El reproche de Lara Dibildos tras la muerte de su madre Laura Valenzuela: «Basta»

«Bueno, es duro. Pero llega un momento en el que ya era el momento de descansar porque ha peleado... ¡Qué peleona! Tenía una fuerza... 92 años y una fuerza tremenda. Llega un momento en el que dices 'Ha tenido una calidad de vida estupenda' y ella nos conocía perfectamente, pese a que mucha gente pensaba que no. Nos conocía hasta el final; igual no a todo el mundo, pero sí a sus nietos, a mí... Ya era el momento de que, si no iba a tener una calidad de vida... era el momento», reconoció Lara Dibildos en 'Deluxe' (Telecinco). Jorge Javier Vázquez reconoció el pudor que, en anteriores visitas, le había dado preguntarle por su madre. Esta vez, la pregunta fue otra: si habían tenido conversaciones antes de la muerte de Laura Valenzuela .

«Son 92 años. Lógicamente tenía muchos años. Su alegría eran sus nietos. En cuanto yo me iba de viaje y volvía, tenía una alegría. Desayunábamos o comíamos juntas. Se acostaba muy pronto. Sí hemos tenido muchos momentos juntas», contestó ella. Dibildos se mudó, junto a sus hijos, a la casa de su madre tras el desconfinamiento para hacerla compañía tras varias caídas. El presentador de 'Sálvame' se interesó por la última conversación de la invitada con su madre. «Yo no callé. Quizás pensó 'qué pesada es mi hija'. La hablé. En ese momento no sabes... Te dicen que escuchan.... Yo no lo sé. Pero todo cosas bonitas», respondió. En ese momento, la intérprete se emocionó y pidió una caja de pañuelos.

Pero Lara Dibildos (51) tenía una espinita clavada que quiso compartir con todos los presentes en plató y con los espectadores. «Es inevitable luego plantearte '¿Y si hubiera hecho esto?', 'tendría que haber...', 'y en esta época, igual...', ¡da igual! No hay que pensar... Empiezas a comerte la cabeza... La conciencia, cuando te metes en la cama, vienen todos los dragones, los miedos, las dudas, los reproches a uno mismo... ¡Basta, basta!», confesó. Jorge Javier Vázque z le preguntó si ella se había hecho algún reproche. Dibildos fue sincera:

«Bueno, sí, alguna vez sí porque yo también he tenido que trabajar mucho. Muchísimo. Me he encerrado también a escribir. Entonces a lo mejor, en la misma casa, estaba encerrada escribiendo y no con ella. Quizás debería haber aprovechado más el tiempo con ella. Al final, he pensado que basta ya de castigarnos tantos, de fustigarnos tanto, porque hemos estado juntas y ha estado con sus nietos y ella ha salido muy feliz», sentenció, recibiendo el aplauso del público.