Quién es Javier Fernández: un triángulo amoroso, su famoso 'primo' y su negocio tras retirarse del patinaje

Aunque el resto de concursantes ya llevan una semana dentro de la casa, lo cierto es que un motivo de fuerza mayor ha obligado a retrasar su entrada. Y es que, según ha revelado la cuenta @hieloespañol, especializada en patinaje, el deportista se encontraba estos días «en Montreal para ejercer de entrenador en el Autumn Classic». Una vez terminado este compromiso laboral, el deportista está preparado para unirse al reto de 'Gran Hermano'.

Se trata de una experiencia nueva para Javier Fernández, que sabe muy bien lo que es hacerle frente a los retos. Así lo amparan los más de 10 años que pasó en la élite deportiva del patinaje artístico masculino, donde consiguió proclamarse dos veces campeón del mundo ─en 2014 y 2016─ y siete veces campeón de Europa ─entre 2013 y 2019─, obteniendo también una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang.

El éxito de Javier Fernández tiene un nombre detrás de él, sin el que no sería posible entender el ascenso del patinador español. Y es que, con apenas 17 años, fue descubierto por el entrenador y coreógrafo ruso Nikolai Morozov, que intuyó su potencial durante un campamento de verano en Andorra: «Él impartía clases en dos semanas intensivas y, cuando terminamos, me ofreció irme a Estados Unidos para entrenar con él y con su equipo. Le dije que sí y, después de contárselo a mis padres, me fui a la semana siguiente», explicaba en una entrevista con Risto Mejide.

Así, en 2008 el deportista cambió sus entrenamientos en La Nevera de Majadahonda y su vida en el barrio madrileño de Cuatro Vientos por una vida dedicada exclusivamente al deporte y la exigencia que ello requiere. Fernández se mudó a Nueva Jersey sin apenas saber inglés para ponerse a las órdenes de Morozov, que no hablaba español: «Imagínate las clases... Por señas los primeros meses», confesaba el propio Javier, que acabó mudándose un año y medio después para continuar con su carrera. «Nikolai decidió que nos fuéramos todos los patinadores con él a Rusia. Allí estuve casi un año, en residencias y hoteles. Hubo momentos horrorosos», llegó a asegurar.

Lo que no se esperaba el madrileño es que de esa lucha por mantenerse en la élite del patinaje encontrara el amor, y menos aún uno casi prohibido. En 2008 fue también cuando Fernández y la patinadora japonesa Miki Ando cruzarían sus caminos por primera vez en una pista de hielo. La bicampeona del mundo era, por entonces, la pareja sentimental de Nikolai Morózov, aunque ambos siempre sostuvieron que su noviazgo no comenzó hasta 2011.

El inicio del romance entre Fernández y Ando significó también el final de la relación profesional y deportiva con Morozov tras tres años intensos de aprendizaje: «La relación con mi entrenador se rompió porque hubo una persona entre medias nuestra, que decidió dejar de estar con él para estar conmigo... Por una chica», revelaba el patinador español en una entrevista.

La pareja de deportistas mantuvo una relación con muchos altibajos hasta que un embarazo sorpresa de por medio les hizo reconectar. A finales de 2012, la patinadora japonesa descubría que estaba embarazada de cinco meses, aunque nunca llegó a revelar la identidad del padre de su hija. En 2014, los dos se reencontraban y volvían a retomar una relación que, con el paso del tiempo, terminó disolviéndose, aunque todavía mantienen buena relación.

Otra cosa que muchos no saben es que Javier Fernández ha pasado gran parte de sus veranos desde pequeño en Navalacruz, una pequeña pedanía de Ávila, donde se encuentra la casa de sus abuelos Francisco y Carmen. En este mismo pueblo también se crió Iker Casillas, que hace varios años se construyó una casa allí y que también ha pagado para mantener el pueblo en buenas condiciones en los últimos años.

Casillas y Fernández son lo que se conoce como choznos, es decir, primos lejanos de quinta generación. De hecho, los dos deportistas comparten la misma tatatarabuelay el apellido Fernández.

En el año 2019, con apenas 27 años, Javier Fernández anunciaba su retirada definitiva tras el Campeonato Europeo de Patinaje Artístico sobre Hielo de enero de 2019. Detrás de esta decisión se encontraban unos motivos muy claros pero difíciles de aceptar: su cuerpo y su mente «ya no llegaban» y ya no era capaz de competir al nivel que quería hacerlo.

Un cambio drástico que, sin embargo, no le ha alejado de las pistas de hielo en las que una vez deslumbró. Y es que, con la intención de mantener el equilibrio en su vida, el deportista no se ha alejado del patinaje artístico: sigue asociado con el deporte que le encumbró.

Desde entonces, Javier se ha vinculado con formación y entrenamiento de categorías infantiles y juveniles de patinaje. Además, realiza espectáculos sobre hielo bajo el paraguas de 'Revolution on Ice', un show con música y patinaje en directo que no solo promociona, sino que también protagoniza.