Sesenta años de recuerdos televisivos para la era digital

En los sótanos de Prado del Rey (Madrid), la cadena pública almacena sesenta años de producción propia así como con otros tesoros documentales que ha ido adquiriendo con el paso de los años. Apuesta por que el ciudadano tenga un acceso abierto a su patrimonio, intentando así convertirse en ejemplo para organismos similares. Esta ingente biblioteca histórica consta, como no podía ser de otra forma, de archivos escritos, sonoros, fotográficos y audiovisuales, alcanzando más de diecisiete millones de documentos en su base de datos y cerca de 800.000 horas de imágenes propias disponibles para su consulta a través de internet.

La digitalización y el mantenimiento de un fondo documental de las dimensiones del de RTVE no es fácil. Para ello, la cadena cuenta con un equipo formado por 290 profesionales entre los que se encuentran documentalistas, auxiliares, administrativos y operadores de vídeo. «Todos ellos son necesarios para el proceso. Se encargan, entre otras tareas, de registrar nuevas grabaciones o dar de baja copias que ya se han digitalizado», explica De Prada.

Los encargados del archivo, al formar parte de una televisión pública, tienen que ser especialmente cuidadosos con los derechos de imagen . «Cuando una persona nos indica que no quiere aparecer en la televisión, marcamos el documento con un sello rojo de reservado», añade el documentalista. En el caso de los niños, es evidente, «las caras tienen que ir siempre pixeladas».

«El material del que disponemos en RTVE se analiza a diario para su catalogación e indexación en la base de datos», detalla a ABC Alberto de Prada. El trabajo, destaca, ha cambiado sustancialmente desde que, en septiembre de 2008, la cadena empezó el proceso de digitalización de sus archivos . « TVE cuenta con tres grandes librerías digitales, dos de ellas situadas en Madrid (Torrespaña y Prado del Rey) y otra en San Cugat, Barcelona. Además, existen quince archivos ubicados en los centros territoriales del país». Cuando los avances tecnológicos no eran tales, relata el responsable del organismo, «era necesario realizar una copia en soporte físico del archivo y después enviarla por avión al centro correspondiente. Algo que ya no es necesario gracias a los últimos avances », relata.

Aunque el archivo de RTVE todavía mantiene y utiliza antiguas cintas y soportes físicos en su día a día, « el 94 por ciento de los programas de televisión y radio de la cadena han sido ya digitalizados », indica de Prada. Un proceso que, en poco más de tres años, logró trasladar a la base digital del ente público más de 400.000 horas de material. «El proceso más costoso ha sido publicarlo, es decir, que esté accesible y listo para usarse en cualquier programa », añade.

Con su digitalización, el Fondo Documental de RTVE ha conquistado grandes logros : garantizar la conservación del fondo histórico y mejorar su accesibilidad y rentabilidad. «Es necesario cambiar los archivos a nuevos formatos constantemente. Además, cada vez hay más material y es necesario optimizar y abaratar los costes », aclara De Prada. Se trata, dice, de un proceso en constante evolución. De ahí que el ente pretenda ahora añadir herramientas como la «indexación automática», cuyo fin es reconocer las caras y las voces de quien aparece en cada imagen para su posterior clasificación. Este paso, que ya está en marcha, podría completarse el año próximo.

Alberto de Prada también destacó en su encuentro con ABC el valor que tiene esta biblioteca televisiva para los investigadores. «Queremos devolver a los ciudadanos esa fidelidad con la que nos han correspondido durante tantos años al considerarnos su televisión de siempre », afirma.

Con el fin de aprovechar su archivo, TVE no ha dudado en dar luz verde a programas basados en la nostalgia. Así, encontramos en la parrilla de la cadena espacios como « Imprescindibles » (2013), « Cachitos de hierro y cromo » (2011), « Cómo nos reímos » (2012), « Viaje al centro de la tele » (2013) u « Ochéntame » (2014). De no ser por la digitalización del archivo, «habría sido necesario el visionado de hasta 4.500 cintas de vídeo para seleccionar el material de la emisión, algo que hemos hecho sin movernos del ordenador», aclara De Prada.

Todos estos formatos « cien por cien fruto del archivo » son, destaca el directivo, la forma más certera de rentabilizar las imágenes antiguas que alberga el Fondo Documental de la cadena. Además, «estos proyectos gozan de gran audiencia y gustan mucho a los telespectadores», asegura. Al tratarse de la televisión «más antigua de España, acumula mucho material que otras cadenas no tienen ». Por este motivo, otros canales, tanto nacionales como internacionales, «recurren a este archivo para conseguirlo», concluye De Prada.