Doble expulsión en «MasterChef», que repesca a una concursante

La última llegó a las cocinas hace solo una semana en sustitución de Josecho, aunque lo cierto es que no está defraudando. En su primera noche en el «talent show» culinario ya se enfrentó con Carlos y Marcos, los dos concursantes más polémicos de esta edición, aunque con el primero volvió a medirse este martes en el formato.

Sucedió cuando, en la primera prueba de la velada, el programa instó a los aspirantes a cocinar con unas cestas que incluían ingredientes, que podrían robarse unos a otros. Lo debían hacer uno por uno, mientras el resto de concursantes les observaban y escuchaban desde una sala colindante. Cuando llegó el turno de Natalia, lo tuvo claro. «Yo voy a robar a Natalia, porque no me trae buena energía. Y Carlos, que hay algo ahí que no...», sentenció la joven colombiana. Natalia no daba crédito a lo que oía. «Te va a dejar los apuntes mi madre. Hoy la cuelgo de la punta más alta de la casa», dijo sobre su compañera. «Siempre he dicho que he venido a competir sanamente. Ella no sé cómo ha llegado aquí, pero creo que así no», agregó poco después, visiblemente molesta.

Cuando llegó el turno de cocinar y todos los participantes se reagruparon, Carlos lanzó una pulla a Samira. «Ya sabemos quienes son los que tienen malas vibraciones». Ni corta ni perezosa, la colombiana no dudó en responderle. «Yo lo sé desde que he llegado», espetó, en un comentario que dejó boquiabiertos al resto de aspirantes. Entretanto, Natalia trató de defenderse, pero Samira contraatacó. «La veo como un lobo disfrazado de oveja. Y si lo digo, es por algo», manifestó. Marcos, como es habitual, defendió a su amigo Carlos. «Estás haciendo amigos, ¿eh?», le dijo con sorna a Samira, que hizo oídos sordos.

Fue precisamente Marcos, con permiso de Aitana , el que peor resultados obtuvo en la prueba, que contó con Josetxo, ganador de «MasterChef Junior 6». «Tu plato es un desastre», le dijeron los jueces a Marco s, antes de enviar a los dos a la ronda de eliminación, antes de la prueba de exteriores. El mejor de la prueba, por su parte, fue Aleix, que además ganó un viaje gastronómico a París (Francia), para dos personas. «Lo disfrutaré con mi madre, que me lo ha dado todo», sentenció el balear, emocionado.

En la prueba de exteriores, el programa envió a los concursantes a la localidad segoviana de Pedraza, tierra fetiche de Samantha, en la que tuvieron que recrear un menú de cátering ideado por la chef «para una boda». La ronda contó con una particularidad: que en ella participaron los aspirantes que habían sido eliminados hasta ahora en el concurso. Así, Carmen, Osiris, Laly, Alicia, Sara y Jeancha (todos menos el lesionado Josecho) se jugaban ser repescados. Volvió al programa la primera, que solo llevaba una semana fuera. «No me lo creo. Lo deseaba con ilsuión ¡Me va a dar algo!», reconoció Carmen, muy emocionada.

El cocinado de exteriores tuvo como comensales a varias caras conocidas del programa : Bibiana Fernández («MasterChef Celebrity 3»), Pepón Nieto («MasterChef Celebrity 2») y tres aspirantes de «MasterChef 6»: la ganadora Marta Verona y sus compañeros Víctor y Sofía, «el alcalde y la alcaldesa», que anunciaron que se casan. Junto a ellos, sus familiares más íntimos, para disfrutar de las elaboraciones confeccionadas por el equipo Azul, el Rojo y el de exaspirantes.

Pese a ello, la prueba resultó un desastre . El bloque azul, capitaneado por Aitana y conformado por Aleix, Gloria y Valentín, no estuvo a la altura, como tampoco lo estuvo el rojo, liderado por Marcos y del que formaron parte Carlos, Teresa, Samira y Natalia. El resultado fue tan pobre que todos los aspirantes, los nueve, terminaron la velada en la prueba de eliminación, de la que solo se salvó la «repescada» Carmen.

Como no podía ser de otro modo, la ronda de eliminación estuvo cargada de tensión. Los nervios jugaron malas pasadas a varios aspirantes, por lo que el programa tomó la determinación de expulsar a dos aspirantes de golpe. Marcos y Gloria terminaron eliminados ... y Carlos incluso se alegró del adiós de su amigo. «Menos mal, porque era un lastre. Ahora me voy a explayar yo».