Uno de los afectados por Chicote: «Ha hundido mi negocio»

Así lo asegura a ABC José Luis Sanz, propietario de La Mansión de Navalcarnero y quien afirma que el paso del local por el reality le ha causado «daños morales y psicológicos». Su negocio, un hotel rural situado a las afueras de Madrid, «se vino abajo» tras la emisión del programa . «Ha hundido mi negocio. Me estropeó la clientela porque describió el lugar como un 'picadero', algo que no es. Ahora mi local es conocido como 'el picadero de Navalcarnero». Sanz asegura, además, que «Chicote ni siquiera pasó por la cocina» y que sus aportaciones culinarias fueron «más bien escasas».

Indignado con el paso de «Pesadilla en la cocina» por su local, José Luis Sanz no dudó en denunciar al programa. Perdió la demanda, en su opinión porque sus «testigos fueron denegados» y tampoco pudo pronunciarse durante el juicio. «Tan solo hablaron Chicote y sus abogados», denuncia. Ahora, dice, otros 21 damnificados por el programa se unirán a él e intentarán formar la Asociación de Afectados por Pesadilla en la Cocina algo que, explica Sanz, «ocurrirá a partir de esta semana».

El dueño de La Mansión de Navalcarnero explica cómo el equipo del programa le hizo «repetir tomas constantemente hasta dar con la adecuada», algo con lo que él no estaba de acuerdo. «Mi testimonio es el que es y me comporto como soy, no pueden obligarme a que salte, llore o dé botes de alegría», dice el empresario a este diario.

Una de las quejas comunes de los afectados por Pesadilla en la Cocina se refiere, según explica el dueño de La Mansión de Navalcarnero, a la reforma de los locales. «En mi caso la obra que hicieron fue lamentable , una chapuza con muebles viejos y de segunda mano que dejaron sin terminar. Me dijeron que no les había dado tiempo y que me mandarían el material para que lo hiciera yo. Ni siquera eso hicieron, es todo una mentira», resalta.

El hostelero habla también de los «escasos modales» con los que la productora trató a sus empleados. «Llamó 'guarro' a mi cocinero, pienso que este tipo de programas deberían hacerse desde el respeto». Sus camareros, afirma, no quisieron intervenir en el reality. «Una de mis trabajadoras decidió irse para no aparecer en el programa y tuvimos que llamar a una actriz del pueblo», explica indignado.

Fue el equipo de «Pesadilla en la cocina», dice José Luis, el que contactó con él para que el local apareciera en el programa. «Me aseguraron que el número de clientes se dispararía y que la reforma merecería la pena. No había visto apenas el programa y al final me convencieron», dice.

Por su parte, portavoces de Warner Bros. Internacional Television Production y La Sexta han emitido un comunicado en el que afirman que «lo fácil es echarle la culpa a la televisión, pero millones de españoles han visto el excelente trabajo que hacen ‘Pesadilla en la cocina’ y Alberto Chicote y así lo valoran la mayoría de los restaurantes a los que ha ayudado el programa. Intentamos hacer milagros pero a veces no son posibles. Tanto la cadena como la productora estudian emprender las acciones legales que sean necesarias para restituir el injustificado daño en la imagen de ‘Pesadilla en la Cocina’ que se ha ocasionado».

ABC ya habló en diciembre con Manoli Paz , del bar Irlanda de Ferrol y quien se erige como responsable de la asociación. El programa de Chicote, afirmó entonces la gallega a ABC, «es todo una mentira». Además, no dudó en asegurar que el colectivo se convertiría en «la pesadilla de Chicote y de su programa».