De ‘reality’ a teleficción: el papelón de los repescados contamina la casa de ‘Secret Story

De momento, los ‘haters’ han perdido la batalla de expulsar esta semana a la periodista, que se ha salvado sobradamente en el duelo con Isabel Rábago. Aproximadamente un 80%-20% marcaban los porcentajes en el momento de anunciar quien no continuaba su viaje en ‘La casa de los secretos’. Una pena que estuviesen dos grandes concursantes en la palestra habiendo en la retaguardia otros que ni están, ni se les espera. Anda, como Julen, que prácticamente sin salir de la cama va a ganar el juego de las esferas, pues ha averiguado el secreto de Isa y acumula 11.

Cierto es que la expulsión de Rábago es el mal menor; ni el programa ni la audiencia podían permitirse perder a la absoluta protagonista de la edición. Pero mal al fin y al cabo. Si bien las primeras semanas estuvo parapetada detrás de la comodidad del grupo mayoritario, acabó soltándose, disfrutando la experiencia, y clavando su lectura del concurso. Puede irse bien orgullosa de que el público no la ha echado, simplemente ha salvado a Cris. «Agradezco a todo el equipo lo que me han cuidado, lo que me han mimado, lo que me insistieron para que entrara y espero no haberles defraudado. Me siento inmensamente feliz y solo puedo decir que gracias».

La cara y la cruz respecto a Adara y Frigenti. Desde el tongo de la repesca, ‘Secret Story' ha perdido la frescura y la espontaneidad que un formato de telerrealidad debería ofrecer para enganchar. Llegaron con todo estudiado, dando información manipulada del exterior con el fin de desestabilizar y manejar los hilos de las nominaciones. Para ellos es un plató abierto 24 horas en el que montar el ‘show’ de vez en cuando y asegurarse la cuota de protagonismo en la gala.

Cristina y Luca no han podido describir mejor la estrategia de los nuevos inquilinos de ‘La casa de los secretos’: «Solo hacen dos cosas aquí, dormir y tocar los cojones». Así resumiendo, desde su regreso a Guadalix, Adara se ha negado a hacer las tareas; se ha comido el chocolate ajeno provocar; ha montado un numerito a tres compañeros por quedarse hablando después de una fiesta, y dos días más tarde le ha causado un ataque de pánico a Isabel Rábago dándole un susto dormida; y como remate, hoy ha intentado boicotear la prueba semanal sin importar que se están jugando la comida de la próxima semana. Un concursazo, sí. Y además, super espontáneo. «Este vídeo nos ha venido de p*** madre» , reconocía sin cortarse tras provocarle un ataque de ansiedad a Isabel. ‘Copy paste’ de sus dos ‘Gran Hermano’, pero con interpretaciones dignas de un Razzie: provoca, huye de las discusiones porque no tienen argumentos, se aísla para parecer marginada, y llora haciéndose la víctima.

Del otro repescado no hay mucho más que añadir, salvo que sus únicas funciones son las de lacayo y AdaraFanClub. Eso sí, se puede abrir un melón de lo que pasaría si los comportamientos de Adara y Frigenti los tuviesen sus compañeros con ellos. Como mínimo, su ‘fandom’ los acusa de maltrato psicológico.

En cambio, todos en la casa los tienen calados. A Luis Rollán, el enésimo numerito de la ganadora de ‘GH VIP 7’ le colmó la paciencia en el debate del martes, y desde entonces no se calla una. «¡Si esto es lo que quiere la gente nos vamos todos, le dais el maletín y se acabó el programa!». Hasta Sandra y Julen, sus ‘amis’, han dado esta noche el primer paso hacia el ‘rotondazo’ cascándoles puntos. «Me siento mal tocando a Cristina y Luca porque pienso que es lo fácil», se ha justificado Pica. «Con Cris me siento bien, y con Luca estoy guay». Las caras, Juan. Ya tiene material para los próximos dramas en el cubo. «Para mí habían sido un descubrimiento, estuvimos hablando hace poco las nominaciones para protegernos entre nosotros y ahora de repente me encuentro con que me nominan».

A propósito de las nominaciones, Adara y Frigenti llevan desde antes de saber si iban a ser repescados maquinando estrategias para subir a Cristina y Luca con ellos, ya que Molinero tiene clarísimo que puede cargarse a sus enemigos. Hoy ya han reculado. «No nomines a Luca, ningún punto. Dale 3 a Cristina para que suba ella y nos enfrentemos los dos con ella, es más fácil que con él», daba instrucciones Miguel a su ama. Aunque el colmo del patetismo lo alcanzaba en directo. «Si salgo nominado con Adara, pido a la audiencia que me eche a mí. No me apetece vivir esta experiencia en soledad». Tiene pinta de que se va a quedar con las ganas, porque, ahora sí, se viene la III Guerra Mundial: Cristina vs. Adara.