste callar y que no te tocaran el sueldo?'».