El cruel rechazo de una soltera a su cita, un hombre que ha pasado por 37 quimios: «Se tiene que quitar unos kilitos»

Y es que la brasileña puso el listón un poco alto: pretendía que su cita fuese una mezcla entre Matías y Carlos Sobera.

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María Robert

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Diego, la cita de Claudia, era un alicantino con una historia de superación personal brutal. «Después de 37 quimios y 55 kilos menos, aquí estoy, echándole alegría a la vida, que es lo que tengo», reveló al contar su lucha contra un cáncer de colon. Al soltero, entusiasmado con la impresión que ella le causó a primera vista, le encantó la personalidad de su cita.

Claudia, en cambio, se encargó de dejar claro que algo en Diego no le había encajado. Le pareció «un hombre guapo, pero el cuerpo no le acompaña».

Ese pensamiento de la comensal no dudaba en compartirlo con el implicado en un momento dado de la cena. Cuando él le narró su duras vivencias y mencionó el pesó que había perdido, Claudia agregó con poco tacto que «más que tienes que quitar, porque te vas a encontrar espléndido; te tienes que cuidar». «Se tiene que quitar unos kilitos. Yo busco un hombre que se quiera más y esto no lo he visto en él. Tiene un buen fondo, es una persona amable, pero tiene que cuidarse más», insistía ella ante las cámaras.

Aunque un tanto sorprendido por el comentario, Diego no se lo tomó a mal. La tensión entre ellos se generó durante la decisión final con la excusa que se le ocurrió a Claudia para darle calabazas. De hecho, admitió que quería adelgazar otros 10 kilos. «Eres encantador, eres majísimo, supernoble y sencillo. Un hombre de caché. Como amigos sí, como pareja ahora mismo no. No te he visto esta conexión conmigo de quererte mucho. Tienes que empezar a cuidarte un poco más, lo que tú me has dicho de bajar 10 kilos. Tienes que bajar, tienes que bajar más».

«He bajado 55 kilos. Es el físico lo que le ha tirado para atrás, el cuerpo no le gusta, lógico. Ahí está la razón, lo veo muy bien, pero no cuadra una cosa con la otra; quieres buscar un interior y un corazón, pero te fijas en el físico», se rebelaba Diego, atónito.

Pero ella insistía con su argumento. «Tienes una cara guapa, pero tienes que bajar 10 kilos. Quiero que me prometas que te vas a cuidar más. Yo estoy buscando un hombre que se cuide, que tenga un poco de todo. No quiero un hombre perfecto, pero sí que se cuide y que se quiera». «Yo he pasado un cáncer. Se lo que he hecho y eso no me lo va a quitar nadie. Se hasta dónde puedo llegar, dónde están mis límites», zanjaba él antes de marcharse cada uno por su lado.