Un jubilado español que vive en Tailandia, orgulloso de la vida que tiene desde que está en este país: «Pago 100 euros por un adosado»

Este es el caso de Rafa Ruiz, un jubilado de Mallorca que el 16 de mayo puso rumbo a Tailandia. Y es que con su pensión, de 1.250 euros al mes, le era prácticamente imposible residir cómodamente en la isla. «Con ese dinero tenía que pagar un alquiler mínimo de 1.000 euros, luz, transporte, comida, farmacia. Todo carísimo y por las nubes», cuenta en el programa de Antena 3 'Y ahora Sonsoles'.

El hombre asegura que en el país asiático ha encontrado una «nueva vida». «Aquí soy feliz», sostiene. En la entrevista explica todos los lujos que tiene allí y cuáles son las diferencias con España.

Rafa Ruiz indica que hace un año conoció a Thip, la que hoy es su mujer. «Estuvimos hablando y me dijo que en Tailandia estaría de maravilla», comenta. Por ello, tras jubilarse el 10 de mayo y ver la pensión que le correspondía, de 1.250 euros, tomó la decisión de mudarse a este país.

Sin embargo, el español no se arrepiente y se muestra orgulloso de cómo es su vida allí. «Aquí voy todos los días a restaurantes. Sale más barato que comer en casa, por unos cinco o seis euros por persona. Tengo cerca una playa que es dos veces como La Concha de San Sebastián para mí solo. No hay nadie», afirma.

Lo más sorprendente es cuánto le cuesta la vivienda, un bien que en nuestro territorio se ha convertido en un inalcanzable para muchos. «Pago 100 euros por un adosado. Arriba están las habitaciones, el baño y la terraza. Abajo está el comedor, la cocina...», detalla. Asimismo, Rafa indica que el alquiler de algunas casas más pequeñas está por 83 euros.

Respecto a la sanidad, el jubilado aclara cómo es la situación. «Es buenísima, pero tienes que venir con un seguro médico hecho en España. El mío cuesta 670 euros al año, que son alrededor de 50 euros al mes. Aquí son un poco caros». Igualmente, considera que las clínicas privadas «son un lujo».

A pesar de todos estos beneficios, Rafa se ha tenido que alejar de sus seres queridos. No obstante, cuenta con el apoyo de todos. «He dejado a mis dos hijos y a mis cinco nietos. Lo hablé con ellos de antes de venir y me dijeron: 'Papá, donde tú seas feliz'», concluye.