Palenzuela ha sido claro: «Puede ser algo irrelevante, como sucede en la mayoría de los casos, que no tienen consecuencias, o bien que sea más grave». En este caso, considera que «la maniobra ha sido inmejorable, y estaban cerca del aeropuerto, por lo que ha habido suerte en este episodio, sí». Este profesional de la aviación refiere que no es un caso aislado, pues España «es una continua corriente de flujos de aves migratorias, que pasan por los humedales, por las líneas de costa, en las proximidades de los aeródromos, fuera de las grandes ciudades, y no solo halcones y buitres». El quid de la cuestión está en que estas no suelen volar a más de 5.000 pies de altitud. «Es decir, no se corre el riesgo de llegar a los 10.000, 15.000 o 20.000 metros de altitud, que ya haría que todo fuera fatal».
A raíz de este incidente se ha dado a conocer que instalaciones como Barajas cuentan con unidades de cetrería. «Sí, en Barajas hay un halconero que está para cuando vemos rapaces de algún tipo sueltas en las proximidades del aeropuerto. Lo que pasa es que este consigue ahuyentarlas de las inmediaciones de la zona de vuelo, pero eso no quita que se puedan encontrar en otros contextos y sitios, como ha ocurrido aquí», ha referido José María Palenzuela.
Respecto al gran daño que muestra el avión de Iberia, que ha dejado a todos los implicados sorprendidos por la dimensión de la rotura, el comandante consultado por el programa ha especificado que «se cree que es un halcón por las dimensiones, ya que estos alcanzan casi tres metros. Habría rebotado y se ha ido al motor izquierdo. Ya con un motor fallando y en la cúpula del avión donde iba el radar, pues era importante regresar, pues estaba muy expuesto», ha sentenciado.
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