La surrealista competición de rarezas entre una pareja de ‘First Dates’:«Tengo pinta de cura»

Ni con hombres ni con mujeres; a esta estudiante madrileña ser bisexual no le ha dado oportunidades extras para encontrar el amor. «Elijo fatal, sobre todo me gustan raritos. De los que dices ‘es gracioso, pero algo le pasa». Sin poder evitarlo, ha tropezado una y otra vez con la misma piedra. «Soy bastante masoquista. No es que me guste pasarlo mal, aunque creo que inconscientemente, lo soy. En un grado muy alto, de hecho», ha admitido.

Por eso mismo ha acudido al programa de citas de Cuatro buscando un patrón de chico rarito. Aunque no tanto como para que se tuerza la relación otra vez. Según Borja (23), su cita, con él han dado en el clavo. «No entro dentro de los roles establecidos por la sociedad, ha asegurado». A Noelia , sin embargo, no le ha parecido «lo suficientemente rarito».

Para la madrileña y el gallego ser raro es el atributo más atractivo que pueden encontrar en otra persona. De manera que, después de ponerse al día sobre sus vidas, aficiones, e intereses amorosos, la pareja de comensales ha acabado sacando una conversación sobre sus particularidades.

«Tengo muchas cosas raras. De hecho, todo lo raro en mí, es normal. Por ejemplo, la gente me relaciona con el mundo del sacerdocio. Tengo pinta de cura. Un tiempo de mi vida me lo planteé, lo que pasa es que aparte de ateo hay otras cosas que tiran y son incompatibles», ha desvelado Borja. Noelia le ha dado la razón un tanto efusiva, aparte de contar la suya propia. «A mí me dicen que tengo cara de Laura ».

Igualmente, la soltera ha contado que siempre va de negro, incluso en verano. «Te pega, porque eres triste», ha soltado Borja , intentando arreglarlo enseguida. «Das mucha imagen de ‘sad girl’, pero no, eres muy alegre y simpática».

Sin embargo, a Noelia todavía le faltaba el último secreto por confesar. «Me falta un trozo de campanilla», ha relatado, campante. «No me lo hubiese esperado, desde luego», ha apuntado turbado el de Pontevedra.

A él las singularidades de su cita lo han conquistado como para querer seguir conociéndola. En cambio, a la madrileña las de Borja no la han impresionado. Así pues, al concluir la velada lo ha mandado a la ‘friendzone’.