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Quién quiere casarse con mi hijo

Le preguntan qué es la tanorexia y dice: «Me suena a tanatorio»

En el segundo programa de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, la madre de David llevó a las pretendientas de su hijo a que María Rosa, madre de uno de los solteros de oro de la edición anterior, les echase las cartas

María Rosa, madre de uno de los solteros de oro de la edición anterior de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? Mediaset

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Si en el estreno de la nueva edición de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? las primeras impresiones fueron las protagonistas de la noche, en la segunda entrega, los cinco solteros y, sobre todo, sus madres, ganaron enteros mientras maduraban sus opiniones. Ellas, las robaescenas del programa, miraron con lupa quién se merecía el amor de su retoño, y ofrecieron una vez más los mejores momentos del dating show.

Después de intentar sonsacarle a Jesús cómo fue su primera cita con las chicas, Mari Cruz decidió conocerlas en profundidad en ¿Quién quiere casarse con mi hijo? . Como ella es muy coqueta, eligió para el interrogatorio «el paraíso de las uñas», un salón de estética regentado por una exnovia de Jesús . Ahí es nada. Pero él, «mimosín musculado», prefirió un plan más romántico, y disfrutó de sus pretendientas en un lago. «Las veo llegar con aquellos tacones y vestidos... y se han sentado delante de mí en minifalda y casi me quedo tuerto dos o tres veces», dijo Jesús, incapaz de contenerse. Tan «caliente» estaba que no dudó en besar a Andrea, atraído por su colorido pelo, aunque aseguró que no confiaba en ella, eso sí, cuando ella no escuchaba. «De Leona me llevé una alegría porque descubrí que transforma su alegría para ayudar a los demás pero de Ana... me quedé muerta», confesó Mari Cruz, sobre los secretos descubiertos. El de esta pretendienta decía: «En ella todo es maldad». Pero nada, Jesús no lo entendía. «¿Y por qué?», preguntaba, y luego reflexionó: «Si alguien dice de sí mismo que tiene maldad quizás tenga más bondad que maldad».

María, la madre de Jaime, decidió poner a las chicas contra las cuerdas y se las llevó a un teleférico, mientras criticó su forma de vestir y alguna que otra cosa. Su hijo pasó una velada con ellas intentando descubrir en ¿Quién quiere casarse con mi hijo? si son tan transparentes como parecen. Pero cuando la madre descubrióó que Sonia tenía «tanorexia», se le torció todavía más la pretendienta. « Si en un principio empiezan así... eso va creciendo», comentó . «¿Sabes qué es la tanorexia?», le preguntó Luján Argüelles. «Me suena a tanatorio». Cuando se lo explicó la presentadora... Nada cambió. María ya tenía a Bárbara y Sonia cruzadas. «Si eso lo necesita para sentirse bien no le veo una cabeza muy amueblada». Vamos, que le tenía manía. Tampoco le gustó que Bárbara se acostase con un azafato durante un vuelo «trikitrí»: «¡Qué fresca», dijo el hijo, de acuerdo en el juicio a esta pretendienta con su madre. Y eso debió parecerle al final Bárbara, a la que terminó haciéndole una cobra: «Cada cosa a su tiempo».

La madre de David llevó a las candidatas a que les adivinasen el futuro una vidente muy particular : María Rosa, madre de uno de los solteros de oro de la edición anterior de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? , que solo decía: «Sí, rotundo». «He llevado a las chicas a que les echaran las cartas porque creo firmemente en el destino», dijo la madre, decepcionada porque todas las chicas preguntaban por el ámbito profesional y no por el futuro amoroso. «Me dicen que tengo voz de locuttora porno, así que si no me va bien en la música...», explicó una pretendienta mientras le echaban las cartas. «Mi madre dice que soy como Terelu, que a ver si no me pasa el arroz en el amor, y yo le digo que mientras no se me pase el conejillo...», dijo Alicia. Su madre no tardó en intentar rebuscar entre sus secretos, pero cuando hijo y madre descubrieron que había sido enfermera porque le gustaba salvar vidas... les conquistó.

Más interesado en el presente, David solo pensaba en el viaje en autobús turístico con sus pretendientas, encantadas con este peculiar paseo por las nubes: «Madrid por todo lo alto», anunció el soltero.

Pelo largo, no apto para «hombres»

La madre de Pepe, Joki, elegió un día perfecto para ir de picnic con los posibles novios de su retoño. Compartiendo con ellos una horchata, empezó a decantarse por sus favoritos. Pero el soltero, exigente, también quiso saber qué nivel de experiencia en protocolo y savoir faire tenían sus pretendientes. Y, obsesionado con los olores, que ya sabemos que le gusta que la gente «huela a Francia», dijo que «olían a humanidad».

«He apartado a Raúl porque no sé si le gusto», comentó Pepe. Pero vamos, estaba claro que quería estar a solas con el jovenzuelo, al que no le gusta «el pelo» de su soltero. « No le veo estilismo de hombre» , dijo Raúl.

De RD, que no le gusta mucho, le reveló a su hijo: «Haría todo lo posible para evitar un fullún, follan, follun». Vaya, quería decir unfollow, pero parece que lo ha entendido mal y la obsesión por los seguidores del joven le ha sentenciado. De Sergio, el favorito de Joki, descubrió una cosa que, dice, «me ha jodido bastante»: «Se casó con un chico de otro continente sin conocerlo apenas».

Silvia, madre de Fernando, se llevó a las chicas a meditar para ayudarlas a encontrarse a sí mismas. «Creo que tú estás haciendo un papel... que conmigo no va ese papel», no dudó en decirle a Alina, de repente. Y ella llamó al zasca «derechazo», mientras ponía caras en la sesión de meditación. «Yo me tiro en plan al suelo para no morir de pie. Morir en plan estrella... de mar », dijo Rocío cuando le llegó el turno. El soltero de Jerez prefirió irse con ellas a jugar al pádel. Pero entre giros de muñeca y raquetazos, la cosa entre alguna de las candidatas empezó a ponerse fea y Fernando terminó yendo al galope para ¿interponerse? algo sofocado.

Cuestas como los Pirineos

Cuando una compañera le dijo que la había «calado», se fue. «No quiero hablar a una cámara. Me quiero ir a mi casa», le dijo a Fernando que, atónito, la perseguía. «Si lo que estabas buscando es una cita conmigo, ya la tienes. ¿Me vas a hacer subir una cuesta que no he subido en mi vida? Eso eran los Pirineos», dijo, ahogado. «Porque estaba en medio de la montaña, que si no me piraba», sentenció ella, algo que no terminó de gustar al soltero. Pero seguía adulándola, zalamero. «No tiene solo una sonrisa, tiene melancolía y todo tipo de sentimientos», dijo por «caballerosidad y educación» Fernando mientras se olían ambos. Pero su secreto... puso de mal humor a silvia, para gracia de Fernando: «Le encanta intimidar a las suegras».

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