La cuestionable estrategia con la que Rafa consigue dar un alucinante vuelco al 'Rosco': «No me fío de Orestes»

Sin embargo, el sevillano no está pasando por su mejor momento. Este martes 26 de julio cumplía su programa número 40, pero de nuevo le tocó pasar por la ‘Silla Azul’ . Con más dificultad de lo habitual venció a su contrincante, Manu , así que pudo competir con Orestes otra tarde más por un bote que ya alcanza la cifra de 1.330.000 euros.

En esta ocasión lo ayudó a acumular segundos para el ‘Rosco’ un nuevo equipo, formado por los actores Ana Álvarez y Jimmy Barnatán . Por su parte, los también intérpretes Lidia San José y David Carrillo le echaron un cable al de Burgos, que suma ya 203 programas de ‘Pasapalabra’   .

Los dos volvieron a demostrar su altísimo nivel, dejando claro que el bote puede caer en cualquier momento. Orestes , con 163 segundos, empezó renqueante, prefiriendo ser prudente a arriesgarse a meter la pata. Y es que esta vez la estrategia del concurso que destapó Rafa en el programa anterior no se cumplió, pues al burgalés le tocaron más que las cuatro definiciones complicadas de rigor . A pesar de lo cual, coronó su primera vuelta con 20 aciertos, ningún fallo y 48 segundos por delante.

Partiendo de 155, Rafa comenzaba más atinado, con racha de tres aciertos consecutivos y luego un buen turno de siete. No obstante, tropezó en la segunda mitad del ‘Rosco’ y empezó a dejar palabras pasar, hasta el punto de quedarse por detrás de su compañero, con 18 palabras en verde y 43 segundos en su marcador.

«Estoy muy perdido», confesaba Orestes , que decidía plantarse con 21 aciertos a la espera de los movimientos del sevillano. En este punto, Rafa necesitaba dos aciertos más para empatar, algo que no tardaba en lograr. A partir de ahí quiso tirarse a la piscina, por eso en primera instancia dejaron el tiempo correr.

Hasta que el burgalés dejó a todos anonadados al cambiar de estrategia. «No tengo opciones clarísimas para ninguna, pero sí vagas. Y hay que ser fiel a uno mismo, aunque me la pegue», adelantaba, antes de aventurarse en la ‘P’. Confundiendo ‘parangonar’ con ‘parear’, se le escapaba la victoria de las manos. Aún así, su rival decidió pasar el tiempo a cuentagotas porque no se fiaba de la capacidad de Orestes de sacarse aciertos de debajo de la manga in extremis; como efectivamente hizo.

Cuando la balanza parecía inclinarse a favor del burgalés, sin embargo, el sevillano se lanzaba a probar suerte en el último segundo. Contra todo pronóstico acertaba, dando un sorprendente vuelco y demostrando una vez más que las mata callando.