El jubilado más lanzado de 'First Dates' presume de dotes sexuales: «Aguanto lo que me da la gana»
En su segunda oportunidad en el programa de citas de Cuatro, Agustín (69) regresó rejuvenecido
María Robert
La pandemia interrumpió la primera experiencia de Agustín (69) en ‘First Dates’ sin darle tiempo a encontrar a su media naranja. Sin embargo, este jienense residente en León no se rinde en la búsqueda del amor. Dispuesto a enamorarse, volvió al programa de citas de ... Cuatro este miércoles 6 de julio poniendo toda la carne en el asador. Lo hizo con un ramo de flores para su cita y rejuvenecido. «Te has teñido y todo, estás guapo», lo aduló Carlos Sobera .
«Es que me cuido», reconoció el soltero, presumiendo de sus casi 70. «Sigo fuerte sin pastillita y sin nada. Soy muy activo. En asuntos sexuales aguanto lo que me da la gana. Pero el sexo me gusta disfrutarlo, que no sea rápido», aseguró.
Por eso mismo busca a una mujer en los sesenta para vivir la vida y el amor, una descripción en la que Conchi (66) parecía encajar. Esta sevillana se confiesa ardiente en el amor... Siempre y cuando la otra persona le guste y le llene. «No soy de las de aquí te pillo, aquí te mato», aclaró.
Para Agustín fue un flechazo. Desplegando todas sus armas de seducción, se transformó en poeta, adulándole sus «aires de sultana y de princesa» nada más verla.
Ella, en cambio, quiso reservarse su primera impresión. Hasta que el Cupido Sobera le tiró de la lengua y confesó. «Lo veo muy mayor para mi». Pero Agustín no estaba dispuesto a rendirse bajo ningún concepto, y recurrió a la artillería pesada. «Chiquillo, deja de clavarme la mirada», le pidió Conchi un tanto nerviosa al comprobar cómo su acompañante no le quitaba los ojos encima.
El incombustible Agustín
A base de intentarlo, el Romeo fue consiguiendo derretir el hielo, que acabó por evaporarse del todo cuando charlando y charlando congeniaron en gustos, personalidades y maneras de ver la vida. Y es que los dos son de apuntarse a un bombardeo. A Conch i le pierde la playa; de hecho, es asidua a las nudistas. Y si la tachan de fresca por ello, le resbala.
Pero no es el caso de Agustín, que, lejos de asustarse por la mente moderna de su cita, ya la había declarado su persona ideal. «Quiero una mujer abierta, alegre y sincera», apuntó, intentando convencerla de que su personalidad casaba con la de ella. «Me he tirado todo el verano en Estepona y Marbella durmiendo en un colchón en mi coche y al lado de la playa. Lo he pasado fenómeno», relató el jienense, sumando puntos con su cita. «Eso es lo importante, vivir».
Incluso, para demostrárselo con hechos, Agustín la invitó a marcarse un baile bien agarrados, algo que a la sevillana le sacó los calores. «Eso son las hormonas revolucionadas», dedujo él, llevándoselo a su terreno. Sin embargo, notándolo más lanzado de la cuenta, la soltera le pidió alto y claro que echara el freno. «Para los caballos, deja que el agua vaya a su ser. Como me agobies ya no habrá nada que hacer».
Aunque, al final, acomodaron el ritmo para conseguir segunda cita, y quién sabe si alguna más. Agustín no se lo pensó al tener que decidir si seguían para adelante, alegando que le había agradado mucho su forma de ser. Conchi , a pesar de las reticencias iniciales, también optó por darle otra oportunidad, sentenciando que «con él seguro que me río, y que un hombre me haga reír para mí es muy importante».
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