Supervivientes
Marta Peñate, al límite, se desahoga con una inesperada oyente: «Voy a salir loquísima de aquí»
La 'parásita' se ha quedado completamente sola en el palafito tras la expulsión de Desy y la soledad la está sobrepasando
María Robert
Chuck Noland aguantó en ‘Náufrago’ su dura estancia en la isla desierta , en gran parte, gracias a la compañía de su amigo Wilson . Aquella pelota de voleibol ensangrentada que ejerció del único amigo del personaje de Tom Hanks , resultó el ... único cable a tierra que lo ayudó a no perder la cordura del todo. Desde la expulsión de Desy , la experiencia de Marta Peñate en ‘Supervivientes’ se ha transformado en un infierno a la altura del que vivió el protagonista de la legendaria película de Robert Zemeckis del año 2000.
A juzgar por las imágenes emitidas este miércoles 7 de junio en el ‘Ultima hora’ , los niveles de aburrimiento de la ex gran hermana han traspasado todos los límites y se encuentra al borde de la desesperación.
A la canaria, las horas en el palafito como parásito en solitario se le están haciendo interminables, por eso intenta buscar todo tipo de pasatiempos. Por muy surrealistas que parezcan.
El paño de lágrimas de Marta
En el paso de sus horas muertas, la ex participante de ‘La isla de las tentaciones’ ha encontrado dos nuevas amigas en el ‘reality’ con la que compartir sus penas. Una es una piedra a la que ha llamado Desy , en honor a su recién eliminada compañera de destierro. La otra, una iguana que pasaba por las playas de Honduras. «¿Qué? ¿A ti qué te pasa? ¿Quién te ha invitado al banquete? ¿Enserio? Estoy flipando tío, me han dejado aquí en la mierda absoluta…En mi vida pensé que me iba a encontrar con esto», exclamaba la superviviente al ver al reptil.
Pese a la lógica falta de respuesta, enseguida empezaba uno de sus particulares monólogos. «Tiene más hambre que yo colega. No desprecies la comida que te doy. Eso, recógela. Loca no, loquísima voy a salir de aquí. Qué asco colega». «No sé si me hace más caso Desy o las iguanas. Creo que ni Desy ni las iguanas me tienen respeto. Desy al menos es una oreja, alguien a quien le puedo contar cosas, comerle la bola, no te contesta, pero por lo menos le hablo», comentaba, fuera de sí, ante las cámaras.
La mente de Marta no descansa prácticamente nunca, así que incluso le confesó una argucia por si siente que ha llegado a su límite y necesita abandonar el programa. «Después de hablar con una piedra que se llama Desy y luego con iguanas, lo próximo va a ser marcarme un Antonio Tejado , caerme de algún palo que vea por aquí y decir que estoy lesionada e irme para España».
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