«Me has censurado»: la 'reprimenda' de Jesús Calleja a Dulceida por negarse a hacer una actividad por miedo a las críticas

Jerusalén, el Desierto de Judea, el Mar Muerto, un kibutz, el Tinma Park… Una impactante experiencia multiaventura que le permitió al presentador desmontar sus propios prejuicios sobre el mundo 'influencer', y a la protagonista de la docuserie 'Dulceida al desnudo' de Amazon Prime   , abrir su corazón.

En la primera parada del viaje, Dulceida contó cómo empezó su andadura profesional. Ella quería ser peluquera o actriz, pero la casualidad la llevó a ser una de las primeras creadoras de contenido. Empezó en 2008 a subir diariamente su 'look' a Fotolog; un año después se abrió el blog de moda, donde comenzó verdaderamente su popularidad. «Yo lo hice por un hobby, porque me gustaba compartir mis gustos y mis aficiones», afirmó la empresaria.

Paulatinamente las visitas fueron contándose por miles, hasta que le llegó la primera colaboración. Una tienda de Barcelona le pagó 400 euros. Ella no se lo creía. Hoy no solo es una celebridad en la red, también cuenta con su propia agencia de 'influencers' con 16 empleados y hasta un festival de música y moda, el 'Dulceweek'.

Pero hubo una época en la que tuvo que contribuir económicamente en casa. «En mis primeros trabajos, con 16 años, yo les daba a mis padres la mayoría. Y ganaba muy poquitoSe que un día puedes estar arriba y otro abajo. Tuvimos muchos problemas económicos, por eso tengo los pies en la tierra y se que hay que trabajar y hay que esforzarse», confesó enfrente del Muro de las Lamentaciones.

Más adelante habló con Calleja sobre su preocupación por el paso del tiempo en una ocupación tan esclava del aspecto físico e inundada de competencia de gente joven. Según ella, no le quita el sueño. «Me gusta estar siempre reinventándome a mí misma y haciendo cosas, es mi motivación. Sí que me veo siguiendo con las redes sociales, pero mucho más focalizada en mi empresa».

El odio, no obstante, todavía no termina de encajarlo del todo. Como anécdota, Dulceida explicó a Calleja el revuelo mediático que se armó hace poco cuando le contó a sus seguidores que había tenido una infección en el clítoris. Es por eso que a veces prefiere autocensurarse.

En 'Planeta Calleja' , sin ir más lejos, se negó a montarse en camello por las posibles críticas. «Estamos en un campamento beduino porque es la historia de los beduinos que yo quería contártela y has dicho: 'no me quiero montar en camello por el qué dirán'. Tú ya te has censurado y aquí estamos tomándonos un té, yo con unas ganas de miedo de montarme en camello. A veces estamos muy equivocados, esta es una cultura beduina, se emplea el camello como trasporte, no tienen otro. Donde voy intento hacer lo que hacen para comprenderlo. Pero tú te has censurado y me has censurado a mí, que me he quedado sin camello», se quejaba Calleja.

«Es que te hunden. Cuando te empiezan a decir que ojalá te mueras, que se muera toda su familia. Nunca sabes cuándo va a pasar», respondía ella, que tampoco quiso mojarse hablando abiertamente de política, aunque aseguró que no lo hace ni con sus amigos. «Estoy a favor de que cada mujer pueda decidir», respondía acerca de su postura acerca del aborto. Más tajante se mostró acerca igualar los derechos de los homosexuales a los de los heterosexuales, algo con lo que está completamente de acuerdo. «Hay partidos políticos que atentan contra derechos humanos y muchos míos».

 Su relación con Alba Pau l era pregunta obligada, y tras contar los motivos de su separación, descartó volver a enamorarse. «Ahora estoy tranquila, que es lo importante, pero yo sé que soy enamoradiza. Tengo mucho amor que dar y que recibir». Hablando de relaciones con el trotamundos  Dulceida también se ha desecho en buenas palabras para su ex. « Alba y yo tenemos muy buena relación. Al final es el amor de mi vida, y yo creo que soy el suyo. Ahora tenemos muy buena relación». Tanto es así que, por su respuesta cuando le ha preguntado si hay posibilidad de una reconciliación con la que ha sido su mujer casi seis años, Jesús Callej a ha llegado a una clara conclusión. «Te pones blandurri cuando te hablo de ella, ¿no? Vais a volver...»