Mediaset, la revolución en directo: menos 'Sálvame', más concursos y muchas dudas

El cambio de modelo es evidente. Atrás queda no solo una forma de hacer televisión, sino de dirigir una empresa, gobernada hasta sus últimos detalles y sus últimos instantes por Paolo Vasile , consejero delegado durante casi un cuarto de siglo. Desde enero, aunque algunos cambios venían fraguándose de antes, la compañía ha empezado a dar un salto para alejarse de ese personalismo máximo. Sus nuevos gestores se han embarcado en un salto tan profundo que ni ellos conocen cuándo, dónde y en qué condiciones se producirá el aterrizaje.

Dos personas son las encargadas de liderar la revolución. Borja Prado fue nombrado presidente el pasado mes de abril. Desde el principio la idea era alejarse de la figura institucional que representaba Alejandro Echevarría , pero además en enero ha adquirido competencias ejecutivas y el control de la línea editorial de los informativos, tras la marcha de Vasile. Desde Italia, por otro lado, han elegido a un compatriota para sustituir al jefe eterno. Alessandro Salem es el nuevo consejero delegado, que no lleva ni tres semanas en el cargo.

Lejos de menguar por este reparto de poderes, el acento italiano en la cúpula directiva de Mediaset está más presente que nunca. A ellos se suma Massimo Musolino , un veterano en la casa, que estrena el cargo de consejero delegado responsable de las áreas de Gestión y Operaciones. Además, Stefano Sala pasa a ser el nuevo presidente ejecutivo de Publiespaña, encargada de comercialzar la publicidad del grupo, con Davide Mondo como consejero delegado. Por el lado español, destaca la presencia de Mario Rodríguez , director general Corporativo del grupo y adjunto a Prado.

Los últimos cambios se anunciaron hace justo una semana, por lo que es imposible descartar nuevas incorporaciones, todas con una misión: revertir los datos de audiencia . Telecinco, acostumbrada a liderar durante casi todo el siglo XXI, lleva este mes una media de cuota del 10,2%, casi cuatro puntos menos que su competidor histórico, Antena 3 (14,1%) y ya por detrás de las temáticas de pago (11%). Solo la mala marcha de TVE (9,3%, tras el alivio navideño y futbolero) sirte de triste consuelo. Con una cadena pública fuerte, el panorama sería más sombrío.

La buena noticia es que Mediaset no ha dejado nunca de ganar dinero y que hay fondo para abordar nuevos formatos, no solo para mover los ya existentes por la parrilla. Después del estreno de dos concursos para sus tardes, ya está en marcha la grabación de dos nuevas series diarias, un género que en Telecinco no se estilaba en los últimos años. Incluso se ha acelerado la grabación de 'Mía es la venganza' , de Alea Media, productora que sabe lo que es tener éxito en la franja más competitiva con títulos como 'Vivir sin permiso' y 'Entrevías'. La creadora es Aurora Guerra , responsable también de 'Escándalo, relato de una obsesión'. Es curioso que no se ensayara el intento después del fenómeno que supuso 'Yo soy Bea', emitida en la primera década de este siglo.

Su destino probable es la tarde y la franja anterior al horario estelar (o 'prime time'), una herida de guerra que 'Pasapalabra' y 'El hormiguero' no han dejado de explotar desde Antena 3. Incluso los concursos de La 1 se sumaron a la fiesta y han crecido en los últimos tiempos, lo que ha animado a la cadena pública a insistir en el género , una secuela buena que dejó en TVE el Mundial de Fútbol.

Todo apunta, en todo caso, a que la 'salvamización' de la parrilla de Telecinco solo puede menguar, ya veremos hasta qué extremo y ante qué versión de Jorge Javier Vázquez . Para ocupar posibles espacios, la ficción y los concursos tienen mucho que decir, en una búsqueda de un modelo algo más blanco y para toda la familia, uno de los pilares del desarrollo de Atresmedia.

De momento, lo que no se reduce es la importancia de la telerrealidad . 'Gran Hermano' queda lejos y la marca acusa su paso por los juzgados, pero 'Pesadilla en el Paraíso' y 'Supervivientes', que no tardará en reaparecer, reafirman la fe en los formatos de superconvivencia más o menos idílica.

Capítulo aparte son los informativos y la parrilla entera de Cuatro, que Vasile se empeñó en mantener al margen de las batallas políticas, marcando distancias con el estilo otrora rompedor de La Sexta. 2023 es un año marcado por las urnas, lo que representa una ocasión magnífica para poner el acento en la política, evolución a la que se adelantó Vicente Vallés , por ejemplo, con notable éxito.

Además de dar puntos de audiencia, los informativos deberían recuperar influencia, aunque para ello sea fundamental que los programas previos no dejen unas cifras imposibles de levantar. Habrá que ver también el papel que desempeña Pedro Piqueras , de 67 años, cinco menos que Matías Prats y cinco más que Ana Blanco , por poner dos referentes cercanos y poder comparar sin odio.

Otra veterana es Ana Rosa Quintana , quien tiene la ventaja de que ha mantenido el liderazgo por las mañanas pese al declive general, por lo que parece en mejor situación para esquivar los cambios en su franja horaria. Su programa, que ha cumplido 18 años, roza justo el 18% de cuota de pantalla, un dato que nadie más puede exhibir en el grupo y prácticamente en ninguna cadena española.

En esa ampliación gradual del entretenimiento, el concurso '25 palabras', que se emite a diario a las 19.00, tendrá también la oportunidad de hacerse un hueco este sábado en horario nocturno, con una doble entrega presentada por Christian Gálvez . Entre semana, su media es todavía del 8,6%, aunque por las características de los concursos, cabe destacar que vaya arañando décimas si se tiene paciencia. Algo peor va 'Reacción en cadena', con Ion Aramendi al frente, aunque justo ayer registró su mejor resultado, con 938.000 espectadores (7,4%).

Este viernes, por otro lado, se emitirá 'Viernes Deluxe' , en su regreso a un día y una franja que ya conocía, y el experimento de 'Mediafest' queda en suspenso, por ahora sin un lugar fijo, aunque la cadena anuncia que el formato no muere y que se emitirán especiales sin periodicidad recurrente.

En el horizonte brilla la aventura espacial de Jesús Calleja , un formato revolucionario de verdad, que Vasile dejó de herencia. Fue una de las últimas apariciones públicas del directivo romano, temeroso de que alguien se apunte el mérito en el futuro, si se convierte en el éxito que todos esperan que sea.