Patricia Pardo 'chiva' a Joaquín Prat la importante cuestión que debía de hacer y un micro abierto la pilla

Joaquín Prat y Patricia Pardo , presentadores de ' El programa de Ana Rosa ', se levantaban de la mesa de actualidad para marcharse al sofá de ' El club social ' donde los esperaban Alessandro Lecquio, Bibiana Fernández, Sandra Aladro y Antonio Rossi, los colaboradores del día. Con las presentaciones realizadas, Joaquín Prat conectó en directo con Leticia Requejo, reportera del matinal de Telecinco, que estaba a las puertas de la vivienda de Isabel Presyler para conocer de primera mano cuál era última hora. «Hola Leti, estás en casa de la otra, de Isabel Preysler, que es donde está Tamara o donde al menos ella duerme», decía el presentador de ' El programa de Ana Rosa' , dando paso a su compañera.

«Donde ella duerme y donde está instalada desde el pasado sábado. Me dicen y me cuentan que ahora mismo está preparando ese viaje a México que tiene previsto para mañana. El último movimiento que se ha producido ahora que ha sido la llegada de sus dos mejores amigas», comentaba Leticia Requejo para el programa de Mediaset que finalizaba dando una nueva información: «También está previsto que Tamara, a su vuelta, vuelva a su ático que ya lo tiene preparado y está muy cerca de aquí».

Joaquín Prat con toda la información decidió cortar la conexión y agradeció a su compañera el trabajo realizado. Sin la imagen de la periodista y con el plano del presentador en pantalla, un micro abierto pilló 'in fraganti' la voz de Patricia Pardo que susurrando hacía la gran pregunta que no había realizado su compañero. «¿Qué ha pasado con el anillo?», se le escuchó preguntar a la presentadora de ' El programa de Ana Rosa ' sin verse en el plano.

Joaquín Prat hizo como si no hubiese escuchado nada y prosiguió con la sección. Eso sí, casi media hora después y con la conexión de Adriana Dorronsoro, que se encontraba en el piso que compartían Tamara Falcó e Íñigo Onieva, se acordó de Patricia Pardo e hizo mención al famoso anillo: «Ahí ya no debe haber nadie, ¿no?, igual solo queda el anillo y poco más».