Dani Martínez salta a Cuatro con 'Martínez y Hermanos': «Nunca imitaría a Julio Iglesias»

«Todos queremos terminar con un programa así, es como el culmen de una carrera, conseguir hacer este formato y encima en abierto en Cuatro, que es la cadena donde todo explotó», reconoce el humorista a ABC. El presentador se estrena con tres invitados estrella: La actriz Blanca Suárez, el cómico Joaquín Reyes y la presentadora Lorena Castell. La clave del programa es esta combinación de invitados variopintos que no es nada fácil de cuadrar. «Es un quebradero de cabeza. En nuestro grupo de Whatsapp discutimos quiénes encajan y quiénes no porque no es fácil». Una de las técnicas que utilizan es que sean de tres ámbitos diferentes. Y así podemos ver a Javier Cámara, Aura Garrido y Jordi Roca juntos en un plató.

A Dani Martínez no hay nada que se le resista: hace humor, imita y presenta. «Imito desde niño, pero me cambió la voz y perdí el registro de mujeres, que era lo que más hacía como Ana Torroja, Carmen Sevilla y Lola Flores», cuenta entre risas. Su forma de hacer reír a la gente le libró de alguna buena bronca en el colegio, que siempre era perdonada por el profesor de turno al no poder resistirse frente a ese niño con talento para hacer reír. Sin embargo, reconoce que hay muchos personajes que se le resisten. «Los que no imito es porque se me han resistido, pero mis mejores imitaciones son personajes no conocidos. Aquí en Mediaset se me da muy bien imitar a los jefes».

Por su plató han pasado muchos rostros, desde David Bisbal hasta Pau Gasol. «Tengo un objetivo que seguro que acabamos sentándolo con nosotros y que me encanta. Es Carlos Franganillo. Le hemos visto en las noticias con un semblante serio pero me apetece ver cómo se suelta la corbata», asegura. En el formato seguiremos viendo secciones fijas como 'Rompiendo el hielo' y 'La teoría de Instagram' que convivirán con elementos icónicos del formato como el 'Botón verbenero' y 'El Megatrón'. Y aunque a Julio Iglesias también lo invitaría, reconoce que no puede imitarlo. «Invitarle al programa obvio, imitarle nunca. Hay que respetar a Dios. Aunque cuando lo pienso creo que es mejor que no venga porque me daría vergüenza. Cuando tienes a algún ídolo delante no puedes ser tú».

Dar el salto a la televisión en abierto es un riesgo que está dispuesto a asumir. «Es la única cosita que está ahí. Lo bueno es que no hemos notado la presión de la cadena ni nos hemos obsesionado. Queremos hacer un programa que quede guay y que mantenga su espíritu, pero tenemos que hacer el dato y eso lo sabemos todos», reconoce. Aún así sabe que si el programa no da con los resultados esperados no es el fin del mundo. «Si no hacemos buen dato, pues pasará lo que suele pasar, pero al final creo que hemos hecho un producto que está muy bien. Dure lo que dure, ya ha sido un disfrute total llegar con el programa hasta donde ha llegado».