'No lo verás en televisión
Timothée Chalamet a Eurovisión
El actor hizo historia en el 'Saturday Night Live' al cantar por Bob Dylan mientras aquí mandábamos a Melody a Eurovisión

«Qué bien que después de 50 años sigan haciendo cosas raras», dijo Timothée Chalamet al presentar el monólogo del último 'Saturday Night Live'. Y media hora después, «live from New York», se puso a cantar por Bob Dylan. Era el ... primer sábado en 50 años que un anfitrión actor firmaba también la actuación musical del programa. Si hacer algo original en televisión –o en cualquier ámbito de la vida– es complicado, hacerlo semanalmente durante cinco décadas solo es posible si lo que se hace es para la eternidad. Por eso, cada sábado, a sus ochenta años, Lorne Michaels se pone su americana corta y se va a pasar frío a los pasillos del estudio 8Hde la NBC, en el 30 Rockefeller Plaza. Lleva haciendo ese trabajo desde que tenía 30 años y no se cansa, pese a que todas sus semanas tienen algo de rutinario dentro de la imprevisibilidad de un show donde los anfitriones –que pueden ser de ElonMusk a Alec Baldwin, de Donald Trump a Taylor Swift– no saben qué van a hacer cuando comienzan a leer el guion.
Este curso 'SNL' cumple 50 años siendo baluarte de todo a lo que un director de cadena aspira: riesgo sin peligro, sorpresas esperadas y certeza de que, pase lo que pase, al menos un momento brillante surgirá. La revista 'New Yorker' le ha dedicado un extensísimo perfil en el que Lorne compara su programa con una chocolatina Snickers: «El público espera una cierta cantidad de cacahuetes, una cierta cantidad de caramelo y una cierta cantidad de chocolate». «Hay un nivel de confort», sentencia.
Con 'SNL' ocurre como con los Mundiales de Fútbol o con Eurovisión: el año bueno siempre fue uno anterior. Y de ahí hasta donde la memoria llegue, que suele coincidir con una edad más joven, más inocente, mejor. La prensa americana hace una crítica de cada capítulo del 'SNL' con un aire de nostalgia, algo que en el 'New Yorker', siempre sagaces, resumen en que la mejor temporada coincide para cada espectador con sus años de universidad.
Aquí, sin un ecosistema de estrellas al que invitar cada sábado, nos conformamos con la cita anual de Benidorm: los que renegaban de Nebulossa hoy la prefieren ante el 'show' de Melody; los que criticaban a Chanel ya ni recuerdan qué eran las Tanxugueiras... Con este panorama, a ver quién llega a los 80 con las ganas de Lorne.
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