«Pasapalabra» busca ampliar su dominio a los fines de semana

En los últimos días, ha tenido picos de 2,8 millones y el 18,7%. Al principio de la temporada, superaba incluso el 20%, pero el consumo televisivo era menor en esa época del año y en conjunto lo veía menos gente.

Tampoco será la primera vez que «Pasapalabra» se emita a diario. Con esta decisión, que busca reforzar uno de los puntos débiles de la parrilla de Telecinco, se vuelve a los tiempos anteriores a 2009, cuando también podía verse de lunes a domingo. Pero la cadena estrenó ese año «¡Qué tiempo tan feliz!», con María Teresa Campos, para dar al formato un mínimo descanso. Curiosamente, ahora la presentadora podría ser la víctima, pero fuentes de Mediaset aseguraron a ABC que ningún programa será sacrificado por el regreso del concurso al territorio del fin de semana. En su lugar, se ajustarán los horarios y convivirán todos, aunque algo más apretaditos.

El éxito del rosco (las letras que ilustran cada pregunta del concurso) no siempre ha sido igual de incuestionable. De hecho, el programa nació y murió en Antena 3, cadena que lo estrenó en julio del año 2000, con Silvia Jato como presentadora, y que lo canceló en 2006, debido a sus bajas cifras de audiencia. Jaime Cantizano y Constantino Romero la sustituyeron en distintas etapas, siempre de lunes a viernes.

Telecinco pensó que aquel muerto podía tener una segunda vida y lo resucitó un año después, ya con Christian Gálvez al frente. Ligeros retoques en su funcionamiento han mantenido la rueda siempre en marcha, sin perder la fortaleza ni el liderato en su franja. Ahora deberá demostrar también que es inmune al desgaste diario, sin ningún día de descanso. Según los datos de Barlovento Comunicación, el programa le supone a Telecinco una aportación del 7% de su audiencia.

La mayoría de los seguidores de «Pasapalabra» , al menos durante su etapa en Telecinco, son mujeres (65,5% de su audiencia) adultas, sobre todo mayores de 64 años (50,5%) y amas de casa (59%). Destaca también su rendimiento en las grandes ciudades (30,9%) y entre los individuos de clase baja, que representan el 39,5% de su audiencia según datos de Barlovento.