'Masterchef Celebrity 7' despide por sorpresa a una de las favoritas y provoca un 'conflicto' norte-sur

Pero ' MasterChef Celebrity 7 ' normalmente se parece más a una película de suspense que a una comedia romántica. Y como tal, los aspirantes entraron en las cocinas con el susto metido en el cuerpo. Una vez más se encontraron allí algo inesperado: el plató a oscuras mientras el refranero popular se proyectaba en la pared.

La semifinalista de 'MasterChef 9', Ofelia   apareció con la misión de repartir los platos entre los concursantes con más o menos fundamento. El de «vino y sangre crean buena sangre» se lo encasquetó a Fernando Andina , con quien se tomaría un vino y unas carrilleras. «¡Qué locura! Me caso», exclamaba entusiasmada la ex aspirante al catar la elaboración del actor. Él sin pensarlo daba el «sí, quiero».

Y es que contaban con 65 minutos para elaborar un plato libre inspirado en el refrán que la gallega le designó a cada uno de ellos, como «El aceite de oliva es armero, relojero y curandero», «Pan, uvas y queso saben a beso» o «De la mar el mero, de la tierra el cordero».

Todo el 'feeling' detectado entre Ofelia y el madrileño resultó inversamente proporcional al mal rollo entre la invitada y Daniela Santiago. Entre ellas volaron los cuchillos desde que la gallega se metió con la gastronomía andaluza. «No hay nada como el norte, en el sur todo lo hacen frito o con salsitas». «En Andalucía también se come muy bien», contradijo Lorena Castell. La actriz contestó mucho más encendida. «Se han metido con el sur y las cosas van a terminar muy malamente».

La tensión continuó en el reparto. Ofeli a le adjudicó a la malagueña el refrán «Quien espárragos comió, al mear lo recordó» alegando que «los espárragos son muy naturales, como tú». «Yo de natural no tengo nada, cariño. Soy hecha proporcionadamente adecuada para mi gusto», atacó la concursante. L a protagonista de 'Veneno   ' bautizó a la semifinalista de la novena edición de anónimos como 'Ofendia'

Contaban con 65 minutos para elaborar un plato libre inspirado en el refrán que la gallega le designó a cada uno de ellos, como «El aceite de oliva es armero, relojero y curandero», «Pan, uvas y queso saben a beso» o «De la mar el mero, de la tierra el cordero».

El veredicto de Ofelia coincidió con el de los jueces. Solo dos platos estuvieron a la altura, el del propio Fernando y el de Patricia Conde . El resto, entre desastrosa y «ni chicha ni limoná». La presentadora, con un plato llamado 'He montado un pollo', resultó al final la mejor de la prueba. Decidió donar los 4000 euros del premio a la Fundación Menudos Corazones, que se dedica a ayudar y acompañar a niñas, niños y jóvenes con cardiopatías congénitas y a sus familias dentro y fuera de los hospitales.

«La prueba de exterior será de las más exigentes», advertía Jordi Cruz antes de explicar en qué consistiría el segundo reto de la noche. Para llevarlo a cabo los concursantes viajaron en el tiempo hasta Augusta Emerita (Mérida) , capital de Lusitania en el Imperio Romano. En el marco incomparable del Teatro Romano los equipos cocinaron para 150 comensales nobles un menú diseñado por el chef Toño Pérez (tres soles Repsol) .

El equipo rojo, capitaneado por Patricia Conde , juntó a María Escoté, Ruth Lorenzo, Isabelle Junot, Lorena Castell, Nico Abad y Daniela Santiago. En el azul, con un aspirante menos, trabajaron Manu Baqueiro , María Zurita , Xavier Deltel l, Pepe Barroso y Norma Duval , liderados por Fernando Andina .

A pesar de la ventajas de contar con un miembro más, los delantales rojos cometieron de entrada un error fatal que podría haber acabado en disgusto. A María y Ruth , responsables de la trucha, se les pasó limpiar las escamas y para rematar, la sacaron bastante cruda. Entre tanto la capitana marchaba perdida, a juicio de Pepe Rodríguez . «No sabías por dónde te daba el aire», sentenció. El postre de buñuelos tampoco se libró de las malas críticas del jurado. «Ha sido un caos».

Los azules, que fueron acumulando fallos, se pusieron más creativos de la cuenta. Para salir del paso y sacar las elaboraciones a tiempo, reinventaron la Roma clásica en vez de replicar los platos del chef.

En resumidas cuentas, los platos de los 'dioses y diosas del panteón de 'MasterChef Celebrity 7' no fueron divinos, ni presentaron un banquete digno de los cesares. Sin embargo, el equipo azul sobresalió, por lo que sus miembros se libraron de cocinar en la eliminación.

En la prueba decisiva, los delantales negros se enfrentaron a la cocina fusión. Todos salvo Nico Abad , que tuvo el privilegio de salvar a alguien por ser el mejor de la prueba anterior. Con la aprobación de sus compañeras, finalmente decidió subir él a la galería.

El resto de candidatas a la expulsión encontró en su puesto una Caja Misteriosa con varias banderas. La misión: elaborar un plato libre con elementos típicos de los países que les tocaron.

Patricia triunfó con su nigiri japonés. «Defectos pocos, esto es un trabajo bien hecho», destacó Jordi. También conquistó el paladar del jurado María Escoté. La diseñadora presentó una deliciosa versión de arroz peruano a lo 'pisco sour'. Fue el mismo ingrediente principal que Daniela utilizó para hacerlos viajar gracias a una explosión de sabor cajún. «Yo es que soy un poquito venenosa y voy dejando mi sello», bromeó la actriz al ser alabada fuertemente. 'Río, mi pequeño baobab', el plato criollo de Lorena Castell , también resultó un éxito.

El listón de la prueba lo pusieron alto, pero la cuota de suspensos la rellenaron Ruth Lorenzo e Isabelle Junot . Ła primera porque presentó un plato falto de sabor, y la marquesa debido a que se le olvidó «cruzar la frontera» de sus nachos 'tex mex'.

Sin embargo, por las valoraciones parecía que la balanza se inclinaría en contra de la 'coaching' nutricional. Por eso, cuando el jurado anunció que la cantante era la expulsada, sus compañeros se quedaron en 'shock' y las quejas de la audiencia por las redes sociales no se hicieron esperar. Ruth , eso sí, ya tiene sus miras puestas en la repesca. «Voy a estar cocinando mucho por si acaso vuelvo».