Quién es Jean Paul Gaultier: la muerte de su novio por VIH y cuando le pidió matrimonio a Madonna

Durante sus más de 50 años de experiencia como diseñador, el galo consiguió reinventar prendas clásicas para convertirlas en atuendos nada convencionales, además de representar el empoderamiento de las mujeres con un estilo irreverente y atópico: «Mi objetivo ha sido mostrar a las mujeres como seres poderosos», aseguraba hace unos años en una entrevista el hombre que se atrevió a dar máxima expresión de las formas femeninas.

Con motivo del estreno de este nuevo show, acude por primera vez a 'El Hormiguero', el programa de Pablo Motos, donde repasará su trayectoria sobre las pasarelas y también su lado más desconocido. Sin embargo, aunque el nombre de Jean Paul Gautier no es nada desconocido, poco se conoce en realidad sobre su vida personal.

Jean Paul Gautier nació en 1952 en Arcueil (Francia) y, aunque su vida acabaría enfocada en el mundo de la moda, lo cierto es que su primera pasión fue el cine. Fue durante la proyección de la película 'Falbalas' (1945), de Jacques Becker, cuando el diseñador francés se enamoró por primera vez del oficio de la confección, que acabó siendo uno de los grandes amores de su vida.

En 1970, cuando tenía tan solo dieciocho años, Jean Paul Gaultier decidió envió varios bocetos a varios diseñadores franceses y, aunque no tenía ningún tipo de formación profesional, consiguió impresionar a uno de ellos, Pierre Cardin. El italiano, fallecido en 2020, fue el principal impulsor de la carrera del modista: lo contrató como asistente y le enseñó todo lo que necesitaba saber para moverse como pez en el agua en el mundo profesional en la moda.

No tardaría en dar el salto a las pasarelas: en 1976, debutó con su primer desfile, donde comenzó a desarrollar el estilo único e innovador de los diseños que le acabaron convirtiendo en una estrella. Este éxito inicial se fue prolongando en el tiempo, hasta que finalmente pudo lanzar su propia casa de moda en 1983, lo que le permitió lanzar al mercado sus diseños más extravagantes.

Entre sus grandes diseños, es imposible olvidarse de la redefinición del 'corsé', al que consiguió desprender del concepto de opresión que había adquirido en épocas anteriores. Además, la moda femenina no fue la única que Gaultier consiguió revolucionar: el galo logró introducir el concepto de falda entre los hombres, introdujo modelos con todo tipo de cuerpos en sus desfiles y fue uno de los grandes defensores de la diversidad racial en el mundo del modelaje ─Naomi Campbell fue una de sus grandes musas─.

Casi 50 años después de estrenarse en este sector, el modista ha conseguido crear a sus espaldas un auténtico imperio textil gracias a su propia marca personal. Según la revista People With Money, Gaultier es el diseñador de moda mejor pagado del mundo gracias a los ingresos de 58 millones de dólares que ha facturado en el último año 2023.

A este éxito en el sector stextil se suma también la rentabilidad de sus perfumes, que se encuentran desde hace años entre los más vendidos a nivel internacional. En 2016, la firma catalana Puig se hizo con ellos, ganando hasta 228 millones de euros en 2017 gracias a las ventas de fragancias como Le Male, Le Beau, Gaultier Divine o Scandal.

Aunque su trayectoria profesional le ha permitido despuntar sin parangón, lo cierto es que la vida privada de Jean Paul Gaultier ha sido algo menos fácil. El diseñador, abiertamente homosexual, se dio cuenta de su orientación durante su adolescencia, en 1968, tras enamorarse de Leonard Whiting en el Romeo y Julieta de Franco Zefffirelli. Sin embargo, esto no sorprendió a sus padres, que aceptaron la noticia sin problema cuando el francés decidió salir del armario con 20 años.

Apenas un par de años después, Gaultier, ya iniciado en el mundo de la costura, conocería a uno de los grandes amores de su vida, Francis Menuge. Ambos se convirtieron en pareja profesional, consiguiendo recaudar el dinero suficiente para dar los primeros pasos en las pasarelas, y también en la vida: «Fue Francis quien en verdad me empujo al principio de mi carrera, porque yo soy una persona más abstracta que ambiciosa. Él vio mi talento y sintió mi pasión y siempre me motivaba…», expresó el diseñador sobre el que fuera su novio.

Su historia de amor acabaría de manera trágica en 1987, cuando, tras 15 años de relación, Menuge falleció a causa del SIDA, dejando a Gaultier completamente destrozado. Casi 40 años después de su muerte, su fallecimiento sigue afectando al modista, que aún a día de hoy habla de él con ojos llorosos y asegura que fue el amor de su vida.

El otro gran amor de Jean Paul Gaultier han sido, sin duda, las mujeres. El diseñador decidió revolucionar la moda femenina con sus ideas, convirtiendo a algunas de las figuras más reconocidas del momento en auténticas musas para sus diseños. Kylie Minogue, Naomi Campbell, Catherine Deneuve, Beth Ditto, Rossy de Palma o Mylène Farmer son solo algunas de las mujeres que pasaron por las manos del maestro, aunque entre todas ellas hay una que destaca.

Si por una creación es recordado el galo, esa es el icónico corsé con copas en forma de cono que este diseñó expresamente para Madonna. La cantante acudió al diseñador para diseñar sus prendas para la gira de la artista en 1990, Blond Ambition Tour, después de que ambos se hicieran amigos en 1989. «Cuando Madonna me llamó en 1989… pensé que mi asistenta me estaba gastando una broma. Me pidió si podía hacer el vestuario del tour. Sabía lo que quería – un traje de raya diplomática, el corsé femenino. A ella le gustaban mis diseños porque combinaba lo masculino y lo femenino», recordaba el diseñador.

La diva del pop levantaba pasiones en aquella época, incluso en un hombre homosexual como Gaultier, que aseguraba sentir verdadero amor por la cantante: «Yo estaba literalmente enamorado de Madonna. Le pedí tres veces que se casara conmigo. Rehusó, por supuesto», explicaba hace unos años el modista. Ambos mantienen una gran amistad a día de hoy y el empresario sigue vistiéndola en grandes ocasiones.

«La primera vez que la vi fue en 1984, en un programa de televisión. Tenía tanto estilo que pensé que era británica. Es norteamericana, por supuesto, pero es realmente internacional. Tuve mucha suerte de conocerla al principio de su carrera, porque siempre adoré su estilo. Sentía una ósmosis perfecta entre los dos. Le gustaba controlar su propia imagen, algo que no les pasa a todas las estrellas femeninas del pop», revelaba el francés, al que siempre le gustó el estilo provocativo.