Carmen Lomana estrena la nueva temporada de 'Plano General' en TVE

Si hay una frase que la celebridad ha condenado durante toda su vida es «yo paso de todo». Siempre comprometida con el tiempo que le ha tocado vivir, asegura que «la prioridad en España son la sanidad y la educación, aunque la cultura de los niños ha sido muy deficiente últimamente». No es una mujer que acostumbre a guardarse nada y ha aprovechado para definirse como «libre e independiente», al contrario que «las niñatas del feminismo de hoy».

La empresaria leonesa señala durante el encuentro que le molesta más que le llamen «facha que pija» y que quienes lo hacen «no saben lo que es el fascismo». «Adoro mi país y me duele que lo desprecien», señala Lomana, quien afirma que «ser feliz es cuestión de voluntad». Como coleccionista de moda explica que «en el bolso de una mujer nunca deben faltar una tarjeta de crédito ni una barra de labios», así como «las medias son para seducir y los 'pantys' que sean los más cómodos».

Dice que no le gusta que las mujeres «vayan con el pecho enorme en bandeja, hay que ir sexy, pero tener pudor». No ha evitado hablar de ningún tema, como la gestación subrogada, el aborto, el amor, el sexo o su polémica con Ágatha Ruiz de la Prada, a la que desde hace tiempo no considera una amiga.

Confiesa que su gran pecado es «ser muy caprichosa» y que su amor platónico es el escritor Arturo Pérez Reverte. La empresaria y colaboradora de televisión revela que su pareja actual «es un hombre conocido en el mundo intelectual» si bien aclara que no se trata del escritor Juan Manuel de Prada, quien participa en el programa.

Carmen Lomana se somete a todas las secciones del programa: La semblanza, dedicaba al aspecto biográfico de los invitados, con el escritor e intelectual Juan Manuel de Prada; Sala de Prensa, en la que los personajes hablan de asuntos de actualidad; En un rincón del alma, relativa al aspecto humano del entrevistado); Primer Plano, en la que el personaje se somete a un test de actualidad, reflejos e ingenio; y El Muro, en la que deja una frase firmada de su puño y letra como filosofía de su propia personalidad.